Naturaleza sin barreras
Se habla mucho de suprimir las barreras arquitect¨®nicas, pero es muy poco lo que se dice, y apenas nada lo que se hace, para que los discapacitados puedan disfrutar de la naturaleza. Las excursiones de la Fundaci¨®n Tambi¨¦n, una senda adaptada en la sierra norte y los caminos accesibles en silla de ruedas que rodean los centros de educaci¨®n ambiental son casi las ¨²nicas opciones con que cuentan estas personas para gozar del Madrid verde.
- Fundaci¨®n Tambi¨¦n. Constituida en diciembre de 2000, tiene como meta la integraci¨®n de personas con discapacidad mediante la pr¨¢ctica del deporte, para lo cual pone a disposici¨®n de ellas material adaptado y monitores especializados. Entre las numerosas actividades que organiza -cursos y salidas de esqu¨ª alpino, ciclismo, vela, pesca, p¨¢del, tiro con arco, buceo...-, se encuentran los recorridos por antiguas plataformas ferroviarias o v¨ªas verdes -como la del Taju?a, en Madrid, o la de La Jara, en Toledo-, cuyo firme pavimentado, con un desnivel casi inapreciable, las hace id¨®neas para los desplazamientos en sillas de ruedas o en bicicletas adaptadas.
Adem¨¢s, la fundaci¨®n cuenta con un centro de actividades permanente en el parque Juan Carlos I, donde se ofrecen bicicletas, triciclos y t¨¢ndems para perderse por los 13 kil¨®metros de paseos de este gran espacio verde, as¨ª como piraguas para remar por su r¨ªa de casi dos kil¨®metros de longitud. La pesca sin muerte, el b¨¢dminton y el tenis de mesa son otros deportes que los discapacitados pueden practicar en este lugar. (Tel¨¦fono, 91 515 93 76; www.tambien.org).
- Dehesa de Redue?a. Creada en 2002 por el Patronato Madrile?o de ?reas de Monta?a, la llamada Senda para Todos es un itinerario de 2,2 kil¨®metros adaptado para invidentes y discapacitados mot¨®ricos que se adentra en la dehesa boyal de Redue?a, un pedazo virginal de monte mediterr¨¢neo en la sierra norte madrile?a, con buenos ejemplares de encina, enebro, quejigo y arce de Montpellier, y una abundancia tal de plantas arom¨¢ticas -cantueso, romero, tomillo, jara...- que hace que, s¨®lo con el olfato, ya se disfrute un mont¨®n.
Nada m¨¢s salir de Redue?a por la carretera de Cabanillas, hay que desviarse a la izquierda por un camino del Canal de Isabel II cuyo pavimento ha sido adecuado para las sillas de ruedas, el cual avanza asom¨¢ndose al barranco del arroyo de las Huertas, afluente del Jarama. Jalonan el recorrido cinco paradas interpretativas, con carteles en relieve y en lenguaje Braille que versan sobre la orograf¨ªa, la encina, el paisaje rural, las adaptaciones al clima y las aves. M¨¢s informaci¨®n, en el Patronato Madrile?o de ?reas de Monta?a (tel¨¦fono 91 420 81 73; www.madrid.org/pamam) y en el Centro de Innovaci¨®n Tur¨ªstica de la Sierra Norte Villa de San Roque (Tel. 91 868 86 98; www.sierranortemadrid.org).
- Senda de los Batanes. A un kil¨®metro del monasterio de El Paular, r¨ªo Lozoya abajo, estuvo la que durante cuatro siglos fue una de las propiedades m¨¢s queridas y rentables de los monjes, el molino de los Batanes, una f¨¢brica de papel de la que sali¨® el utilizado en la primera edici¨®n del Quijote.
Las ruinas de aquel lugar, que acab¨® sus d¨ªas como internado de se?oritas, dan un punto de melancol¨ªa a esta senda que discurre por la margen derecha del Lozoya desde el albergue juvenil Los Batanes, en El Paular, hasta una pasarela que permite cruzar el r¨ªo para regresar por la v¨ªa peatonal asfaltada de la orilla contraria, completando un circuito de dos kil¨®metros por terreno llano, sombreado en todo momento por chopos de centenaria corpulencia.
Otros de sus alicientes son el Bosque de Finlandia -ex¨®tico paraje ribere?o con sauna, embarcadero y plantaci¨®n de abetos-, el arboreto Giner de los R¨ªos -con 300 especies arb¨®reas de hoja caduca originarias de distintas zonas del planeta- y el puente barroco del Perd¨®n. Junto a este ¨²ltimo, abre sus puertas un centro de educaci¨®n ambiental en el que proporcionan folletos impresos de la ruta y organizan recorridos guiados por la misma. (Tel. 91 869 17 57; www.madrid.org).
- Parque de Polvoranca. Al oeste de Legan¨¦s, lindando con Alcorc¨®n, M¨®stoles y Fuenlabrada, se extiende sobre las tierras del difunto pueblo de Polvoranca este pulcro parque periurbano de 150 hect¨¢reas de superficie, con tres charcazos, 25.000 ¨¢rboles, 200.000 arbustos y 15 kil¨®metros de sendas peatonales. Una de ellas, la de los Jardines Tem¨¢ticos, permite ir en silla de ruedas desde el aparcamiento de Legan¨¦s hasta la laguna de Mari Pascuala pasando sobre el arroyo de la Recomba, donde bulle una mir¨ªada de ¨¢nades reales, fochas, pollas de agua...
A la derecha del camino, se abre el Jard¨ªn Bot¨¢nico, que alberga 300 especies de todo el mundo, desde la palmera canaria hasta el indiano liquid¨¢mbar; y a la izquierda, el de Rocas, en el que se exhibe un gran mapa en relieve de Madrid, elaborado con las piedras que afloran en las distintas zonas de la regi¨®n. El Arboreto de Ciudad, el Jard¨ªn Siempreverde y el Huerto Ecol¨®gico completan este itinerario asfaltado de 1,2 kil¨®metros, que puede alargarse otro tanto rodeando la laguna de Mari Pascuala por paseos de tierra batida y hacerse por libre o con la ayuda de los monitores del Centro de Educaci¨®n Ambiental Parque de Polvoranca. (Tel. 91 648 44 87; www.madrid.org).
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