El nuevo plan 'participativo' de Ibarretxe
"Estamos convirtiendo al pueblo en p¨²blico. La democracia se ha empobrecido y el espacio p¨²blico se ha degradado. Hace falta una aut¨¦ntica regeneraci¨®n democr¨¢tica en todos los niveles institucionales". Con esta crudeza describ¨ªa el ex alcalde de Vitoria-Gasteiz Jos¨¦ ?ngel Cuerda, la situaci¨®n actual de nuestro sistema democr¨¢tico.
A estas alturas, huelga explicar que quienes queremos reformar el sistema es precisamente porque creemos en ¨¦l. Y una de las reformas que tiene que experimentar nuestra democracia, la fundamental, es la que haga que las decisiones p¨²blicas sean m¨¢s participativas y abiertas a los ciudadanos. Y es a los poderes p¨²blicos a quienes corresponde modernizar y redefinir la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa en la pol¨ªtica, porque esa es la esencia de la democracia que tenemos. Esa ha sido siempre su esencia.
La participaci¨®n en este pa¨ªs se entiende como pura propaganda partidaria, pero pagada con recursos p¨²blicos
La democracia ha evolucionado a lo largo de su historia. Est¨¢ en permanente evoluci¨®n. Y hoy necesita un nuevo impulso mirando al futuro, una nueva forma de hacer pol¨ªtica, con una nueva interpretaci¨®n de la relaci¨®n entre representaci¨®n y participaci¨®n.
Bajando al terreno vasco, es verdad que est¨¢ en manos del Parlamento el hacer que la ciudadan¨ªa pueda tener un acceso m¨¢s f¨¢cil a la informaci¨®n, que supone el primer requisito para poder participar en los asuntos p¨²blicos. Tambi¨¦n depende del Parlamento llevar a cabo una reforma de su reglamento que posibilite la presencia ciudadana en las comisiones y su participaci¨®n directa en la elaboraci¨®n de los Presupuestos de la comunidad aut¨®noma o en la tramitaci¨®n de un proyecto de ley.
No obstante, no es menor la tarea que corresponde al Gobierno para facilitar la participaci¨®n ciudadana en los asuntos p¨²blicos. Dir¨ªa m¨¢s, la responsabilidad del Ejecutivo es capital en este sentido. El Gobierno vasco cre¨® una Direcci¨®n General de Participaci¨®n Ciudadana dentro del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales dirigido por Javier Madrazo, que en los presupuestos de este a?o cuenta con m¨¢s de 590.000 euros y que desempe?a sus funciones estrictamente para ese departamento. El resto de consejer¨ªas del Gobierno no cuenta con esa direcci¨®n, lo que supone un sinsentido y una diferencia respecto de otras estructuras participativas que existen en el resto del Estado (por ejemplo, en Catalu?a), donde se trabajan pol¨ªticas participativas de forma transversal.
?Por qu¨¦ s¨®lo se otorga a la consejer¨ªa de Madrazo la posibilidad de contar con una Direcci¨®n de Participaci¨®n Ciudadana? ?Por qu¨¦ no es necesaria una direcci¨®n similar para, por ejemplo, socializar y hacer m¨¢s part¨ªcipe a la sociedad del proyecto de Y ferroviaria vasca o para que la ciudadan¨ªa intervenga en la definici¨®n o el seguimiento de las pol¨ªticas de empleo o de industria? Lo hemos preguntado y no tenemos respuesta.
En los mismos Presupuestos para este a?o, el Departamento de Presidencia dedica 300.000 euros a diversos procesos de participaci¨®n ciudadana, destinados todos ellos a dar soporte al nuevo plan (el de "Paz y Convivencia") del lehendakari Ibarretxe. Una iniciativa para la que, dicho sea de paso, antes de buscar la implicaci¨®n de la sociedad, podr¨ªa haber buscado una mayor complicidad de los parlamentarios que no votamos su investidura.
Sin mirar al pasado con rencor y sin tremendismos innecesarios, se puede afirmar que el nuevo plan del lehendakari comienza a parecerse demasiado al suyo anterior, al viejo plan Ibarretxe, al menos en el aspecto de la participaci¨®n ciudadana. Me explico. Como acaba de desvelar el Tribunal Vasco de Cuentas P¨²blicas, el 80% del gasto que se realiz¨® para la difusi¨®n del plan Ibarretxe se produjo antes de que fuese aprobado por el Parlamento vasco. O sea, que se gastaron el 80% del dinero p¨²blico cuando aquel Plan era solo la idea de los tres partidos que lo propon¨ªan y no un acuerdo tomado por una mayor¨ªa institucional. Quiz¨¢s sea esa la forma como se entiende la participaci¨®n ciudadana en este pa¨ªs: en t¨¦rminos de pura propaganda partidaria... a cargo de los recursos p¨²blicos.
En resumen, que el Gobierno liderado por un lehendakari que se pasa el d¨ªa reclamando el "derecho a decidir" de la sociedad vasca, no tiene un modelo de participaci¨®n para hacer a la ciudadan¨ªa part¨ªcipe de las pol¨ªticas p¨²blicas. Y no lo tiene, simple y llanamente, porque no cree en la participaci¨®n, si no es para dar cobertura a sus intereses de partido(s).
A su vez, ensaya una formula de relaci¨®n directa con la ciudadan¨ªa -pasando de los partidos y present¨¢ndolos como "problema"-, como si el viejo recurso al caudillismo tuviera que ver con renovadas versiones de la democracia directa. Un invento demasiado viejo como para que caigamos en la trampa.
Afirma el autor que, excepto en los
asuntos que le interesa, el Gobierno no tiene
una pol¨ªtica de participaci¨®n ciudadana.
?scar Rodr¨ªguez Vaz es parlamentario y secretario general del Grupo Socialistas Vascos.
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