Los Rolling y los caballos drogados
Un concierto del grupo en el hip¨®dromo de Belgrado desata la pol¨¦mica
Los Rolling Stones no pueden evitarlo: quieran o no quieran, la pol¨¦mica les pisa los talones. Hace unas semanas, encendi¨® la mecha Keith Richards, al alardear de haber esnifado una porci¨®n de los restos de su padre, cenizas mezcladas con coca¨ªna. El guitarrista y su padre se hab¨ªan ignorado durante muchos a?os y aquel peculiar gesto de canibalismo funerario, con el que Keith pretend¨ªa ratificar su reconciliaci¨®n, no fue apreciado por el resto del planeta.
El centro debe decidir si traslada o seda a los animales para evitar que el ruido les provoque p¨¢nico
Ahora, tambi¨¦n es un asunto de drogas, aunque pertenezcan a la categor¨ªa de los tranquilizantes. El 14 de julio, los Rolling Stones se presentan en Serbia. No se trata de un concierto cualquiera: durante los a?os de desintegraci¨®n de Yugoslavia, el rock formaba parte del arsenal est¨¦tico de la oposici¨®n a Slobodan Milosevic, que se expresaba a trav¨¦s de emisoras valientes como la legendaria B92. Es la tercera vez que los Stones intentan debutar en el machacado pa¨ªs balc¨¢nico: en las anteriores ocasiones, tuvieron que suspender por causas propias (la ca¨ªda de Keith Richards, supuestamente mientras estaba subido a un cocotero, en 2006) o ajenas (el asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, en 2003). Se calcula que podr¨ªan atraer a m¨¢s de cien mil personas al recital, que se celebrar¨¢ en el hip¨®dromo de Belgrado.
El problema es que all¨ª residen 300 caballos de competici¨®n y, por cuestiones log¨ªsticas, no se atreven a trasladarlos. Seg¨²n informa Reuters, el encargado de las cuadras, Jovanka Prelic, asume que habr¨¢ problemas con algunos animales: "Si se ponen demasiado nerviosos o les entra el p¨¢nico durante el concierto, tendr¨¢n que ser sedados". Se les inyectar¨ªa diazepam, un medicamento que conocen demasiados vecinos de Belgrado: bajo el nombre de Bensedin, se consum¨ªa a manos llenas durante los tres meses que dur¨® la campa?a de bombardeos de la OTAN contra el r¨¦gimen de Milosevic, en 1999.
Seg¨²n ORCA, una sociedad protectora de animales muy activa en Serbia, un concierto de los Rolling Stones ser¨ªa da?ino para los equinos: "Las investigaciones demuestran que el ruido y las vibraciones son las principales causas de estr¨¦s en los animales". Habla Elvir Burazerovic, el responsable de ORCA, que se pregunta si Belgrado no puede improvisar un recinto vallado capaz de acoger a una multitud: "Creemos que el hip¨®dromo deber¨ªa quedar para los caballos".
Calmar a los cuadr¨²pedos con un ansiol¨ªtico ser¨ªa una aberraci¨®n, insiste Burazerovic. Mostrando una conmovedora ingenuidad, amenaza a los organizadores del evento con llevar el asunto ante los mismos Rolling Stones. "Una banda tan prestigiosa no permitir¨¢ tal mancha en su reputaci¨®n", pronostica. Desdichadamente, los Stones nunca han demostrado excesiva simpat¨ªa por la h¨ªpica.
El deporte favorito de Mick Jagger es el cr¨ªquet, en el que incluso ha invertido dinero. Y Keith Richards s¨®lo piensa en caballos como material metaf¨®rico: "Ni los caballos salvajes podr¨ªan alejarme". Est¨¢ en el estribillo de Wild horses, una emotiva balada country que compuso en 1969 como declaraci¨®n de amor para Anita Pallenberg, su gran amor durante los a?os salvajes. El bater¨ªa del grupo, Charlie Watts, es el ¨²nico que podr¨ªa entender las quejas de ORCA: ha criado caballos de raza ¨¢rabe en su granja de Devonshire, aunque tiene m¨¢s devoci¨®n por los perros.
En Espa?a, ya se pueden comprar entradas -entre 86 y 162 euros- para algunos de los cuatro conciertos que los Stones tienen comprometidos en junio, como parte de su Bigger Bang Tour: Barcelona (21), San Sebasti¨¢n (23), Madrid (28) y El Ejido (30). El pasado a?o, el grupo frustr¨® a sus seguidores espa?oles al suspender todas sus actuaciones. Crucen los dedos.
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