Amargo regreso a Marruecos
La flota de Barbate vuelve del caladero norteafricano sin apenas capturas
"Volvemos con la cara partida". En la emisora de radio del Siempre Virgen de Regla suena de madrugada esta frase. La intercambia el patr¨®n de uno de los siete pesqueros que ayer regresaron a Barbate (C¨¢diz) tras haber faenado en el caladero de Marruecos por primera vez desde hace ocho a?os, tras la renovaci¨®n del acuerdo entre este pa¨ªs y la Uni¨®n Europea. Es una voz de decepci¨®n. En las bodegas de esos barcos se acumulan mucho cansancio e ilusiones perdidas, pero poco pescado, apenas cuatro toneladas de sardinas entre todos y ninguna de boquer¨®n, la especie m¨¢s ansiada en este regreso.
"Cre¨ªan que volver a Marruecos era la soluci¨®n, pero en el mar se ve la verdad"
El Siempre Virgen de Regla tiene un cenicero en forma de timonel en el puente de mando, destino final de parte de los cientos de cigarrillos que los 20 marineros apuraron en las 26 horas que dur¨® el viaje. Casi 10 de esas horas se consumieron en T¨¢nger, el puerto donde los inspectores marroqu¨ªes alargaron la revisi¨®n t¨¦cnica obligatoria de los primeros siete barcos que estrenaban el convenio firmado en 2005.
A un armador le reprocharon la falta de pintura de su casco. A otro le reclamaron la libreta de mar marroqu¨ª. A todos les exigieron la caja azul de seguridad y control de navegaci¨®n. Desde el mediod¨ªa hasta las nueve de la noche del jueves los siete pesqueros estuvieron parados. Tiempo suficiente para que el cenicero en forma de timonel se llenara varias veces. O para echar m¨¢s de una siesta o un paseo por el muelle. O para lamentarse en voz alta de las pegas administrativas. "Esto deber¨ªa estar resuelto en unos minutos. Pero, claro, no nos podemos quejar para que no se estropee la cosa", se lamentaba el patr¨®n de uno de los barcos.
A bordo del Siempre Virgen de Regla, el cocinero Antonio Mu?oz utiliz¨® la espera para servir de cena una decena de tortillas, una veintena de filetes y litros y litros de sopa. Con el est¨®mago lleno, el barco arranc¨® pasadas las nueve de la noche rumbo al caladero. "Lo que quiero es que haya mucho pescado y este viaje merezca la pena", aportaba el marinero Manuel Ben¨ªtez, de 38 a?os, en un improvisado debate en la cocina.
La gran mayor¨ªa de la tripulaci¨®n ya estuvo en Marruecos durante la vigencia del anterior convenio, extinguido en 1999. Manuel cambi¨® el mar por el ladrillo durante estos a?os, pero decidi¨® regresar a su profesi¨®n natural. "Es lo que se me da bien. Si no sale, ya buscaremos otra cosa", a?ade ante sus compa?eros, que mantienen una esperanza moderada.
De madrugada, el fuerte oleaje dificulta el manejo del barco para el patr¨®n, Antonio Vega. Tambi¨¦n la b¨²squeda, que se realiza mediante radares que localizan los bancos de pescado. Lo que rastrean especialmente es el boquer¨®n m¨¢s grande, que s¨®lo se captura en Marruecos y que sirve para hacer anchoa, frente al que se pesca en las aguas del golfo de C¨¢diz, m¨¢s peque?o y que s¨®lo se usa para fre¨ªr.
A las cuatro de la madrugada, la patera del barco con dos marineros a bordo ayuda a extender las redes de cuerda y plomo a 21 millas del puerto marroqu¨ª de Larache. Se encienden los focos. De esta forma, se ilumina el agua y el pescado sube a la superficie al creer que es de d¨ªa. El lance se completa y los tripulantes ayudan a subir la red. El patr¨®n observa desde la parte superior de la cubierta. No tarda en comprobar que s¨®lo han ca¨ªdo caballas y algunas sardinas. Apenas hay boquerones. Su cara refleja decepci¨®n. Ordena devolver todas las capturas al mar. "Esto no nos sirve. No nos sale rentable", explica.
El esfuerzo del primer lance no ha servido de nada. Poco despu¨¦s hay un segundo intento. Pero ni siguiera llega a echarse la red. El fuerte oleaje impide obtener garant¨ªas de que habr¨¢ una buena captura. La b¨²squeda por los radares resulta infructuosa. Antonio Vega da la orden de regresar a Barbate. Volver¨¢n con las bodegas vac¨ªas. Para una tripulaci¨®n en la que muchos ganan en funci¨®n de las capturas supone regresar con los bolsillos vac¨ªos. La decepci¨®n se convierte en lamento. "Se cre¨ªan que cuando nos dijeron lo de volver a Marruecos ya estaba la soluci¨®n a toda la crisis del sector. Pero aqu¨ª en el mar es donde se ve toda la verdad", asegura el veterano Luis Denia a sus compa?eros. "Esto de la pesca es pan para hoy, hambre para ma?ana", a?ade resignado. "Esto no es como abrir cuatro o cinco empresas y empezar a ganar dinero y generar un mont¨®n de puestos de trabajo".
A trav¨¦s de la emisora se informan de que el resto de los primeros siete barcos desplazados a Marruecos desde Barbate han corrido una suerte similar. El que m¨¢s ha pescado ha sido el Carabina y Farruco, que lleva 269 cajas de sardinas, con casi 10 kilos cada una; el Nuevo Mari Luz, 80; y el Pepillo, 115. El resto, el Siempre Virgen de Regla, Moby Dick, Nuremar y Nuevo Pepita Aurora vuelven sin nada. "Volvemos con la cara partida", se escucha en el regreso en la radio.
La llegada al puerto de Barbate es desangelada. Apenas hay movimiento de pescado. Las escasas sardinas se montan en furgonetas para la empresa distribuidora de los supermercados Mercadona, que ya hab¨ªa comprado previamente estas capturas. Ni rastro de los boquerones grandes para hacer anchoas. El Siempre Virgen de Regla lo volver¨¢ a intentar este domingo.
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