El rigor y la emoci¨®n
Hist¨®rico miembro de Estampa Popular y del Equipo Realidad, los dos grupos valencianos de la d¨¦cada de 1960, que, junto al m¨¢s c¨¦lebre Equipo Cr¨®nica, fueron pioneros de la versi¨®n espa?ola del pop o, si se quiere, de una nueva figuraci¨®n cr¨ªtica, Joan Cardells (Valencia, 1948) cobr¨® un vuelo independiente hacia el ecuador de la segunda mitad de los a?os setenta, desarrollando una obra personal, interesante y coherente, en la que contin¨²a hoy. Durante esta ¨²ltima etapa, que dura ya m¨¢s de un cuarto de siglo, centr¨® Cardells su atenci¨®n, por as¨ª decirlo, en el dibujo y la escultura, aunque movido por una reflexi¨®n sobre el modo conceptual, material y t¨¦cnico de producir arte, tras todas las revoluciones y experiencias habidas en dos siglos de vanguardia.
JOAN CARDELLS
Galer¨ªa Pepe Cobo
Fortuny, 39. Madrid
Hasta el 5 de mayo
En cierta manera, esta reflexi¨®n de Cardells concordaba con las preocupaciones anteriores a su posterior "transformaci¨®n" como escultor, que vino dictada, m¨¢s que por un simple af¨¢n de cambio o experimentaci¨®n, por la necesidad de ahondar y precisar mejor el inestable y aleatorio "canon" moderno.
En este sentido, con carto
nes cosidos y, principalmente, con el uso del fibrocemento, al que posteriormente se a?adir¨ªa tambi¨¦n el hierro fundido y el bronce, Cardells repens¨® formalmente la construcci¨®n de la figura, despojada de cualquier rasgo individualizador. Su dibujo estaba tambi¨¦n en esa misma onda, aunque planteado en t¨¦rminos de planitud, pero sin ayudarse, para dar relieve a la volumetr¨ªa de otro instrumento que el grafito.
Por todos estos antecedentes, creo que la Galer¨ªa de Pepe Cobo ha hecho bien en presentar la obra actual de Cardells entremezclada con una selecci¨®n de ejemplos anteriores, no para que sirvan de simple recordatorio, aunque no expusiera en Madrid desde 1993, sino para encuadrarla con el sentido unitario de su trayectoria. Entro lo ¨²ltimo, sigue habiendo alguna escultura en bronce, pero el protagonismo lo tiene ahora el dibujo, que se ha esponjado, abordando mayores formatos y complejidades compositivas de, a su vez, mayor ¨ªmpetu y alcance.
Estos dibujos actuales, aun sin perder su proverbial severidad, se han hecho, por una parte, m¨¢s escult¨®ricos, pero, por otra, se encuentran insertos en una escenograf¨ªa espacial como de paisaje, lo cual, sin duda, enriquece su dicci¨®n formal y simb¨®lica. Esta mezcla de estricta contenci¨®n expresiva y de aumento de densidad significativa suponen, sin duda, un nuevo paso hacia adelante de este conciso y exigente artista, que, de esta manera, logra conciliar en su obra a L¨¦ger con Morandi, es decir, el rigor y la emoci¨®n.
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