La sala (vac¨ªa) de las v¨ªctimas
En la planta baja del edificio de la Casa de Campo donde se celebra el juicio del 11-M hay una sala grande, con hileras de sillas y pantallas de televisi¨®n. Se cuentan al menos 200 asientos y cinco pantallas de plasma. La Audiencia Nacional habilit¨® esta sala para que las v¨ªctimas del atentado, los heridos en los trenes o los familiares de los fallecidos, siguieran desde all¨ª por el circuito cerrado el desarrollo de las sesiones del juicio que se celebraba una planta m¨¢s arriba. Las primeras jornadas se pobl¨® de personas que miraban la pantalla que les quedaba m¨¢s cerca de su silla.
Ahora, la sala est¨¢ vac¨ªa.
Ayer, varios expertos en explosivos comentaban desde todas esas pantallas de televisi¨®n de circuito cerrado c¨®mo entraron en el piso de Legan¨¦s minutos despu¨¦s de que los islamistas se suicidaran tras activar la dinamita que se hab¨ªan abrochado como cintur¨®n. Los polic¨ªas relataban que tardaron horas en vaciar la piscina del jard¨ªn de ese inmueble y que en el fondo aparecieron dos cad¨¢veres con el torso destrozado.
En la sala de las v¨ªctimas no escuchaba nadie: varios empleados de la Audiencia Nacional aprovechaban la soledad de la sala para comentar cosas de su trabajo y de sus turnos; alg¨²n polic¨ªa ojeaba un peri¨®dico, alg¨²n otro operario cansado del juicio jugueteaba con el m¨®vil...
"Preferimos estar aqu¨ª"
"Es que todos los que venimos ahora cabemos en la sala principal, donde se celebra el juicio, y es aqu¨ª donde preferimos estar y no en la sala de abajo, que es como seguirlo por televisi¨®n", explica David Abad, miembro de la Asociaci¨®n 11-M Afectados de Terrorismo, presidida por Pilar Manj¨®n.
Ni siquiera esta sala principal se llena ya. Ayer acudieron muy pocas v¨ªctimas o familiares: ni siquiera dos docenas. Si no hubiera sido por la visita de un colegio y por amigos y conocidos de algunos abogados, los asientos reservados al p¨²blico habr¨ªan estado tan clamorosamente vac¨ªos como los de la sala de abajo, donde los polic¨ªas describen la salvajada de Legan¨¦s para nadie desde las pantallas de plasma.
"Tal vez sea porque acabamos de salir de Semana Santa", aventuraba un psic¨®logo de esta misma asociaci¨®n para explicar la ausencia. "No hay una raz¨®n determinada, y estoy seguro de que cuando empiecen a venir como testigos los viajeros de los trenes que resultaron heridos volver¨¢ la sala a llenarse y todo volver¨¢ a ser duro", a?ad¨ªa.
"O a lo mejor es por el clima", dice, mirando hacia la puerta, desde la que se cuela el d¨ªa lluvioso y triste que soport¨® ayer Madrid.
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