La sima entre Canarias y la 'costa de los cayucos'
El escal¨®n econ¨®mico con ?frica continental es una fuente de conflictos para las islas, m¨¢s que una ventaja
En 1980, Canarias ten¨ªa una dimensi¨®n econ¨®mica semejante a la de Senegal. Pero hoy, para alcanzar el tama?o econ¨®mico de Canarias es necesario sumar los 12 pa¨ªses de ?frica occidental. (...) Si el archipi¨¦lago fuese un pa¨ªs, ser¨ªa la quinta potencia econ¨®mica de ?frica, d¨®nde s¨®lo le superan Sur¨¢frica, Argelia y Nigeria, adem¨¢s de Marruecos. Este ¨²ltimo por los pelos, lo que significa que apenas dos millones de canarios producen tanto cada a?o como treinta millones de marroqu¨ªes.
Mientras el archipi¨¦lago ha crecido de forma notable, ?frica occidental ha atravesado una profunda crisis, permaneciendo hasta 2003 por debajo de los niveles alcanzados en 1980. A¨²n hay pa¨ªses que no se han recuperado, como Ghana, donde cada habitante s¨®lo produce el 33 % de lo que generaba en 1980. En Togo, Guinea o Gambia ocurre algo semejante, en un proceso de destrucci¨®n de riqueza sin parang¨®n hist¨®rico. Por m¨¢s que las cifras sean sorprendentes, a¨²n habr¨ªa que tomarlas con precauci¨®n, pues la prioridad de ?frica no est¨¢ en elaborar estad¨ªsticas fiables, a lo que se destinan menguados recursos.
La vida en la frontera.
Marcial Pons
Ensayo sobre las 20 fronteras m¨¢s desiguales del planeta, entre ellas la del sur de Espa?a, cuya diferencia con los vecinos es uno de los grandes retos para el futuro.
El texto publicado aqu¨ª se centra en la situaci¨®n de ?frica en relaci¨®n con Canarias.
La econom¨ªa de Canarias crece de forma notable, mientras sus vecinos llevan 26 a?os desmoron¨¢ndose por guerras y golpes de Estado mal conocidos en Europa
Todo conduce a los j¨®venes africanos hacia el mar. La emigraci¨®n se ha convertido en la primera fuente financiera de la 'costa de los cayucos', por encima del turismo
Los africanos vendr¨ªan igual si en vez de Canarias tuvieran enfrente cualquier otro pa¨ªs. Estados Unidos recibe 'sin papeles' por millones, pese a la dureza de su r¨¦gimen migratorio
El escal¨®n con ?frica s¨®lo espera una ocasi¨®n para manifestarse con toda su violencia. Quiz¨¢ tras el pr¨®ximo golpe de Estado o la represi¨®n que le siga
(...) Durante los ¨²ltimos 26 a?os, ?frica occidental ha ido desmoron¨¢ndose por una combinaci¨®n de malas pol¨ªticas y mala gesti¨®n. A su vez, esta situaci¨®n provoc¨® el descontento, que la falta de tradici¨®n democr¨¢tica ha impedido articular de forma constructiva. As¨ª, cualquier peque?o disenso puede terminar como una enmienda a la totalidad, como un movimiento antisistema que termina provocando conflictos de diferente intensidad. Los golpes de estado siempre han tra¨ªdo reg¨ªmenes nuevos cuyas buenas intenciones se tradujeron en pol¨ªticas a¨²n m¨¢s perniciosas, menor crecimiento y nuevos golpes de estado. (...) Mal¨ª, Senegal y, sobre todo, Cabo Verde son las excepciones democr¨¢ticas en la regi¨®n, cuya vida pol¨ªtica est¨¢ regida por el golpe de estado.
Con frecuencia, estos pronunciamientos han desembocado en guerras civiles tan salvajes como desconocidas en Europa. Hoy, las Naciones Unidas mantienen contingentes de paz en 15 pa¨ªses del mundo. Cuatro de los m¨¢s importantes est¨¢n en la costa de los cayucos, donde ya se habla de la guerra de ?frica occidental. (...) Naciones Unidas se ha gastado 2.800 millones de d¨®lares en pacificar Sierra Leona desde 1999. Pero seg¨²n el FMI, la econom¨ªa de Sierra Leona tiene una dimensi¨®n notablemente inferior a esta cantidad. Su PIB en 2005 tan s¨®lo lleg¨® a 1.193 millones de d¨®lares.
En Costa de Marfil, Naciones Unidas despleg¨® 7.600 efectivos en 2003, mientras que en Liberia mantiene 15.000 efectivos. Finalmente, Naciones Unidas tiene un contingente en el S¨¢hara con s¨®lo 225 efectivos. Es la fuerza de paz m¨¢s veterana de ?frica. Desde que fuera desplegada en 1991 no ha logrado el menor avance en la situaci¨®n del territorio.
Conflictos, mala gesti¨®n y malas pol¨ªticas no son los ¨²nicos argumentos que explican c¨®mo las econom¨ªas de la costa de los cayucos han menguado de forma vertiginosa en estos a?os. El ¨²ltimo ingrediente ha sido el notable crecimiento demogr¨¢fico. En estos 26 a?os la poblaci¨®n de estos 12 pa¨ªses se ha duplicado, pasando de 53 millones de habitantes a 106. Esto significa que el doble de personas viven en una econom¨ªa semejante. Por ello, su renta per c¨¢pita se ha reducido de forma sensible con un impacto devastador en la poblaci¨®n. La experiencia dice a sus ciudadanos que las cosas "siempre van a peor". El que invirti¨® su dinero hace 20 a?os es hoy m¨¢s pobre. El que se esforz¨® esperando un futuro mejor ha sido traicionado. El ¨²nico grupo que ha mejorado n¨ªtidamente es el de los que emigraron.
Todo ello conduce a los j¨®venes africanos hacia el mar.
La industria de la emigraci¨®n
?frica occidental tiene playas paradisiacas y atesora todo tipo de materias primas, incluyendo petr¨®leo y metales preciosos. Pero su principal fuente de financiaci¨®n no es el turismo o la inversi¨®n extranjera. Son las remesas que env¨ªan a sus familias los emigrantes, quienes aportan el principal saldo de divisas a la balanza de pagos de la regi¨®n.
En 2003, por primera vez en la historia, las remesas aportaron a los 12 pa¨ªses de la costa de los cayucos m¨¢s divisas que la inversi¨®n extranjera, alcanzando 1.358 millones de d¨®lares. En los ¨²ltimos a?os, las remesas han ido rebasando a otros ingresos en divisas de forma constante. Por ejemplo, en 1998, las remesas de los emigrantes aportaban a la regi¨®n menos divisas que el turismo, pero desde 1999 superan a los ingresos tur¨ªsticos con nitidez.
(...) Para el conjunto de la regi¨®n, las remesas representan el 3% del PIB, cuando en 1990 apenas rebasaban el 1%. Este proceso se explica por la prolongada crisis de la regi¨®n que provoc¨® una intensa emigraci¨®n. Primero intrarregional, sobre todo hacia Costa de Marfil. Se calcula que el 25% de la poblaci¨®n de Costa de Marfil proviene de pa¨ªses como Burkina Faso, Mal¨ª y N¨ªger.
Todo ello a pesar de que los economistas coinciden en que las cifras oficiales de remesas apenas recogen una fracci¨®n de su tama?o real. (...) Cabe pensar que estas remesas podr¨ªan financiar un mayor desarrollo de la regi¨®n, pero hay otros indicios que sugieren que no se est¨¢n aprovechando. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional no menciona las remesas en su Poverty Reduction Strategy Paper (se puede encontrar en http://www.imf.org/external/np/prsp/prsp.asp) de Senegal, el principal receptor de remesas en la regi¨®n. Tampoco hay ning¨²n cap¨ªtulo sobre remesas en el de Mal¨ª, segundo receptor en la regi¨®n.
En todos estos pa¨ªses existe un Ministerio de Turismo o de Inversi¨®n Extranjera, pero no hay ninguno de remesas, que aporta m¨¢s fondos.
Tampoco la comunidad internacional tiene una actitud muy distinta, pues no existe ning¨²n organismo especializado en remesas, cuando el turismo dispone de la Organizaci¨®n Mundial del Turismo, con sede en Espa?a, o las inversiones extranjeras son apoyadas por instituciones como el Banco Mundial o las Naciones Unidas por medio de la UNCTAD. Tan s¨®lo en los ¨²ltimos dos a?os comienzan a verse iniciativas al respecto, donde Espa?a ha realizado aportaciones relevantes. Pero todav¨ªa no bastan. Enviar remesas desde Espa?a al ?frica subsahariana cuesta de media un 63% m¨¢s que a Ecuador, seg¨²n la organizaci¨®n Remesas.org. Para enviar 150 euros a su casa, cada africano tiene que pagar una media del 9,8%, es decir, casi 15 euros. Una cantidad que supone un sacrificio casi heroico para los africanos, quienes suelen desempe?ar trabajos mal pagados, frecuentemente irregulares y temporales. ?Si ellos hacen este enorme sacrificio, no ser¨ªa razonable ayudarles a ayudarse? Bastar¨ªa que las remesas a esta regi¨®n costaran lo mismo que a Ecuador para que llegaran varios millones de euros m¨¢s a destino. Bastar¨ªa con que el 1% de estas remesas se destinara a inversiones productivas para crear miles de puestos de trabajo en la regi¨®n.
Mientras no existe ning¨²n esfuerzo institucional sobre las remesas, estos flujos se han convertido en el principal programa social de ?frica (...), en la que se ha privatizado por esta v¨ªa la asistencia social. Mientras en Europa el Estado ampara a los desfavorecidos, en ?frica occidental es la emigraci¨®n quien cumple este papel. Y el efecto que esto produce localmente es evidente. Todos quieren ir a ese lugar de donde vienen los euros. Emigrar.
El petr¨®leo africano
Dicho lo anterior, quiz¨¢ el lector piense que ?frica se ha vuelto irrelevante a fuerza de golpes de estado y machetazos. Que la emigraci¨®n es su ¨²nica salida y que incluso se podr¨ªa dibujar el mapa del mundo prescindiendo de este continente. Pero quien piense as¨ª, se equivoca. La realidad en ?frica tiene siempre varias caras. Una es la de la desesperaci¨®n y la precariedad. Otra es que hoy Estados Unidos importa m¨¢s crudo de ?frica que de Oriente Medio. Y su suministrador relevante no es el norte de ?frica, musulmana y vinculada a la OPEP, sino el ?frica subsahariana, a la que se considera un ejemplo proverbial de precariedad.
Quitando ?frica del mapa, Estados Unidos se queda sin gasolina.
Quitando ?frica, la primera econom¨ªa del planeta se para.
El principal suministrador africano de crudo a Estados Unidos es Nigeria, seguida de Angola, un pa¨ªs que acaba de salir de una guerra civil, pero que vende m¨¢s petr¨®leo a Washington que Kuwait. En este ranking de suministradores, pa¨ªses insospechados como Chad o Costa de Marfil han superado en 2005 a proveedores con la tradici¨®n de Om¨¢n o los Emiratos ?rabes.
Hace unos a?os, en 2001, ?frica hab¨ªa suministrado el 12% de todo el petr¨®leo importado por Estados Unidos, mientras Oriente Medio le proporcionaba el doble, el 24%. Pero en 2005 la cuota de ?frica se elev¨® siete puntos, alcanzando el 19%, con 20 millones de barriles. Por su parte, la cuota de Oriente Medio perdi¨® siete puntos en 2005, cayendo al 17,3%, con 854 millones de barriles.
Mirando la cuesti¨®n desde el punto de vista global, ?frica supone en este momento casi el 12% de la producci¨®n global de petr¨®leo. Se calcula que aportar¨¢ el 15% de la producci¨®n mundial en 2010, s¨®lo contando con los yacimientos ya descubiertos y cuya explotaci¨®n es segura. A m¨¢s largo plazo, las previsiones se convierten en futurolog¨ªa, pero nadie duda de que ?frica ganar¨¢ peso. El motivo es que su territorio apenas lleva dos d¨¦cadas explot¨¢ndose, con lo que s¨®lo se conoce una fracci¨®n de sus recursos. (...) Mirando el asunto desde ?frica, la consecuencia inmediata es que en el continente hay m¨¢s petrod¨®lares estadounidenses que en Oriente Medio. Algo que matiza esa imagen de pobreza y hambrunas. En conjunto, ?frica obtuvo de sus exportaciones petroleras a Estados Unidos en 2005 nada menos que 52.727 millones de d¨®lares. Si se suman todas las exportaciones petroleras de ?frica, resulta una cifra superior a 125 d¨®lares por cada uno de los ochocientos millones de africanos censados. Por supuesto, esta cifra es una media, lo que significa que para la mayor parte de ?frica no hay ingresos petroleros, mientras que para algunos pa¨ªses suponen una relevante fuente de riqueza.
Desgraciadamente, hasta hoy, las exportaciones de crudo de ?frica no se han traducido en una verdadera mejora del nivel de vida local. Por ejemplo, Guinea Ecuatorial en 2005 export¨® 355.000 barriles diarios por un total de 5.000 millones de d¨®lares. Esto supone 10.000 d¨®lares por cada uno de su medio mill¨®n de habitantes. ?Son ricos los guineanos? El FMI asigna al pa¨ªs un PIB per c¨¢pita en 2005 muy inferior, de s¨®lo 6.752 d¨®lares. Una cifra que todav¨ªa arroja una imagen irreal del pa¨ªs, donde la precariedad es evidente nada m¨¢s bajar del avi¨®n: ni?os sin zapatos, chabolas, coches destartalados...
Aunque el caso de Guinea Ecuatorial es extremo, otros exportadores de crudo africano suscitan la misma cuesti¨®n: ?d¨®nde est¨¢ el dinero?
El futuro de las islas
(...) Sobre el futuro de Canarias est¨¢n los cayucos y el talento deportivo. El petr¨®leo y la emigraci¨®n. No se trata de escenarios alternativos. Sin duda, acompa?ar¨¢n de forma simult¨¢nea al archipi¨¦lago durante los pr¨®ximos a?os. Pero tambi¨¦n es cierto que s¨®lo depende de Canarias descubrir al pr¨®ximo Drogba, y que juegue en el Tenerife o en la Uni¨®n Deportiva Las Palmas. S¨®lo depende de Canarias exigir transparencia en las cuentas de las empresas petroleras que operan en la costa de los cayucos. Algo que hasta ahora no ha ocurrido, lo que delata la indiferencia del archipi¨¦lago hacia el continente que tiene enfrente. En realidad, se ignoraban mutuamente hasta que en mayo de 2005 lleg¨® el primer cayuco a Lanzarote. Era de un tama?o modesto, con 25 africanos a bordo que dejaron pasmados a los ba?istas.
Los africanos no lo sab¨ªan, ni los canarios tampoco, pero este cayuco hab¨ªa corrido el tel¨®n de la vecindad de Canarias con un continente completo. Fue la primera manifestaci¨®n concreta del escal¨®n con ?frica, el m¨¢s profundo de la Tierra con diferencia. Un escal¨®n que s¨®lo est¨¢ esperando una ocasi¨®n propicia para manifestarse con toda la violencia de la que es capaz. Quiz¨¢ aprovechando el pr¨®ximo golpe de estado o quiz¨¢ la represi¨®n que le siga. Pero la cuenta atr¨¢s ya ha comenzado. Y el problema no es el efecto llamada. Estas personas no vienen a Espa?a, sino que huyen de sus pa¨ªses. Huyen de los golpes de estado, del hambre y de la miseria. A los africanos les basta poner la televisi¨®n para saber que enfrente hay sitios donde se come todos los d¨ªas y no matan a la gente por la calle. Quiz¨¢ ignoran que viven en la frontera m¨¢s desigual de la tierra, pero saben que durante los ¨²ltimos 30 a?os no han tenido ning¨²n futuro. Y saben tambi¨¦n que los que progresaron son los que se fueron. La desgraciada realidad que viven estos africanos les hace percibir que su ¨²nica opci¨®n real de mejora es echarse al mar en una barca y esperar un milagro.
Vendr¨ªan igualmente si en vez de Canarias tuvieran enfrente cualquier otro pa¨ªs. Estados Unidos tiene el r¨¦gimen migratorio m¨¢s duro del planeta y recibe emigrantes irregulares por millones. Tambi¨¦n ellos huyen de sus pa¨ªses, s¨®lo que el escal¨®n de Estados Unidos con sus vecinos del sur apenas es una fracci¨®n del que separa a Canarias de ?frica, cuya existencia acaba de revelarse por medio de la emigraci¨®n, a la que sin duda seguir¨¢n los dem¨¢s monstruos del escal¨®n en poco tiempo.
Siendo c¨ªnico se podr¨ªa pensar que la desigualdad es un problema grave cuando uno es el pobre, pero no tanto si es el rico. Este trabajo apunta justo lo contrario: ser mucho m¨¢s rico que el vecino es una fuente de conflictos que se extiende a todas las ¨¢reas de la existencia hasta el punto de amenazar con diluir esa riqueza.
(...) El problema de fondo no es la emigraci¨®n o el narcotr¨¢fico, sino la desigualdad entre pa¨ªses vecinos, que termina creando un monstruo. Y esto vale igual para los estadounidenses, que ven con inquietud la emergencia de una potente comunidad latina en su pa¨ªs, como para los hoteleros canarios, preocupados por la imagen de los cayucos en el turismo.
Espa?a-Marruecos, la frontera m¨¢s desigual de la UE
LAS FRONTERAS SON SIEMPRE espacio de confrontaci¨®n, donde se oponen pa¨ªses distintos; chocan all¨ª sus regulaciones y religiones, sus idiomas y alimentos. En el escal¨®n, adem¨¢s, sus mercados se entrecruzan con violencia, sus Estados se enfrentan sin llegar a reconocerse, las personas se agolpan y se evitan. (...) Su rastro m¨¢s caracter¨ªstico es el de las ciudades que discurren a ambos lados de la frontera con nombres distintos, pero que en el fondo son la misma ciudad. Aunque una se llame San Diego, y Ciudad Ju¨¢rez la otra, estas ciudades transfronterizas son en realidad la misma, pues ambas son la consecuencia respectiva de la existencia del vecino. Estas ciudades encarnan el escal¨®n que une y separa a los vecinos desiguales.
Un ejemplo protot¨ªpico es Melilla (...). Entre Melilla y Nador puede que haya una frontera, pero no se trata de ciudades distintas, aunque s¨ª sean diferentes. Est¨¢n unidas porque una es consecuencia de la otra y ambas han nacido al amparo de la frontera, que es quien alimenta esta ciudad rec¨ªprocra. Nador es el principal recurso econ¨®mico de Melilla, y viceversa.
(...) Se estima que Melilla vende mercanc¨ªas al vecino por valor de 1.000 millones de euros anuales. La pr¨¢ctica totalidad responde a lo que all¨ª se llama p¨²dicamente "comercio de frontera", que desde el otro lado es contrabando. Una cantidad fant¨¢stica si se tiene en cuenta que la poblaci¨®n de Melilla asciende seg¨²n el padr¨®n municipal a 65.000 habitantes. Es decir, cada habitante toca a 15.385 euros de "comercio de frontera" (...). La ciudad de la frontera existe en todos los pa¨ªses del mundo asomados a vecinos extremadamente pobres.
(...) La desigualdad entre Espa?a y Marruecos tiene una ratio de 15 puntos en t¨¦rminos nominales del PIB per c¨¢pita y 5,45 en t¨¦rminos de paridad de poder de compra (PPP). Se trata de la frontera m¨¢s desigual de la Uni¨®n Europea, que es la zona del mundo donde la desigualdad entre fronteras es m¨¢s reducida debido al proceso de intensa integraci¨®n econ¨®mica (...). A pesar de las dimensiones m¨ªticas de la diferencia entre M¨¦xico y Estados Unidos, esta frontera destacadamente desigual no est¨¢ entre los casos m¨¢s agudos (28? en t¨¦rminos nominales y 26? en t¨¦rminos de PPP).
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