Viaje al coraz¨®n de los or¨ªgenes
Dee Dee Bridgewater, una de las mejores cantantes mundiales de jazz , presenta en A Coru?a su fusi¨®n con sonidos de Mali
Es una de las m¨¢s grandes vocalistas del jazz, versatil e innovadora, y tras sentirse durante muchos a?os en tierra de nadie logr¨® al fin llegar al coraz¨®n de sus origenes y de s¨ª misma: Mali. Dee Dee Brigdewater, la consagrada cantante norteamericana afincada en Par¨ªs, afirma que entra "en trance" cuando interpreta los temas de su ¨²ltima producci¨®n, Red Earth, enteramente dedicada a la fusi¨®n de su m¨²sica, el jazz tradicional, con los sonidos, las gentes y la cultura de ese pa¨ªs africano de tierra roja del que, afirma, tajante, no s¨®lo ella est¨¢ convencida ser originaria sino tambi¨¦n que es de all¨ª donde proceden el jazz y el blues. "Es un sentimiento hondo y fuerte que tengo en lo m¨¢s profundo de mi ser", explica.
"Trato de darle a la voz el mismo impacto que le dio Miles Davis a los instrumentos"
De la mano de la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza, en su duod¨¦cimo ciclo de jazz, Dee Dee present¨® anoche en A Coru?a, en el ¨²nico concierto programado en Espa?a en su gira por Europa, ese ¨²ltimo y tan personal disco que, confiesa, transform¨® su vida y le permiti¨® subir, de golpe, varios pelda?os en su continua busca de sonidos y mezclas nuevas con el que intenta renovar el jazz. Horas antes del espect¨¢culo, la cantante, habla pausadamente pero sin parar y con pasi¨®n de su ¨²ltimo trabajo que, dice, le permiti¨® cerrar "un circulo" de su vida.
Red Earth naci¨® tras un viaje de la artista a Mali, donde nada m¨¢s bajar del avi¨®n encontr¨® "respuestas a todas las preguntas": el porqu¨¦ de peque?a, seg¨²n le contaba su madre, se desnudaba para embadurnarse de tierra roja; su parecido f¨ªsico con las mujeres de la tribu Peul, o el vuelco que le dio el coraz¨®n al oir por primera vez la, para ella, totalmente desconocida m¨²sica de ese pa¨ªs. Al contrario de sus compatriotas afroamericanos que, lamenta la cantante nacida en Memphis, s¨®lo indagan superficialmente sus or¨ªgenes y sus v¨ªnculos con ?frica, "la madre patria", Brigdewater, alentada por su marido y "principal punto de apoyo" de su carrera, Jean-Marie Durand, se lanz¨® de lleno en el arriesgado trabajo de llevar Mali al escenario, con todas sus consecuencias.
Con ayuda de Cheick Tidiane Seck, que hab¨ªa hecho un ¨¢lbum con Hank Jones, la afamada artista mezcl¨® voces, m¨²sica e instrumentos del pa¨ªs africano con la m¨²sica de jazz m¨¢s aut¨®ctona. Ella mismo escribi¨® varias de las letras de las canciones de ese disco, que en el escenario interpreta vestida con ropa de algod¨®n de Mali. Nunca se olvida de reivindicar, sin acritud pero sin tapujos, un homenaje para esta materia prima, estrangulada por el boicot soterrado del Gobierno norteamericano.
Ayer en A Coru?a, acompa?aron a Dee Dee en el escenario, adem¨¢s de su bater¨ªa habitual, el puertorrique?o Gabriel Minimo y el pianista argentino Edsel G¨®mez, los vocalistas malianos Kabine Kouyate y Mamani Keita entre otros m¨²sicos de ese pa¨ªs. Dee Dee Bridgewater se define a si misma como un "m¨²sico, no una cantante" porque su obsesi¨®n, cuenta, es explorar su voz como si fuese un instrumento. "Trato de darle el mismo impacto que le dio instrumentalmente Mile Davis", explica. Y convencida de que la fusi¨®n de sonidos y m¨²sicas en una sociedad globalizada es el futuro, la consagrada solista adelanta que su pr¨®ximo proyecto continuar¨¢ en esa busca de nuevos ritmos mezclados, con primac¨ªa de la voz sobre la m¨²sica. "Estoy en un momento creativo como el del Ave F¨¦nix, y ya no necesito demostrar nada a mi misms, sino arriesgarme, sin miedo al aspecto comercial", concluye.
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