Las siete vidas de Mikel
El medio, amenazado de muerte por preferir el Manchester al Chelsea, es ahora clave en los 'blues'
Hay gente que vive varias vidas en s¨®lo unos a?os. John Obi Mikel ha vivido algo as¨ª como siete. En 20 a?os le ha dado tiempo a sentirse secuestrado, recibir amenazas de muerte, fichar por el Manchester United; a huir de las manos de Alex Ferguson, su entrenador, sin jugar con la camiseta de los reds, y cambiarse al Chelsea; decir que Jos¨¦ Mourinho, su t¨¦cnico, da miedo; sobrevivir para contarlo y, luego, consolidarse como titular. Toda una proeza. Una muesca m¨¢s en la vida de un jugador nacido en Nigeria, criado futbol¨ªsticamente en Dinamarca y que hoy probablemente ser¨¢ titular en Anfield, donde el Chelsea se juega el pase a la final de la Champions ante el Liverpool.
Mikel jugaba en el Lyn dan¨¦s. El Manchester llam¨® a su puerta. Firm¨®. Y acab¨® en el Chelsea. En medio, un a?o de amenazas de muerte en su tel¨¦fono, litigios mil entre los dos equipos y bronca p¨²blica entre Ferguson y Mourinho. La soluci¨®n fue salom¨®nica: el Chelsea, que es un equipo manirroto, pag¨® 2,9 millones al Lyn y 20 al United. "Tiene un talento excepcional", dijeron para recibirle en Londres. Al mes y medio, Mikel ya no era Mikel. Era el nuevo Bogarde, que en cuatro temporadas jug¨® 11 partidos. Un fiasco. Un jugador que se entrenaba mal y jugaba peor. Que ni siquiera llegaba a tiempo a los entrenamientos. El tard¨®n, que le llam¨® la prensa.
"Todos somos humanos y cometemos errores", reflexion¨® luego Mikel. "El entrenador me dijo que no estaba siendo un buen profesional. Ahora doy lo mejor de m¨ª mismo para llegar pronto a los entrenamientos. Me mand¨® a jugar con los reservas", explic¨®. Mano de santo. Mourinho, normalmente autoritario, descubri¨® su lado comprensivo para solucionar el problema: "Hoy han expulsado a Mikel. Si se ha equivocado, no me toca matarle. Me toca educarle". El t¨¦cnico, claro, se jugaba mucho con Mikel. Era v¨ªctima de sus propias palabras: "En el mundo y en Inglaterra se puede encontrar gran talento en diferentes posiciones", hab¨ªa dicho el portugu¨¦s, "pero como mediocentro, con su edad y la forma en la que ¨¦l juega al m¨¢ximo nivel, no veo a muchos como Mikel".
Superar el miedo ha sido la clave. Miedo a las exigencias de Mourinho. Y miedo a una caseta en la que se cambian Makelele o Shevchenko: "Cuando era un ni?o, sol¨ªa ver jugar a estos jugadores. Convivir con ellos me daba miedo al principio. Estuve t¨ªmido". Mikel ya se siente como en casa. Ya no es el tard¨®n. Se acab¨® la etiqueta de el nuevo Bogarde. Vuelve a ser un talento con acero en las piernas. Un medio con llegada. El heredero de Makelele, el medio centro titular del Chelsea. Muchas cosas en uno. Lo normal en un tipo con siete vidas.
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