Con o sin bistur¨ª
Por mucho que Cuatro recomiende que no hagamos comparaciones odiosas entre los dos programas transformistas (Cambio radical y Desnudas), no queda m¨¢s remedio que ser odiosos. Supongo que al principio quer¨ªan evitar comparaciones de audiencia con el programa de Antena 3, pero en vista de los primeros resultados de Desnudas, mucho me temo que el modelo soft de cambio de imagen le ganar¨¢ la partida al modelo hard, quir¨²rgico y ensangrentado de Cambio radical.
Es cierto que la tele actual nos ha acostumbrado de tal manera al protagonismo del quir¨®fano en primer plano, prime time y con todo detalle macro, que ya somos minor¨ªa los que desviamos la mirada ante una inyecci¨®n. La camilla del quir¨®fano sanguinolento y con v¨ªsceras desparramadas es la tendencia escenogr¨¢fica del momento, de acuerdo. Desde CSI hasta House y Anatom¨ªa de Grey, desde Nip / Tuck, ahora en las auton¨®micas, hasta esas urgencias hospitalarias (re)descubiertas por las series espa?olas.
Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que averiguar el profundo porqu¨¦ del morbo quir¨²rgico dominante antes del cambio radical que est¨¢ ocurriendo en la industria del porno, con la que la telecirug¨ªa comparte tantas cosas. La ca¨ªda en picado de los implantes mamarios, de los que las viejas hero¨ªnas del hard fueron pioneras, y el impetuoso regreso comercial del g¨¦nero secreto y maldito a las tetas naturales.
El problema que plantea el reality de Antena 3 es que, al final del programa sangriento, los resultados son id¨¦nticos a los del m¨¦todo pac¨ªfico de Cuatro y sin necesidad de vendajes de momia, tiritas, puntos de sutura, convalecencias y cicatrices indelebles. Mientras que las chicas de Desnudas, como se demostr¨® este viernes con Sonia, talla supra 42, pueden conseguir id¨¦nticos resultados sin bistur¨ª y con las viejas artes no sangrientas de la corseter¨ªa, algo de Revlon y el buen gusto de Juanjo Oliva, el modista de Ana Bel¨¦n. De todas maneras, tanto las sometidas a bistur¨ª como las sometidas a faja nunca deber¨ªan olvidar esta regla del medio: la imagen en televisi¨®n siempre engorda ¨®ptica y matem¨¢ticamente cinco kilos.
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