Decepcionados

A sus 59 a?os, Jordi Polls Codina, de Carded¨¦u (Barcelona) va ya por su tercer apadrinamiento. El primero fue el de Benigno Alberto Pari, un ni?o peruano. "Primero te env¨ªan informaci¨®n del cr¨ªo a trav¨¦s de una foto o una carta. Y luego, cuando cumple los 14 a?os, recibes una notificaci¨®n dici¨¦ndote que, si quieres, pasas a apadrinar a otro ni?o".

Amparo Hern¨¢ndez, de Avil¨¦s (Asturias) lamenta tambi¨¦n la dificultad para establecer alguna conexi¨®n con el menor apadrinado: "Al principio me enviaban alguna nota escrita, supuestamente, por la ni?a [Ayde Mamani Ari, de Per¨²]. Pero luego s¨®lo llegaba informaci¨®n de Intervida", asegura Amparo.

Igual de decepcionada -aunque "m¨¢s mosqueada que otra cosa"- se muestra Mar¨ªa Jos¨¦ Cobo D¨ªaz, de Bilbao. "No me dijeron que apadrinar¨ªa al ni?o yo sola, pero es algo que das por sentado", afirma.

El dinero de los padrinos no va directamente al ni?o, sino que se utiliza para comprar medicamentos y construir escuelas, hospitales y centros que mejorar¨¢n sus vidas. Aun as¨ª, en la web de Intervida aparecen una serie de preguntas como: "?Puedo visitar al ni?o?", "?Puedo hacer un donativo para mi ni?o?" o "?Qu¨¦ sabe el ni?o de m¨ª?" cuyas respuestas dan a entender que puede construirse una relaci¨®n de afecto con el menor.

Un v¨ªnculo que, seg¨²n los padrinos, resulta muy dif¨ªcil de realizar.