Wolfowitz pide perd¨®n por el trato de favor a su novia en el Banco Mundial
El esc¨¢ndalo enturbia la cumbre del BM y el FMI este fin de semana en Washington
Paul Wolfowitz pidi¨® ayer perd¨®n por el esc¨¢ndalo que le acecha desde hace dos semanas, por el aumento de sueldo que concedi¨® a una funcionaria del Banco Mundial con la que tiene una relaci¨®n sentimental desde hace a?os. La controversia amenaza con nublar la cumbre de primavera del Banco Mundial, entidad que preside Wolfowitz, y del Fondo Monetario Internacional. "Comet¨ª un error y lo lamento", dijo. El Consejo de Gobierno del Banco Mundial se reuni¨® para tratar el asunto, y la asociaci¨®n de empleados pidi¨® su dimisi¨®n. Wolfowitz dijo que aceptar¨¢ la soluci¨®n que finalmente se adopte.
El ex halc¨®n del Pent¨¢gono es acusado de nepotismo por el incremento salarial, supuestamente irregular, que se concedi¨® a Shaha Riza. La antigua funcionaria del Banco Mundial fue transferida al Departamento de Estado en septiembre de 2005, seis meses despu¨¦s de que Paul Wolfowitz entrara en el organismo y en el momento de hacerse p¨²blico el romance que ten¨ªan. Riza era asesora en materia de comunicaci¨®n en el departamento de Oriente Medio. Llevaba ocho a?os trabajando en la entidad.
En septiembre de 2006 pas¨® a trabajar para la organizaci¨®n no gubernamental Fundaci¨®n para el Futuro, financiada por Washington. Su n¨®mina era de 193.590 d¨®lares anuales, exentos de impuestos (144.500 euros), una cantidad que supera en 7.000 d¨®lares a lo que cobra, por ejemplo, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y que corre a cargo del Banco Mundial. Pero lo que irrit¨® al cuerpo de funcionarios fue que Riza fuera ascendida previamente a un cargo de mayor rango, esquivando los tr¨¢mites normales de promoci¨®n.
Anoche, la Asociaci¨®n de empleados de la instituci¨®n dio una vuelta de tuerca m¨¢s a la delicada situaci¨®n de Wolfowitz y reclam¨® su dimisi¨ªon. Alison Cave, presidenta de la asociaci¨®n, asegur¨® en una carta dirigida al Consejo de Gobierno de la entidad que la conducta de Wolfowitz "ha puesto en duda la integridad del Banco Mundial y ha destruido la confianza del personal en su liderazgo".
El antiguo n¨²mero dos del Pent¨¢gono fue directo al grano en la rueda de prensa previa a la cumbre de este fin de semana en Washington y sus primeras palabras fueron para asumir de nuevo su responsabilidad por la promoci¨®n salarial de su pareja. Y dej¨® claro que actu¨® de buena fe y conforme a las reglas que rigen la instituci¨®n. Wolfowitz pidi¨® comprensi¨®n, bajo el argumento de que esas decisiones se adoptaron cuando trataba de "navegar" por unas aguas que no conoc¨ªa. Y explic¨® que el caso Riza era particular, porque su transferencia no fue "voluntaria" y se hizo para evitar conflictos de inter¨¦s.
"Era una situaci¨®n excepcional y sin precedentes", remach¨®. El Government Accountability Project (GAP), un organismo que vela por el buen gobierno de las instituciones, y que destap¨® el caso hace unas semanas, precisa que el aumento doblaba lo establecido por el Banco. La n¨®mina de Riza pas¨®, seg¨²n sus datos, de los 47.300 d¨®lares a 180.000 d¨®lares tras la llegada de Wolfowitz. Y el a?o pasado se le sumaron otros 13.950 d¨®lares. GAP explica que de haberse respetado las reglas internas, su incremento salarial no habr¨ªa superado el 12% ni el 3,7% respectivamente.
El presidente del Banco Mundial se comprometi¨® a facilitar al consejo de gobierno de la entidad y a su comit¨¦ ¨¦tico el acceso a los hechos relevantes del caso, aunque precis¨® que lo har¨ªa respetando el derecho a la confidencialidad del que gozan los empleados de la instituci¨®n. Y propuso crear un mecanismo que aclare si Riza recibi¨® un trato preferente. "Aceptar¨¦ las soluciones que se propongan", garantiz¨®.
Pero sus explicaciones de d¨ªas pasados contrastan con las revelaciones de la GAP, al asegurar que el comit¨¦ ¨¦tico del banco nunca estuvo informado del incremento salarial a Riza. Lo sucedido, seg¨²n este organismo, es un claro ejemplo de nepotismo. Es m¨¢s, precisa que los miembros del consejo de gobierno se enteraron por la prensa. Wolfowitz dej¨® claro que no intenta ocultar nada ni hacer a otros responsables de lo sucedido. Sin embargo, este caso contrasta con su severa pol¨ªtica contra la corrupci¨®n en pa¨ªses receptores de las ayudas del Fondo.
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