Costas de ladrillo
Un informe de dos europarlamentarios, aprobado por la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo, describe con detalle el urbanismo salvaje que se ha adue?ado de muchas zonas de Espa?a, pero en particular del litoral mediterr¨¢neo.
Dicen los autores -el polaco Marcin Libicki y el brit¨¢nico Michael Cashman- que los habitantes de la costa mediterr¨¢nea est¨¢n sufriendo el "expolio de la propia comunidad y de su patrimonio cultural, el enladrillado del litoral, la destrucci¨®n de la flora y la fauna y el enriquecimiento masivo de una peque?a minor¨ªa a expensas de la mayor¨ªa". A este desarrollo canceroso del cemento en el borde de Espa?a se suma, seg¨²n el informe, la angustia de las personas que adquirieron all¨ª de buena fe un inmueble y se encuentran ahora con que el mismo Ayuntamiento que autoriz¨® las contrucciones puede declararlas ilegales.
Esta pesadilla de corrupci¨®n e incompetencia que denuncia el informe es totalmente veros¨ªmil, puesto que todos los d¨ªas aparecen indicios de corrupci¨®n que se llevan a los tribunales. El ¨²ltimo de una larga cadena es la imputaci¨®n de cinco altos cargos del Gobierno de Murcia (Partido Popular) supuestamente implicados en una recalificaci¨®n fraudulenta para construir 4.000 viviendas en un paraje de especial protecci¨®n ambiental. Forma parte adem¨¢s de ese infierno inmobiliario la pr¨¢ctica fraudulenta de construir promociones de viviendas sin agua y otros servicios b¨¢sicos, como la electricidad. Las confederaciones hidrogr¨¢ficas denuncian que unas 300.000 viviendas de nueva construcci¨®n no tienen garantizado el suministro de agua, circunstancia que es desde cualquier punto de vista un enga?o al comprador.
El informe comunitario avanza que la corrupci¨®n inmobiliaria que est¨¢ destruyendo la costa se origina en "la ambici¨®n de alcaldes de poca monta atra¨ªdos por los cantos de sirena de promotores inmobiliarios". Es una descripci¨®n que encubre adem¨¢s otras causas conocidas, aunque de dificil soluci¨®n a corto plazo. Una de las m¨¢s importantes es la financiaci¨®n insuficiente de los ayuntamientos, obligados a buscar en la revalorizaci¨®n del suelo los ingresos que no pueden o no saben obtener a trav¨¦s de impuestos o gesti¨®n razonable de deuda. Lo mismo cabe decir de la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, excesivamente vulnerables a los cantos de sirena, es decir, comisiones, procedentes de los pelotazos inmobiliarios.
Pero estas razones, y otras como la ausencia de controles efectivos de las decisiones de los ayuntamientos, son conocidas de antiguo, sin que las administraciones p¨²blicas sean capaces frenar la corrupci¨®n inmobiliaria que ya ha destruido la confianza de los ciudadanos en las autoridades locales y amenaza con enfangar la credibilidad en otras instituciones democr¨¢ticas. Por si fuera poco, presenta a la sociedad espa?ola ante el resto de Europa como consentidora de la recalificaci¨®n fraudulenta, la construcci¨®n salvaje y la destrucci¨®n ambiental. Un aut¨¦ntico patio de Monipodio, recalificado y alicatado hasta el techo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.