La esperanza desnuda
El limpio desnudo de Pepa Flores, la ex ni?a Marisol de los a?os sesenta, se hizo icono de la transici¨®n en un pa¨ªs liberado de los lutos del nacionalcatolicismo. Desnud¨®se y no hubo nada, pol¨¦micas de papel y alg¨²n que otro rasgado de vestiduras, camisas viejas, h¨¢bitos y velos. Espa?a se despojaba de sus trapos y el destape, radical y apresurado, exig¨ªa guiones a la medida de los desnudos que obligatoriamente hab¨ªan de incluirse en todos los filmes nacionales. El ojo alegre de Enrique Tierno Galv¨¢n se posar¨ªa sin recato sobre el busto de Susana Estrada, busto generoso y generosamente exhibido en todos los foros y en todas las fiestas.
Todav¨ªa en los primeros a?os setenta las mujeres cristianas se cubr¨ªan la cabeza con el velo, hiyab o chador, para ir a la misa dominical, manga larga y falda por debajo de la rodilla, y los productores cinematogr¨¢ficos se ve¨ªan obligados a contratar artistas extranjeras si quer¨ªan exhibirlas en d¨¦shabill¨¦ o traje de ba?o; mientras, en las fronteras pirenaicas se formaban cada fin de semana enormes colas de voyeurs ib¨¦ricos a la caza de pel¨ªculas prohibidas.
Mientras Esperanza sonr¨ªe, Soriano ha recibido una invitaci¨®n a declarar ante la Euroc¨¢mara
Luego, la hoja de parra patria desapareci¨® en un vuelo y de la noche al d¨ªa un pa¨ªs pudoroso y timorato se torn¨® en un ed¨¦n en el que el sexo volv¨ªa a no ser pecado ni el desnudo escandaloso y as¨ª ser¨ªa hasta que todos los espa?olitos reprimidos saciaron sus hambres atrasadas y todos los obsesos sexuales se curaron o fallecieron de sobredosis.
Con tenacidad y perseverancia, la revista Intervi¨², que publicara el desnudo primigenio de Marisol, sigue buscando, semana a semana para sus portadas, fotos de esc¨¢ndalo, no por lo expl¨ªcitas sino por lo que implica la identidad de sus protagonistas, los desnudos an¨®nimos quedan para la pornograf¨ªa, carecen del morbo a?adido que proporciona saber que el cuerpo revelado, por las buenas (posado) o por las malas (robado) pertenece a la presunta novia de un torero, la ex esposa de un banquero o a una concejal del Partido Popular de la localidad de Lepe, en la provincia de Huelva.
La posibilidad de ver en semejante tesitura a la presidenta de la Comunidad de Madrid, albur con el que bromeaba Esperanza Aguirre en una comparecencia reciente, ha disparado fabulaciones y especulaciones para todos los gustos entre sus administrados, que de momento se tendr¨¢n que conformar con los aviesos y traviesos fotomontajes que deben de circular por la Red.
Era broma, bromeaba cuando dijo que le gustar¨ªa posar desnuda pero que no reun¨ªa las condiciones para ello y volv¨ªa a bromear al final de la entrevista cuando adelantaba las reacciones que iba a provocar su comentario.
De eso se trataba, de acaparar m¨¢s p¨¢ginas, m¨¢s fotos y m¨¢s comentarios siguiendo la reputada t¨¢ctica del "que hablen de m¨ª, aunque sea bien".
Por el momento no se ha detectado reacci¨®n alguna en sus m¨¢s directos rivales. In¨¦s Saban¨¦s guarda silencio para no dar m¨¢s p¨¢bulo y Rafael Simancas no se acaba de ver en el papel del ciudadano por Madrid, la copia del programa de los catalanes se qued¨® en Canarias sin que, afortunadamente, L¨®pez de Aguilar haya tenido que quedarse m¨¢s en pelotas de lo que le dej¨® su mal consejero y plagiario confeso.
Entre la propaganda electoral madrile?a hay im¨¢genes que producen m¨¢s sonrojo que ver a una presidenta desnuda, a m¨ª, por ejemplo, me parece m¨¢s inmoral ver a Esperanza Aguirre tocada con un casco de obrero en los carteles de propaganda, dispuesta a poner manos a la obra una vez m¨¢s.
Tambi¨¦n me sonroja ver Telemadrid, ese "espejo de lo que somos", espejo c¨®ncavo que deforma la realidad y eslogan rematadamente malo porque da pie al chiste f¨¢cil. La televisi¨®n de Espe jode lo que somos y nos devuelve una imagen tan esperp¨¦ntica como la de S¨¢nchez Drag¨®, vedette intelectual de la empresa auton¨®mica.
Esperanza Aguirre, seguimos con las burlas, ironizaba tambi¨¦n estos d¨ªas sobre el partido pol¨ªtico formado por los trabajadores de su televisi¨®n, trabajadores forzados a un r¨¦gimen de esclavitud informativa que han puesto su grito en Europa y a su director, Manuel Soriano, en la picota.
Mientras Esperanza Aguirre sonr¨ªe, Manuel Soriano ha recibido una invitaci¨®n a declarar ante la Euroc¨¢mara, donde se supone que le sacar¨¢n los colores con las acusaciones de sus empleados: tergiversaci¨®n, censura, tendenciosidad, omisi¨®n y especulaci¨®n en el manejo de la informaci¨®n.
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