La antigua c¨¢rcel de Carabanchel, convertida en vertedero farmac¨¦utico

Tubos de ensayo que contienen sangre, decenas de botes para material m¨¦dico contaminado de los que sobresalen agujas de jeringuillas, botes para muestras, cientos de antibi¨®ticos dentro de su envoltorio y cientos de jeringuillas sin usar, goteros para suero...

Todo ello yace tirado en la esquina de uno de los patios de la abandonada c¨¢rcel de Carabanchel.

Jeringuillas, botes de muestras, antibi¨®ticos, goteros de suero... tirados en una cancha

Debajo de una canasta oxidada, y a pocos metros de una de las cocinas del penal, se puede ver un cubo de basura volcado. Al lado de la canasta hay una estancia de azulejos blancos en donde est¨¢n la mayor parte de los antibi¨®ticos. Est¨¢n amontonados. Tambi¨¦n hay guantes de pl¨¢stico y algunas jeringuillas sin usar que salen de cubos de basura volcados.

Da la impresi¨®n de que el material hubiera salido despedido desde el interior de la sala. "Nos sorprendimos bastante de encontrar esto aqu¨ª, porque no es un lugar de f¨¢cil acceso", cuenta Laura Aparisi. Esta madrile?a de 27 a?os se encontraba con un grupo de amigos haciendo fotos del interior de la c¨¢rcel cuando descubrieron el material m¨¦dico. "O¨ªmos que un grupo de chicos hablaban sorprendidos del tema, pero cuando llegamos all¨ª ya no estaban", recuerda Laura, que pertenece a un grupo de fot¨®grafos que, desde hace dos meses, se acerca al penal para sacar instant¨¢neas.

El lugar no resulta de f¨¢cil acceso, ya que hay que atravesar varios patios y dependencias para llegar. Encontrar el lugar requiere ir con alguien que conozca el acceso o caminar un buen rato por los pasillos. Aun as¨ª, hay varias pintadas -"Entra y flipa", "Drogas duras llenan sepulturas"- en referencia a lo que se encuentra en el interior del cuarto. En la c¨¢rcel, a la que se accede sin gran dificultad -la verja exterior est¨¢ agujereada, uno de los portones est¨¢ abierto y al interior se puede acceder por una ventana tapada s¨®lo con una manta-, vive gente, aunque no exactamente en la zona en la que se encuentran los residuos.

"Cuando lo vimos, pensamos que pod¨ªa venir de la enfermer¨ªa", cuenta Laura. Fuentes de la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias aseguraron a este peri¨®dico que el lugar en el que se encuentra el material no est¨¢ cerca de lo que era la enfermer¨ªa y que, cuando se cerr¨® la c¨¢rcel, en 1998, se procedi¨® al traslado de todo el material. Incluso uno de los m¨¦dicos que trabajaba all¨ª, consultado por dicha fuente, se mostr¨® sorprendido por el n¨²mero de jeringuillas, ya que el programa de intercambio no se hab¨ªa iniciado en 1998.