El tercer hombre

A veces no todo es cuesti¨®n de talento. La vida puede ser injusta -para algunos, claro- cuando por mucho empe?o que uno ponga en ello no llega a conseguir su objetivo. Los tres mosqueteros del motociclismo catal¨¢n que Alberto Puig sac¨® de la cantera y trajo al Mundial a principios del milenio han logrado, cada uno a su estilo, hacer historia. Eran apenas unos mocosos -se les llam¨® la Quinta del Biber¨®n- cuando empezaron a correr en moto: "La primera vez que me mont¨¦ en una, ten¨ªa dos a?os", dec¨ªa uno; "pues yo acababa de cumplir cuatro", declaraba su amigo, mientras que el otro, hijo y sobrino de campeones de Espa?a de motocross, no les debi¨® ir a la zaga. La cuesti¨®n es que los tres ingresaron en la ¨¦lite de la competici¨®n internacional con dorsales consecutivos, casi al final de la numeraci¨®n en la clase 125, que se correspond¨ªan a su escala de edad: 24, 25 y 26.

El 24 lo luc¨ªa -y lo luce todav¨ªa- Toni Elias (Manresa, 1983), enrolado en MotoGP desde 2005 y ya perfectamente capaz de poner en apuros sobre la pista al mism¨ªsimo Dottore Rossi (todav¨ªa se excusa con ¨¦l cuando lo rebasa mostr¨¢ndole el pie, como hacen los moteros en ruta al saludarse).

El 26 le correspondi¨® a Dani Pedrosa (Sabadell, 1985), sobre el cual, a estas alturas del partido, huelgan comentarios: con tres t¨ªtulos mundiales a sus espaldas, se ha convertido en el piloto de referencia para Honda, que edifica la moto oficial a su medida, rematada por un invariable n¨²mero 26.

?Y el 25? Pues ¨¦ste fue adjudicado a Joan Oliv¨¦ (Perafort, 1984), un chaval alto y espigado que no ha seguido la misma progresi¨®n que sus compa?eros de quinta. ?l y Dani debutaron al mismo tiempo, en el GP de Jap¨®n de 2001 (Toni lo hab¨ªa hecho el a?o anterior), siempre bajo la batuta de Alberto Puig, y a priori todo parec¨ªa indicar que el joven tarraconense, con un palmar¨¦s m¨¢s brillante que ellos -campe¨®n del Open RACC 50 en 1998, campe¨®n de la Copa Movistar Activa 125 en 1999, campe¨®n de Espa?a de Velocidad 125 en 2000- iba a comerse a sus rivales con patatas.

Sin embargo, las cosas no han sido as¨ª: los resultados de Joan a lo largo de estos cinco a?os hablan por s¨ª solos pues ha terminado cada temporada m¨¢s all¨¢ del 10? lugar de la clasificaci¨®n de 125 (su incursi¨®n en la clase 250 en 2004 tampoco dio frutos). Curiosamente todo el mundo habla muy bien de ¨¦l, de su fuerza de voluntad. Ha demostrado tener buena madera de piloto subiendo al podio en tres ocasiones -incluido uno en la Catedral de Assen-, aunque no con suficiente metal (del vil) que le permitiera estar en un equipo con mayores posibilidades. Su peregrinaje por escuder¨ªas privadas sin material de primera fila le ha supuesto un calvario. El a?o pasado fich¨® por el equipo Polaris World SSM Racing que dirige Manolo Burillo, hombre clave en el motociclismo espa?ol -descubridor de pilotos como Sito Pons, Carlos Card¨²s, Alex Crivill¨¦ o Carlos Checa- y termin¨® en el 10? puesto final.

Su segundo puesto de ayer bien podr¨ªa haber sido una victoria. Hay quien dice que la suerte no existe, pero tal vez Joan deber¨ªa pensar en recuperar el dorsal 25.