Fascinante locura
Thomas Carlyle (1795-1882) forma, junto con el ensayista John Ruskin, el poeta Mathew Arnold y el novelista Charles Dickens, el cuarteto representativo del Romanticismo Idealista en las Letras Inglesas. Los dos primeros pertenecen a un acervo puritano que les lleva a convertirse en a?orantes de tiempos anteriores (Carlyle vuelve sus ojos a la tradici¨®n germ¨¢nica, como se evidencia en Sartor Resartus, y Ruskin hacia el medievalismo) y los otros dos mantienen una actitud m¨¢s abierta, a la que no ha de ser ajena su dedicaci¨®n a la creaci¨®n literaria. Los cuatro fueron admirados y reconocidos por la sociedad victoriana, pero Carlyle puede considerarse el campe¨®n de la voluntad, del "querer es poder", muy propio de un esp¨ªritu calvinista como el suyo.
SARTOR RESARTUS
Thomas Carlyle
Traducci¨®n de Miguel
Temprano Garc¨ªa
Alba. Barcelona, 2007
400 p¨¢ginas. 23,50 euros
Sartor Resartus (el sastre remendado) es un libro inclasificable, ca¨®tico, apoyado en la filosof¨ªa del idealismo alem¨¢n, soberbia y complicadamente escrito que en ocasiones abruma; en otras, cansa, y en conjunto, divierte y fascina a partes iguales.
Carlyle emplea un artificio que luego ser¨¢ muy utilizado: el del libro escrito sobre otro inexistente. En este caso se trata de un libro titulado Die Kleider ihr Werden und Wirken (el vestido, su origen e influencia) del que es autor Di¨®genes Teufelsdr?ck (Hijodedi¨®s Esti¨¦rcoldeldiablo), Doctor en Derecho Civil y Can¨®nico, y editado por Stillschweigen un Co. (Guardasilencio y compa?¨ªa), Weissnichtwo, 1833 (Nosesabed¨®nde, 1833). Con la transcripci¨®n de su ficha editorial, s¨®lo pretendo dejar ya en claro cu¨¢l es el tono.
El libro est¨¢ dividido en tres partes. La primera trata de las dificultades del editor para hacer llegar el mensaje del libro a sus contempor¨¢neos ingleses, dificultades que provienen del escaso entusiasmo receptivo que espera encontrar en ellos, pero tambi¨¦n -y aqu¨ª entra la vena de humor que no abandonar¨¢ nunca- de las dificultades de comprensi¨®n del propio libro; cito un ejemplo que, a su vez, lo es tambi¨¦n del estilo de Carlyle: "Ardientes pensamientos brotan en forma de Palabras ardientes, como otras tantas Minervas surgidas entre llamas y esplendores de la cabeza de J¨²piter; una dicci¨®n rica e idiom¨¢tica, alusiones pintorescas, una orgullosa afectaci¨®n po¨¦tica o extra?os juegos de palabras, todas las gracias y terrores de una Imaginaci¨®n indome?able unida al m¨¢s l¨²cido de los Intelectos se alternan en hermosas vicisitudes. ?L¨¢stima que los interrumpan con tanta frecuencia otros tantos pasajes aburridos y sopor¨ªferos, circunloquios, repeticiones e incluso toques de pura jerigonza senil!". En realidad es un juego consistente en denigrar elogiando y elogiar denigrando, lo que convierte al libro en una fascinante y desenfadada locura. El editor se dedica a desentra?ar el libro para el lector, en glosarlo y citarlo y el resultado es un texto, le¨ªdo hoy, posmoderno.
La parte segunda es la biograf¨ªa del profesor Teufelsdr?ck, espl¨¦ndida utilizaci¨®n de lo grotesco (tan caro a la literatura alemana, por cierto) y la tercera contiene el pensamiento de la magna obra glosada: una Filosof¨ªa del Vestido. Si el vestido es un artificio que manifiesta un modo de ser social, el lenguaje es el vestido del pensamiento ("todo lo emblem¨¢tico es propiamente vestido, tejido a mano con el Pensamiento"), el cuerpo lo es del alma y el mismo cosmos es un tejido del Tiempo. Bajo el aspecto de una formidable broma, Carlyle hace un repaso a la sociedad en que vive y a todo ese utilitarismo que destilan los nuevos tiempos, y que se viene encima de la mano del naciente industrialismo, en dem¨¦rito de los grandes ideales de ¨¦pocas precedentes. La broma es hilarante unas veces, feroz otras, constru¨ªda con un ingenio y un estilo singulares. La idea de la "filosof¨ªa indumentaria" viene de otro gran humorista, Jonatahn Swift, pero quien est¨¢ detr¨¢s de la escritura de Carlyle es Laurence Sterne, sin duda alguna; de ah¨ª nace mi sugerencia de que su lectura actual es posmoderna.
En cuanto al estilo, al que debe un parte importante de su valor dentro de la literatura inglesa, es verdaderamente ¨²nico; desde el uso de may¨²sculas, cursivas, signos de puntuaci¨®n, omisiones tendentes a realzar la sugerencia de la frase, germanismos hasta los comparativos o superlativos inesperados, los neologismos, ritmo tan peculiar y accidentado... en fin, es una verdadera exhibici¨®n que, aunque a veces parezca caer en el amaneramiento, supone una libertad de lenguaje tan alegre y retorcida como el propio texto. Era bien dif¨ªcil traducir todo esto y es necesario mencionar el esfuerzo (y el resultado) excelente de Miguel Temprano Garc¨ªa para poner al alcance del lector espa?ol a este gran cl¨¢sico del romanticismo ingl¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.