"Si Sarkozy gana las elecciones, ser¨¢ la guerra anunciada"
Azouz Begag (Lyon, 1957) fue ministro para la Igualdad de Oportunidades del Gobierno de Dominique de Villepin hasta que dimiti¨®, hace unas semanas, para apoyar la candidatura a la presidencia del centrista Fran?ois Bayrou. Economista, soci¨®logo y escritor, este hombre de origen magreb¨ª, nacido en un suburbio desfavorecido de Lyon, encarna en s¨ª mismo el ascensor social que proclama el modelo republicano franc¨¦s. Pero su paso por el Ejecutivo conservador explica mejor que nada la discriminaci¨®n que sufren los franceses de origen inmigrante frente a las clases dirigentes. En su libro Un cordero en la ba?era -se han agotado siete ediciones en dos semanas- detalla el desprecio que le dedicaron Nicolas Sarkozy y su gente durante los dos a?os que comparti¨® con ellos el Consejo de Ministros por criticar los comentarios insultantes del titular de Interior respecto a los j¨®venes de las barriadas. Sarkozy no puede pisar el 30% del territorio franc¨¦s, apunta Begag, y si gana las elecciones ser¨¢ "la guerra anunciada".
"En este pa¨ªs incluso da miedo pronunciar la palabra jud¨ªo o ¨¢rabe, es peyorativo"
Pregunta. ?Qui¨¦n pasar¨¢ a la segunda vuelta?
Respuesta. Los sondeos no reflejan la realidad. Habr¨¢ una gran sorpresa. Todos los ¨¢rabes y todos los negros cuando me ven por la calle me felicitan. Detestan a Sarkozy. Este pa¨ªs tiene necesidad de una reorganizaci¨®n pol¨ªtica estructural; necesidad de creer en la clase pol¨ªtica.
P. ?Cu¨¢l fue su relaci¨®n con el ministro del Interior?
R. Sarkozy ten¨ªa mucho poder. Demasiado. Mis divergencias con ¨¦l surgieron en el momento de las violencias en las barriadas, cuando pronunci¨® aquellas palabras, insultantes, chocantes; cuando llam¨® basura a los j¨®venes y dijo que limpiar¨ªa las calles con mangueras de presi¨®n. Yo, que vengo de la inmigraci¨®n, me vi obligado a salir al paso y decir que no pod¨ªa aceptar ese lenguaje. Me amenaz¨® y utiliz¨® todo su poder pol¨ªtico y medi¨¢tico para hacerme desaparecer. Azouz Begag no existe, era la consigna. Me silenciaban los peri¨®dicos y todas las grandes cadenas de televisi¨®n. Me parece normal que lo hiciera la prensa de izquierdas, porque finalmente yo no era m¨¢s que un ¨¢rabe en un Gobierno de derechas, y los ¨¢rabes son de izquierdas, para la izquierda.
P. ?Es usted partidario de la discriminaci¨®n positiva?
R. No, por el momento. En Francia hay que empezar por poder decir las cosas claras; poder decir que un blanco es un blanco, que un ¨¢rabe es un ¨¢rabe y que un negro es un negro. Hay que poder decir, sin que se considere racista, que en el equipo nacional de f¨²tbol hay un 80% de negros. Porque es as¨ª. En este pa¨ªs incluso da miedo pronunciar la palabra jud¨ªo o ¨¢rabe; es peyorativo. Es una herencia de la Revoluci¨®n Francesa, pero estamos en el siglo XXI y hay un 50% de desempleo entre los franceses de origen ¨¢rabe y un 60% de ¨¢rabes en las prisiones francesas. Hay que hacer la banalizaci¨®n de la diversidad, hacerla visible.
P. ?Qu¨¦ piensa usted de la propuesta de Sarkozy de crear un ministerio de la inmigraci¨®n y la identidad francesa?
R. Me gustar¨ªa decirle que les debe un respeto a estos chavales ¨¢rabes o negros cuyos padres murieron por Francia en las dos guerras mundiales. Hemos dado nuestra sangre por Francia. Cuando busco en los archivos de las bajas francesas encuentro miles de nombres ¨¢rabes, incluidos muchos de mi familia. Cuando busco los apellidos de Sarkozy no aparece nadie. Nos debe respeto, incluso a los gamberros. Utiliza este discurso nacionalista para hacerse con el electorado de extrema derecha. Orgulloso de ser franc¨¦s, dicen. ?Qui¨¦n no est¨¢ orgulloso de ser franc¨¦s en este pa¨ªs? Todos los negros, todos los ¨¢rabes lo est¨¢n.
P. ?Cree que Sarkozy puede ganar con el discurso de Le Pen?
R. Cuando Sarkozy, delante de 11 millones de espectadores, dice "la inmigraci¨®n es los corderos degollados en la ba?era", con la sangre que corre por los pasillos, est¨¢ claramente insultando a los musulmanes y a los ¨¢rabes. Es un regalo a los electores del Frente Nacional. Es la guerra de civilizaciones, la guerra de religiones lo que nos propone. Es la guerra prometida. Sarkozy sabe muy bien que ¨¦l no puede presentarse en los suburbios de las grandes ciudades, donde viven un 30% de los franceses. Estoy orgulloso de que Bayrou puede ir a las barriadas.
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