El juez y la profesora
En EL PA?S del jueves leo: "Un juez de Valladolid descarta que una licenciada pueda sufrir maltrato". La cuesti¨®n es que una profesora de instituto present¨® una demanda contra su marido, del que ahora se estaba divorciando, por "desprecios y humillaciones" a las que seg¨²n ella la someti¨® durante 16 a?os de matrimonio. El juez considera que el alto nivel de formaci¨®n de la mujer hace que sea sorprendente que no lo denunciara hasta ahora. El auto ha merecido "el rechazo contundente" de muchas asociaciones. Por ejemplo, la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos, que la ha considerado "terrible". Yo, humildemente, entiendo al juez.
A m¨ª me parece que una cosa son las amenazas y la otra esto que se ha convenido en llamar "maltrato psicol¨®gico". En el primer caso, entiendo que las amenazas de un hombre puedan ser m¨¢s graves que las de una mujer por una cuesti¨®n de fuerza f¨ªsica. No es lo mismo que yo diga "te pegar¨¦" a I?aki Perurena, que I?aki Perurena me diga a m¨ª "te pegar¨¦". Pero en el caso del maltrato psicol¨®gico no hay ventajas seg¨²n sexos. El m¨¢s perturbado o el m¨¢s mal¨¦volo (sea hombre o mujer) es el que le dice al otro, por ejemplo: "No vales para nada". Y es evidente que el maltrato psicol¨®gico no tiene que darse s¨®lo en el ¨¢mbito del matrimonio. Hay quien lo ha sufrido en el colegio de curas o en el trabajo.
Y, sin duda, creo este tipo de maltrato, el que se basa en la anulaci¨®n de la personalidad de la v¨ªctima, es efectivo cuando esta v¨ªctima tiene menos recursos intelectuales. No hablo de listos y de tontos, sino de infantiles y no infantiles. (Otra cosa, insisto, es que te amenace y que te calles por miedo.) Que un adulto insulte a un ni?o, por ejemplo, es muy pernicioso, porque ni?o no tiene el criterio de un adulto, no es capaz de distanciarse o de contestar con las mismas armas. Su personalidad est¨¢ form¨¢ndose. Del mismo modo, insultar a una persona de baja extracci¨®n social y cultural puede causar el mismo efecto. Pero, piensen en ustedes. Yo pienso en m¨ª. Si nuestra pareja nos dice que no valemos para nada, pensaremos que no nos conviene y que est¨¢ perturbada, pero no lo consentiremos durante a?os. ?sta es la diferencia entre nosotros y un ni?o o una persona de tan bajo nivel cultural que est¨¢ convencida de que las mujeres somos inferiores, porque as¨ª se lo han hecho creer siempre.
Desde luego, algunas personas enamoradas tienen comportamientos poco saludables. Qui¨¦n no conoce a alguien inteligente que se transforma en burro rematado y en dependiente de un energ¨²meno o una energ¨²mena que le desprecia. Es decir, hay muchas personas que soportan situaciones indignas por amor. Las enga?an y ellas lo toleran para no perder a su ser amado. El ser amado les pone los cuernos y cuando protestan, el amado les dice que est¨¢n locas. Encuentran SMS comprometidos del amado, pero no quieren abandonarle, a pesar de tener recursos econ¨®micos, porque se dicen que no lo soportar¨ªan. A esto, que es un amor patol¨®gico, ahora se le llama sufrir maltrato psicol¨®gico. Y esto no hace m¨¢s que banalizar algo muy grave, como el maltrato. Todav¨ªa no entiendo c¨®mo los personajes del mundo del coraz¨®n no denuncian a los periodistas de los programas por maltrato psicol¨®gico. Les humillan, les llaman "ni?atos" y se burlan de sus defectos f¨ªsicos. Hace unas semanas, en el programa Els matins a TV3 entrevistaron a una se?ora que ha escrito un libro sobre el maltrato psicol¨®gico que sufri¨® durante su matrimonio. Me lo le¨ª y no me lo pod¨ªa creer. El maltrato consist¨ªa, en general, en que el marido le pon¨ªa los cuernos y compraba zapatos de marca a las amantes. Si poner los cuernos puede ser considerado maltrato psicol¨®gico, apago y me voy. Y no dudo de que el cuerno duele, pero es que entonces la mitad de la poblaci¨®n ser¨ªa maltratadora psicol¨®gica.
Quiero creer que la profesora de instituto no soport¨® durante 16 a?os un maltrato psicol¨®gico sin denunciarlo, porque es profesora de instituto, y, en su trabajo, seguro que tuvo que explicar a sus alumnas lo que son los malos tratos. Les tuvo que contar que las mujeres no somos inferiores a los hombres y que no hay que soportar ninguna humillaci¨®n. Podr¨ªa darse el caso, entonces, de que una juez que tambi¨¦n estuviese sufriendo maltrato psicol¨®gico y durante su trabajo, tuviese que juzgar casos de maltrato psicol¨®gico. Si esta profesora de Valladolid hubiese ganado el juicio porque el juez hubiese admitido que sufri¨® maltrato psicol¨®gico durante 16 a?os, sin denunciarlo, deber¨ªa ser inmediatamente relevada de su cargo. Su caso es dram¨¢tico y me llena de pena. Pero pienso que alguien que ha estado 16 a?os soportando humillaciones y no las ha denunciado no es lo suficientemente madura para ejercer la ense?anza.
moliner.empar@gmail.com
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