Un cayuco ataca a una patrullera espa?ola con 'c¨®cteles molotov'
Los autores de la agresi¨®n, que se produjo hace cuatro d¨ªas en aguas de Mauritania, llegaron el domingo al sur de Gran Canaria
Los 57 inmigrantes que llegaron el pasado domingo al puerto de Arguinegu¨ªn (suroeste de la isla de Gran Canaria) son los protagonistas de una nueva vuelta de tuerca en el fen¨®meno de la inmigraci¨®n en barcas de madera hacia Canarias: bombardearon con c¨®cteles molotov y todo tipo de objetos a la patrullera R¨ªo Duero, de la Guardia Civil, que tiene su base en Mauritania, para evitar ser interceptados.
Los mandos de la nave espa?ola optaron por no responder a los ataques, dar aviso al dispositivo de control de fronteras europeo de Frontex en la zona, cuyo centro de coordinaci¨®n est¨¢ en Las Palmas, y dejar que el cayuco continuara su ruta.
La madrugada del domingo, la embarcaci¨®n lleg¨® por sus propios medios al sur de Gran Canaria. Hasta all¨ª se ha desplazado uno de los guardias que viajaban en la R¨ªo Duero para identificar a los inmigrantes, que en las pr¨®ximas horas ser¨¢n devueltos a Mauritania, cuyas autoridades se han comprometido a juzgarlos, ya que el ataque tuvo lugar en sus aguas territoriales, cerca de la localidad de Nuadib¨².
Los sin papeles, de origen subsahariano, partieron hace cuatro d¨ªas de la costa de Mauritania. Como en otras muchas ocasiones, la patrullera espa?ola sali¨® a su encuentro para interceptarlos y llevarlos a puerto. Sin embargo, por primera vez en los ¨²ltimos 10 a?os, la respuesta no fue la esperada.
En numerosas ocasiones, los agentes destinados a estas operaciones de rescate han valorado la resignaci¨®n con que reaccionan los experimentados marineros que pilotan estas embarcaciones cuando son interceptados, hasta el punto de que ni uno s¨®lo haya intentado huir en los dos ¨²ltimos a?os.
Si los inmigrantes quisieran hacer frente a la patrullera, bastar¨ªa con que enfilaran el cayuco contra ella, a modo de torpedo, dado que la dura madera de la que est¨¢n construidas las barcas atravesar¨ªa el casco de fibra del barco espa?ol. Pero ¨¦sa ser¨ªa una maniobra suicida, pues correr¨ªan riesgo serio de perecer ahogados.
En esta ocasi¨®n, los agentes tuvieron que defenderse de una aut¨¦ntica lluvia de objetos contundentes y de c¨®cteles molotov que les lanzaban desde el cayuco.
Ante la virulencia del ataque y en un segundo intento por interceptar la barca, la Guardia Civil desembarc¨® una zodiac para transbordar a los inmigrantes, pero ¨¦stos respondieron exhibiendo objetos punzantes, con los que intentaron pinchar la lancha de goma del instituto armado. Los vaivenes que daba el cayuco con los movimientos de sus ocupantes estaban poniendo en peligro la vida de ¨¦stos, entre los que hab¨ªa dos menores de edad.
Ante esta situaci¨®n in¨¦dita y debido a la imposibilidad de repeler el ataque que estaban sufriendo sin hundir la barca de madera, los mandos de la Guardia Civil optaron por dejar marchar el cayuco, que ya hab¨ªa alcanzado aguas del S¨¢hara Occidental, controladas por Marruecos, e informar a los mandos del operativo Frontex.
Un avi¨®n de Frontex sigui¨® al cayuco durante los siguientes cuatro d¨ªas, hasta que fue interceptado por la Guardia Civil de Gran Canaria, que lo remolc¨® hasta el puerto de Arguinegu¨ªn, al sur de la isla, sin m¨¢s incidentes.
Los agentes espa?oles destacados en Mauritania tambi¨¦n informaron de lo sucedido a las autoridades del pa¨ªs magreb¨ª. En una operaci¨®n coordinada con ellas, un agente espa?ol se traslad¨® ayer a Gran Canaria para identificar a los atacantes.
A pesar de que muchos de ellos ya vest¨ªan la ropa nueva y limpia, suministrada por los efectivos de Cruz Roja, el agente pudo reconocer a algunos de los autores de los ataques, que ser¨¢n repatriados con car¨¢cter de urgencia a Mauritania. Las autoridades del pa¨ªs africano se han comprometido a juzgarlos, ya que el atentado se produjo en sus aguas jurisdiccionales.
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