"Lo higi¨¦nico es alejarse del ruido de las voces m¨¢s siniestras de nuestra sociedad"
Arrasa cada noche en el Mar¨ªa Guerrero, junto con sus compa?eros de Animalario, en Marat-Sade, que pronto empieza gira por Espa?a, y tiene a punto de estreno Bajo las estrellas, el debut cinematogr¨¢fico de F¨¦lix Viscarret, que le vali¨® el premio al mejor actor en el Festival de M¨¢laga. Dos trabajos a cual m¨¢s distinto, que dan la medida de su enorme versatilidad: Sade, el revolucionario integral, l¨²cido, inflamado y monstruoso, y el cr¨¢pula Benito Lacunza, un holgaz¨¢n descomprometido en el m¨¢s amplio sentido de la palabra, casi un personaje de comedia italiana de los sesenta. Fue pensar eso y reparar en la cuenta de correo del actor, que comienza con la palabra "Albertone". Le pregunto si es un homenaje al gran Sordi y as¨ª es: "Admiro a Sordi profund¨ªsimamente: sab¨ªa convertir en cercanos a los personajes m¨¢s escurridizos, con los que menos pod¨ªas identificarte".
"En 'Marat-Sade' s¨®lo he visto una respuesta airada. Una se?ora se march¨® diciendo: 'Esto no es teatro, es una agresi¨®n"
"A veces los actores tendemos a pensar en el p¨²blico como un territorio hostil, cuando m¨¢s bien suele tratarse de un grupo amigo"
Como Sordi en La gran guerra, Lacunza "s¨®lo busca la comodidad y escurrir el bulto, hasta que se ve metido en una situaci¨®n que le obliga a tomar conciencia y entrar en acci¨®n. Una virtud del personaje es su ausencia de moral o, al menos, de la moral oficial". Tambi¨¦n es curioso que Lacunza y Sade est¨¦n unidos por dos conceptos opuestos del dolor. "El dolor duele y no hay m¨¢s misterio en eso que en una pata de pollo", dice el primero en la novela de Aramburu que inspir¨® la pel¨ªcula. Sade, en cambio, dice Alberto San Juan, "clama contra el dolor producido por una cultura dominante que reprime la expresi¨®n de las emociones, la esencia de lo humano. Marat, por su parte, cree que la causa del dolor es la miseria material de un mundo dividido en clases sociales. La gran pregunta de la obra es: ?qu¨¦ revoluci¨®n podr¨ªa lograr el avance hacia una etapa nueva de la historia que no estuviera mayoritariamente marcada por el dolor?".
Antes de comenzar los ensayos de Marat-Sade, los c¨®micos de Animalario se acercaron a esas dos fuentes del dolor: "Hicimos dos talleres, uno con los internos del psiqui¨¢trico Doctor Esquerdo y otro con las reclusas del grupo Yeses. Sin esos encuentros, el espect¨¢culo ser¨ªa probablemente menos verdadero. Las mujeres que sobreviven encerradas en Alcal¨¢ Meco son, una por una, v¨ªctimas directas de la miseria, pero la situaci¨®n de algunos internos que conocimos era todav¨ªa m¨¢s extremo: han perdido la capacidad de reconocerse en el otro y establecer un v¨ªnculo afectivo. ?se s¨ª que es un verdadero corredor sin retorno".
Pregunta. ?C¨®mo reacciona el p¨²blico de Marat-Sade?
Respuesta. S¨®lo he visto una respuesta airada. Una se?ora se march¨® diciendo: "Esto no es teatro, es una agresi¨®n". Pero, por lo general, muchos espectadores nos esperan a la salida y nos dicen que la obra les genera una excitaci¨®n casi f¨ªsica, una necesidad de celebraci¨®n colectiva: tienen ganas de desnudarse, gritar o correr por el escenario.
P. ?El p¨²blico es una bestia o un amante?
R. A veces los actores tendemos a pensar en el p¨²blico como un territorio hostil que hay que conquistar por la fuerza, cuando m¨¢s bien suele tratarse de un grupo amigo, dispuesto al encuentro. Es f¨¢cil que un actor proyecte sus miedos en quien le est¨¢ mirando, y eso puede desembocar en serios problemas para comunicar la historia, que a fin de cuentas es de lo que se trata.
P. Comenz¨® como periodista de sucesos; quiz¨¢s no sea raro que acabara en Animalario, un grupo orientado hacia lo que en Inglaterra llaman teatro c¨ªvico...
R. Trabaj¨¦ en Diario 16 durante sus dos ¨²ltimos a?os. Ten¨ªa veintipocos, y fue una etapa maravillosa, aunque carec¨ªa de reflejos y de olfato period¨ªstico, dos graves problemas a la hora de hacer informaci¨®n diaria. Se me daban mejor las entrevistas y los reportajes. Algo de aquel poso debe haber quedado. A los 24 entr¨¦ en la escuela de teatro de Cristina Rota. All¨ª contact¨¦ con los que luego formar¨ªamos Animalario y empec¨¦ con ellos, contando peque?as historias en bares. Madur¨¢bamos las ideas charlando y paseando. Ahora el trabajo se ha multiplicado y se ha hecho necesaria la organizaci¨®n, aunque convendr¨ªa recuperar aquellos paseos de los comienzos.
P. ?Qu¨¦ hay de ese antiguo proyecto de una obra sobre el terrorismo? ?Se tratar¨ªa del terrorismo internacional o del de ETA?
R. Es un proyecto antiguo, s¨ª, y por desgracia present¨ªsimo. En nuestro trabajo se repite siempre un tema obsesivo: ?Por qu¨¦ un ser humano llega a ver a otro como algo extra?o, ajeno, hasta el punto de considerar que puede disponer de su vida y destruirla? ?Por qu¨¦ se produce ese aislamiento donde s¨®lo hay dolor y, por tanto, miedo y violencia? ?Por qu¨¦ esto se normaliza y acaba organizando nuestra convivencia? Sade aporta una idea fundamental: todos podemos ser v¨ªctimas y verdugos; s¨®lo el reconocimiento de nuestra propia capacidad de hacer da?o puede librarnos de ella y ayudarnos a superar la destructiva divisi¨®n en bandos, en amigos y enemigos. La llamada guerra contra el terrorismo ser¨ªa el campo de la realidad donde nos gustar¨ªa abordar esos temas, pero en un sentido muy amplio. Por lo que respecta a ETA, ¨²nico caso en nuestro pa¨ªs de la demencia fascista que supone matar fr¨ªa y organizadamente, no logro ni siquiera imaginar c¨®mo abordarlo desde el teatro.
P. ?Y alg¨²n otro asunto de la Espa?a actual, ya en clave de s¨¢tira como Alejandro y Ana o de drama colectivo como Hamelin?
R. Casi cada d¨ªa pienso que habr¨ªa que hacer algo ya sobre la labor destructiva de los pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n de derechas en estrecha colaboraci¨®n con la instituci¨®n m¨¢s retr¨®grada, que es la Iglesia, pero acabo pensando que es m¨¢s higi¨¦nico o fruct¨ªfero alejarse del ruido de todas esas voces siniestras. De momento, el ¨²nico plan concreto de Animalario es continuar con Marat-Sade hasta diciembre. Y, en mi caso personal, participar en la pr¨®xima pel¨ªcula de Juan Cavestany, que se rueda este verano y se titula Gente de mala calidad.
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