De G¨®ngora a Mozart
Los diarios suelen llegar tarde para contar las noticias. Nuestros lectores, habitualmente, ya conocen las m¨¢s importantes por otros medios. Lo que nos queda, sin embargo, no es poco, adem¨¢s de las exclusivas: la contextualizaci¨®n y el an¨¢lisis, la capacidad para propiciar una reflexi¨®n e, incluso, abrir di¨¢logos colectivos sobre asuntos que interesan a la sociedad. Ofrecemos informaci¨®n y opini¨®n, a veces mezclamos ambas sin delimitar bien los ¨¢mbitos y, en ocasiones, se publican art¨ªculos que, al aparecer como informaciones, generan sorpresa e irritaci¨®n en algunos lectores.
Un ejemplo. El pasado mi¨¦rcoles 18, la ¨²ltima p¨¢gina del diario daba la noticia -ocurrida el domingo anterior en Aguascalientes (M¨¦xico)- de la grave cogida de un ni?o torero espa?ol. Corneado a los 14 a?os se titulaba el art¨ªculo, que llevaba el subt¨ªtulo 'El torero Jairo Miguel, a punto de morir en una plaza mexicana'. Su autor es un escritor y periodista de prestigio, Antonio Caballero, aficionado a la tauromaquia, que public¨® en 1992 el ensayo Toros, toreros y p¨²blico.
La noticia de la grave cogida de Jairo Miguel adquiri¨® un relieve especial por la edad del torero, 14 a?os, una edad en que en Espa?a est¨¢ prohibido torear profesionalmente. Jairo Miguel, dirigido por su padre, Antonio S¨¢nchez C¨¢ceres, matador de toros de los a?os setenta, se encontraba en M¨¦xico desde hace tiempo, porque all¨ª s¨ª se permite el espect¨¢culo de los ni?os torero.
Caballero, en un estilo m¨¢s propio de una columna de opini¨®n que de una cr¨®nica, recog¨ªa ese elemento y afirmaba: "Pero torear, 'jugar al toro', como se llama a eso por los menos desde el siglo XVI, es exactamente lo que viene haciendo Jairo Miguel desde los ocho a?os".
"Y si lo hac¨ªa Jairo Miguel, como tantos otros, es porque el toreo es un juego de ni?os. Dice G¨®ngora en una letrilla: 'Hermana Marica, ma?ana que es fiesta / jugar¨¦ yo al toro y t¨² a las mu?ecas...".
Y m¨¢s adelante remataba: "El toreo siempre ha sido un juego de ni?os, y tal vez por eso tantos toreros llegan a viejos cargando un apodo en diminutivo: el mismo que se pusieron cuando ten¨ªan 10 a?os".
"Otro tanto sucede a los m¨²sicos, pongamos por caso. En general, a todos los artistas. ?A partir de qu¨¦ edad est¨¢ legalmente permitido ser un artista? Porque las legislaciones laborales protegen a los ni?os de la explotaci¨®n, lo cual est¨¢ muy bien, pero tiene el problema de que el padre de Mozart, por ejemplo hubiera ido a la c¨¢rcel".
Incomprensible
Algunos lectores se han mostrado irritados por la defensa que el autor del art¨ªculo hace del toreo infantil, por la referencia a Mozart, por la afirmaci¨®n, en opini¨®n de un lector "incomprensible y temeraria", de que el toreo "siempre ha sido un juego de ni?os".
El Defensor del Lector tiene muy tasadas sus competencias en este diario: "Se abstendr¨¢ siempre de descalificar el trabajo de los redactores y, m¨¢s a¨²n, de juzgar su val¨ªa y su profesionalidad. Deber¨¢ explicar si se han cumplido o no las normas del Libro de estilo, describir los hechos y los m¨¦todos empleados, as¨ª como reflejar los criterios seguidos para elaborar una informaci¨®n". Art¨ªculo 6 de su estatuto.
El defensor no opina sobre las afirmaciones de Antonio Caballero, al que se solicit¨® un art¨ªculo por la secci¨®n de Cultura del diario. La publicaci¨®n de este art¨ªculo como columna de opini¨®n habr¨ªa podido suscitar cr¨ªticas, como a veces ocurre con la columna que Manuel Vicent escribe cada a?o, en un sentido bien distinto, con motivo de la feria taurina de San Isidro. Pero las protestas que ha generad, al ser publicado como una cr¨®nica de ¨²ltima p¨¢gina, son las que interesan al Defensor del Lector.
No parece aceptable, y en eso no tiene nada que ver el autor del art¨ªculo, publicar un art¨ªculo de opini¨®n como si fuera la cr¨®nica de un suceso. Bastantes lectores nos reprochan que no deslindemos m¨¢s claramente la informaci¨®n de la opini¨®n, incluso en las cr¨®nicas, que es un g¨¦nero interpretativo.
El Libro de estilo indica que la cr¨®nica debe contener elementos noticiosos -ser¨¢ titulada por regla general como una informaci¨®n- y puede incluir interpretaciones que no contengan juicios de valor.
Adem¨¢s, subraya que no es tolerable "la coletilla que refleja opiniones personales o hip¨®tesis aventuradas. Las exigencias informativas de rigor y edici¨®n en una cr¨®nica son asimilables a las indicadas en el apartado noticias".
La ¨²ltima p¨¢gina del peri¨®dico recoge habitualmente cr¨®nicas de hechos m¨¢s o menos ins¨®litos o curiosos. Las secciones del diario suelen proponer diariamente temas para esa ¨²ltima p¨¢gina. El pasado martes, fue la secci¨®n de Cultura la que sugiri¨® pedir un art¨ªculo a un escritor, experto en el mundo taurino, para cubrir la informaci¨®n del ni?o torero corneado en Aguascalientes. El art¨ªculo lleg¨® a la hora del cierre de la primera edici¨®n y, pese a que su contenido infring¨ªa todas las normas que el Libro de estilo sobre la separaci¨®n entre informaci¨®n y opini¨®n, sali¨® publicado en todas las ediciones.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonear al n¨²mero 91 337 78 36.
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