Empieza el juicio por la macroestafa de la CPV, con 2.000 afectados
El proceso por el esc¨¢ndalo de esta cooperativa de viviendas durar¨¢ hasta el mes de julio
Comienza hoy en la Audiencia de Madrid el juicio por la macroestafa inmobiliaria de la Cooperativa Peninsular de Viviendas (CPV). En noviembre de 2002, en pleno auge de la especulaci¨®n inmobiliaria, varios miles de afectados de la CPV se manifestaron reiteradas veces por Madrid contra la ausencia de fiscalizaci¨®n de las cooperativas de viviendas.
Cuatro directivos de CPV y dos supuestos testaferros se sientan en el banquillo, en sesiones que durar¨¢n hasta el pr¨®ximo julio, para responder de una estafa por la que el fiscal les pide un total de 72 a?os de c¨¢rcel y exige que los acusados paguen una multa de 60.000 euros diarios durante 36 meses. Son casi 2.000 afectados que perdieron sus ahorros, entre 20.000 y 70.000 euros. La estafa total se eleva a 26.802.184 euros.
Cuatro a?os ha tardado la justicia en sentar en el banquillo a los acusados de perpetrar una de las mayores estafas inmobiliarias ocurridas en Madrid en los ¨²ltimos 30 a?os y que fue destapada por EL PA?S en noviembre de 2002.
Familias sin ahorros
Seg¨²n el fiscal, seis personas vinculadas a CPV dejaron sin sus ahorros a 1.889 personas humildes -entre ellas, muchas parejas de novios- que aspiraban a tener un piso en los nuevos barrios del norte de Madrid: Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas. El fiscal asegura que Francisco Garc¨ªa Moreno, ayudado de sus dos hijos y dos testaferros, y experto en negocios inmobiliarios, consigui¨® que los afectados le entregaran 37 millones de euros a cambio de casas en los nuevos desarrollos urban¨ªsticos. Los acusados, seg¨²n el fiscal, destinaron a los preparativos de la construcci¨®n de las casas s¨®lo una m¨ªnima parte de los 37 millones que captaron de sus v¨ªctimas e "incorporaron el resto [del dinero] a su patrimonio".
El fiscal define a Francisco Garc¨ªa como el cerebro de esta gran estafa. La CPV se constituy¨® el 30 de diciembre de 1997. Francisco Garc¨ªa puso al frente de la CPV, para no figurar ¨¦l, a sus dos hijos -los hermanos y tambi¨¦n acusados Miguel ?ngel y Francisco Garc¨ªa S¨¢nchez- y a un amigo de ¨¦stos, Miguel ?ngel Morillo.
En 1998, los procesados decidieron intervenir en los desarrollos urban¨ªsticos del norte de Madrid, pero sin recursos ni apenas suelo en la zona. Ofrecieron chollos, lo que despert¨® el inter¨¦s de muchas parejas que quer¨ªan disponer, en ese lugar, de una casa con zona ajardinada, piscina y pista de p¨¢del. CPV dec¨ªa a las familias que el dinero que entregasen estar¨ªa avalado por un gran banco. Todo mentira. Parte del dinero se lo gastaron los directivos de CPV en gastos suntuarios.
Francisco Lozano, abogado de Miguel ?ngel Morillo, se?al¨® ayer que su cliente es "inocente" y descarg¨® toda la responsabilidad en Francisco Garc¨ªa. "Mi cliente es empleado y administrador de una sociedad mancomunada concebida, dirigida y administrada por Francisco Garc¨ªa, tal y como ¨¦l mismo tiene declarado en las actuaciones".
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