Muere el maestro del arte conceptual
Sol LeWitt, uno de los referentes de la creaci¨®n del siglo XX, ten¨ªa 78 a?os
Pionero del arte conceptual. Ant¨ªtesis del artista superestar. Pieza clave en el desarrollo del arte americano surgido en contestaci¨®n al expresionismo abstracto de posguerra, Sol LeWitt, de 78 a?os, falleci¨® el pasado domingo en Nueva York a causa de un c¨¢ncer. A pesar de ser uno de los escasos supervivientes de la generaci¨®n dorada que transform¨® desde el continente americano el panorama art¨ªstico occidental, LeWitt siempre huy¨® de las c¨¢maras y el estrellato, tan adictivo para otros creadores de ¨¦xito. Su vida, en ese sentido, trat¨® de emular a su forma de entender el arte.
Hijo de inmigrantes rusos, naci¨® en Hartford (Connecticut) en 1928. Su adicci¨®n al dibujo la descubri¨® en la tienda de regalos de su t¨ªa, donde pasaba las horas garabateando sobre el papel de envolver. Estudi¨® arte en la Universidad de Siracusa y, tras luchar en la guerra de Corea en 1951, se instal¨® en Nueva York, donde trabaj¨® como ilustrador gr¨¢fico.
Intentaba pintar, pero no cre¨ªa en el toque individualista, emotivo y personal de los expresionistas, tan de moda a finales de los cincuenta, as¨ª que comenz¨® a desarrollar sus propias ideas sin demasiada convicci¨®n. Hasta que, tras aceptar un trabajo en la librer¨ªa del MOMA y conocer las inquietudes de otros creadores como Dan Flavin y Robert Mangold, tambi¨¦n empleados all¨ª, se dio cuenta de que no estaba solo. El minimalismo se abr¨ªa paso como reacci¨®n al expresionismo a principios de los sesenta y Lewitt se sinti¨® identificado con una corriente que negaba la subjetividad y fue a¨²n m¨¢s all¨¢. Cuando en 1967 escribi¨® su c¨¦lebre ensayo Par¨¢grafos sobre arte conceptual, con el que acu?¨® el t¨¦rmino hom¨®nimo, proclam¨® la supremac¨ªa de la idea sobre la materializaci¨®n de la obra de arte, afirmando que toda creaci¨®n deb¨ªa dirigirse a la mente del espectador, no a su mirada. Convirti¨® en una de sus se?as de identidad los murales -lleg¨® a dibujar m¨¢s de 1.000- acompa?ados por un folleto de instrucciones para que cualquiera pudiera fabricarlos. As¨ª separaba completamente el origen de la idea de su puesta en pr¨¢ctica y reafirmaba su teor¨ªa sobre la caducidad de los objetos frente a la inmortalidad de los conceptos.
Sol LeWitt redujo el arte a vol¨²menes b¨¢sicos, plasm¨¢ndolos en dibujos, pinturas y estructuras de grandes dimensiones. A principios de los setenta ya era, a su pesar, una celebridad. El MOMA le dedic¨® su primera retrospectiva en 1978. El Whitney Museum lo hac¨ªa en 2000. Aun as¨ª, nunca dej¨® de compartir sus exposiciones individuales con artistas j¨®venes y de comprar sus obras, demostrando una generosidad poco com¨²n en el eg¨®latra mundo del arte.
Nunca se tom¨® vacaciones. Su mayor placer, dec¨ªa, era trabajar. Lo hizo hasta el fin de sus d¨ªas, aunque tras residir en Italia a principios de los ochenta, su estilo cambi¨®. Adquiri¨® mayor opulencia con el uso de formas m¨¢s suaves y colores m¨¢s brillantes, sorprendiendo a m¨¢s de un cr¨ªtico. Pero, como le dijo una vez a la escultora Eva Hesse, "el arte no tiene que ajustarse a una sola idea o tendencia, puede ser todo lo que t¨² quieras que sea".
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