Solos y sin padres en una pocilga

Gabriele K., una mujer de 46 a?os, dej¨® abandonados desde el pasado verano en un piso de cuatro habitaciones en el este de Berl¨ªn a sus cuatro hijos, el mayor de 12 a?os para irse a vivir con su novio. Los vecinos no se enteraron de nada, tampoco en la escuela o las autoridades encargadas de velar por la infancia. El hijo mayor se encargaba de llevar la casa, pero al final la porquer¨ªa le desbord¨® y expuso la situaci¨®n ante un asistente social.

Nadie se explica lo ocurrido. El barrio berlin¨¦s de Prenzlauer Berg es la zona de moda para vivir en la capital alemana. Se dice que tiene la cuota de natalidad m¨¢s elevada de Europa por el gran n¨²mero de parejas j¨®venes que se establecieron all¨ª tras la ca¨ªda del muro. Ayer, en un d¨ªa del todo veraniego, las calles del barrio estaban llenas de padres con ni?os peque?os y mujeres embarazadas. En medio de este idilio cuatro hermanos de 12, 11, 9 y 8 a?os, dos ni?os y dos ni?as, han vivido casi un a?o abandonados por su madre. Seg¨²n parece, la mujer s¨®lo pasaba de vez en cuando para dejarles algo de dinero para comer, unos cinco euros a la semana. Con eso compraban pan y margarina que fue la base de su alimentaci¨®n.

Los muebles estaban cubiertos por telas de ara?a, y el ba?o, sucio y lleno de excrementos

Un curtido polic¨ªa aseguraba que a duras penas pudo controlar las l¨¢grimas al conocer el caso: "Ese ni?o asumi¨® la responsabilidad en una situaci¨®n dif¨ªcil de una forma en que muchos adultos no habr¨ªan sido capaces de hacerlo. Lo que pasaba por las cabezas de los ni?os s¨®lo podemos suponerlo. No me cabe en la cabeza que una madre sea capaz de esto". Los agentes encontraron los muebles cubiertos por telas de ara?a; en la nevera hab¨ªa una masa indefinida podrida y llena de moscas; la cocina hac¨ªa meses que no se utilizaba; los platos en el fregadero tambi¨¦n estaban llenos de telas de ara?a; no se encontr¨® ni rastro de comida adecuada para ni?os; el ba?o estaba sucio por completo y cubierto de excrementos.

La directora de la oficina juvenil del distrito de Pankow, Judith Pfennig, declar¨®, seg¨²n el diario berlin¨¦s Tagesspiegel, que se ha abierto contra la madre, que se encuentra en paradero desconocido, un sumario por incumplir el deber de asistir y educar a sus hijos. Explica Pfennig que en la cita con el ni?o, a la que no se present¨® la madre, "cada vez contaba m¨¢s cosas y tuvimos claro que hab¨ªa que entrar en la vivienda con la polic¨ªa".

Se justifica Pfennig con que ni los asistentes sociales, ni los maestros se enteraron de lo que ocurr¨ªa: "Los ni?os acud¨ªan con regularidad a la escuela, no estaban desnutridos y en los d¨ªas fr¨ªos iban abrigados". Supone la funcionaria que se alimentaban porque ten¨ªan alg¨²n tipo de contacto con la madre. Como explicaci¨®n de la conducta de los ni?os de no denunciar la situaci¨®n, explica Pfennig que los ni?os apoyan a sus padres hacia afuera cuando no les va bien, "hacen todo para que no se sepa que su madre es una mala madre".

Los casos de abandono de ni?os y de malos tratos se han incrementado en los ¨²ltimos tiempos. De 255 en 2004 se pas¨® a 582 el a?o pasado.