Bomberos que no lo son

Fueron los primeros en llegar ayer, cuando se detect¨® la ca¨ªda de agua en el t¨²nel, y lo hicieron provistos de unas peque?as bombas que apenas achicaban. Llegaron en un cami¨®n rojo y vestidos de bomberos. Han recibido formaci¨®n para serlo, realizan las mismas funciones, pero su contrato dice que son oficiales de segunda dentro del convenio de la construcci¨®n. Les faltan 140 horas de formaci¨®n y tambi¨¦n muchos de los instrumentos necesarios para actuar en caso de emergencia, coinciden distintas fuentes. Trabajan para la empresa privada (Emesa), encargada del mantenimiento de los nuevos t¨²neles de la M-30.

Son 60 empleados, divididos en tres bases -Paseo de Extremadura, Calder¨®n y By-pass Sur-. Otros 20 se incorporar¨¢n cuando se abra la del puente de Praga. Se presentaron a una oposici¨®n privada que les lleg¨® a trav¨¦s de la academia en la que preparaban las oposiciones a bombero, y en cuyas bases se hablaba de "t¨¦cnico especialista en emergencias", pero sus contratos les califican de "oficiales de segunda" del ramo de la construcci¨®n.

"No entendemos para qu¨¦ tenemos un cami¨®n de bomberos si somos de mantenimiento", aseguran varios empleados. Desde la academia que ofert¨® las plazas afirman que recibir¨¢n el resto de horas de formaci¨®n en los pr¨®ximos meses y que nunca se les dijo que fueran a ser bomberos. Los trabajadores replican que se les ofreci¨® optar a un trabajo de "t¨¦cnico especialista en emergencia".

"Son agentes de primera intervenci¨®n", explica Santiago Le¨®n, director gerente de Emesa. "Han recibido esa formaci¨®n porque es la m¨¢s parecida a la de un obrero. Tienen funciones de mantenimiento, de apagar fuegos y de muchas m¨¢s cosas. Es lo que antiguamente se conoc¨ªa como un pe¨®n caminero", dice.

Pero ellos no lo ven as¨ª. "Si tenemos que sacar a alguien de un coche, y le provocamos una lesi¨®n, o si sufrimos un accidente, ?qui¨¦n va a responder por nosotros?". Al preguntar a la empresa por esta cuesti¨®n, la respuesta es rotunda: "No s¨¦, d¨ªmelo t¨². Ya los jueces dictaminar¨¢n".

"Las de mantenimiento deber¨ªan ser sus ¨²nicas funciones", aseguran desde Comisiones Obreras. "Con tan pocas horas, no se pueden considerar formados como bomberos", a?aden.

Los trabajadores tambi¨¦n se quejan de la falta de medios. "No hay mascarillas para todos, las botas no est¨¢n homologadas y son m¨¢s katiuskas que otra cosa", dicen desde una de las bases. "Son asuntos internos". Desde Madrid Calle 30 aseguran que la soluci¨®n a estos problemas no les corresponde a ellos, sino a Emesa.

"Que falten mascarillas no es falta de medios, eso ser¨ªa si no tuvieran ropa", dice Santiago Le¨®n, que, en contra de lo que aseguran los trabajadores, dice no haber recibido ninguna carta pidiendo una mejora de los materiales de trabajo. "Adem¨¢s, ?qui¨¦n estima la cantidad de material que tienen que tener? ?Qui¨¦n dice cu¨¢l es el n¨²mero de mascarillas apropiado?", plantea.

"Que nos falte material nos pone en peligro a nosotros, al resto del equipo y a las personas a las que vayamos a ayudar", replican los trabajadores, que se quejan tambi¨¦n de las medidas de seguridad dentro de los t¨²neles: "El otro d¨ªa hicimos una ronda y de cuatro postes de SOS que probamos, ninguno funcionaba. Hay salidas de emergencia que no tienen salida, el t¨²nel de emergencia que va por debajo no funciona, tenemos una bomba para inundaciones que necesita 380 voltios, pero no hay enchufes de ese voltaje, no hay cobertura en el interior...", comentan con indignaci¨®n.

Las tres bases existentes no destacan precisamente por su comodidad. Las de Calder¨®n y Paseo de Extremadura son dos casetas prefabricadas en las que no hay m¨¢s agua que la de unos bidones. La tercera, y con mejores prestaciones, est¨¢ en el By-pass Sur, a la entrada del t¨²nel. Est¨¢ sucia, "porque no hay servicio de limpieza", tiene un par de sof¨¢s, "que compramos nosotros haciendo un bote entre todos" y varios enchufes, "si conectas el microondas, no puedes tener a la vez el televisor o los radiadores, porque no hay potencia para todo", explican los trabajadores, que prefieren silenciar su nombre.