Fraudes electorales que quedaron impunes
El caso m¨¢s sonado de fraude en la tramitaci¨®n de votos por correo en unas elecciones se produjo en Madrid en 1991. Aquel a?o, el PP gan¨® por primera vez en el Ayuntamiento de Madrid con mayor¨ªa absoluta. En el camino se destap¨® un fraude en la tramitaci¨®n de votos por correo realizada desde la sede principal del partido en la calle de G¨¦nova.
El operativo puesto en marcha para el fraude desencaden¨® la falsificaci¨®n de la firma del notario Alberto Ballar¨ªn en al menos 3.000 ocasiones para poder formalizar otros tantos votos de personas a las que hab¨ªa captado el partido.
Los juzgados abrieron un procedimiento contra nueve trabajadores del PP y la cuesti¨®n se resolvi¨® en el a?o 2000 con la absoluci¨®n de todos ellos. La Audiencia de Madrid indic¨® en su sentencia que se hab¨ªan observado numerosas irregularidades en la tramitaci¨®n de las solicitudes de votos postales de las elecciones municipales y auton¨®micas de 1991, pero concluy¨® que esas irregularidades no estaban entonces tipificadas como delito y por eso absolv¨ªa a los acusados. El n¨²mero de votos con firma falsa no variaba los resultados electorales.
En la sentencia, el tribunal inst¨® a la Junta Electoral Central a que investigase si tales irregularidades eran constitutivas de una sanci¨®n administrativa; es decir, si cab¨ªa imponer una multa a los empleados del PP. Tambi¨¦n aquel procedimiento qued¨® en nada.
El fiscal retir¨® su acusaci¨®n de delito electoral para tres de los nueve acusados y opt¨® por reclamar un a?o de c¨¢rcel para esos nueve implicados por un supuesto delito de falsedad. Mantuvo adem¨¢s que la firma del notario Alberto Ballar¨ªn hab¨ªa sido falsificada m¨¢s de 3.000 veces por personas del PP. Durante el juicio no se pudo demostrar si entre los acusados estaban las personas que imitaron la firma de Ballar¨ªn, quien intervino en el juicio como acusador particular.
Motivo de conflicto
El voto por correo siempre ha sido motivo de conflicto pol¨ªtico entre partidos. A prop¨®sito de las pr¨®ximas elecciones municipales y auton¨®micas ya se han destapado en Espa?a algunos casos para la pol¨¦mica.
El candidato socialista a la alcald¨ªa de Vila de Cruces (Pontevedra), Javier Castelo, reconoci¨® hace varias semanas que hab¨ªa enviado un correo electr¨®nico en el que propon¨ªa la contrataci¨®n de un agente electoral en Buenos Aires cuya retribuci¨®n consistir¨ªa en "una cantidad fija y un incentivo por n¨²mero de votos recibidos".
El Gobierno balear del PP estuvo inmerso en una investigaci¨®n, que se archiv¨®, de compra de votos para las elecciones en Formentera de 1999, cuyo esca?o era vital para el resultado final.
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