El sistema permite la impunidad
EMIL ATANASOV, Valentina Chenikova, Yordan Ivanov, Mariana Olteanu y ocho colegas del Este aparecieron empadronados en Maderuelo (Segovia) en diciembre pasado. Su direcci¨®n en los tablones del censo no constaba. "Diseminado", era la referencia a su domicilio. El censo del pueblo pas¨® de 140 personas en septiembre a 178 en marzo. En siete meses, la poblaci¨®n creci¨® un 24%. La oposici¨®n socialista se dirigi¨® a la Oficina del Censo Electoral, del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), para que diese de baja a los inmigrantes. Respuesta: "Su petici¨®n no est¨¢ contemplada en la normativa electoral".
Mientras que empadronarse es tan sencillo como llevar un recibo domiciliado (y a veces ni eso), s¨®lo se da de baja a los muertos. El INE considera que depurar los censos no es su funci¨®n. Sin embargo, Estad¨ªstica tiene una herramienta que no usa: el art¨ªculo 62 del reglamento sobre el padr¨®n, de 1986, seg¨²n el cual, si un ayuntamiento falsea el padr¨®n el INE puede sustituirlo.
En su lugar, el INE remite los casos sospechosos (110 municipios han aumentado su censo m¨¢s del 10% en seis meses) a la Junta Electoral Central. Este organismo, encargado de garantizar el juego limpio en las elecciones, ignor¨® durante semanas el informe de los 68 ayuntamientos que no hab¨ªan explicado el aumento del censo. El lunes pasado, la Junta vio por fin el informe y concluy¨® que enviar¨ªa a la fiscal¨ªa los casos poco claros. La fiscal¨ªa tiene pocos medios y menos tiempo. En 2003 hubo "numerosos casos de irregularidades", seg¨²n el Gobierno, y 2007 va por el mismo camino. El sistema permite la impunidad.
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