"A la Pantoja no le preguntan por qu¨¦ canta en castellano"
Ruper Ordorika y Quimi Portet conversan sobre sus ra¨ªces musicales y la creaci¨®n en euskera y catal¨¢n
Ruper Ordorika es m¨²sico, es vasco (O?ate, 1956) y se declara "profundamente amigo" de Quimi Portet, que es m¨²sico, es catal¨¢n (Vic, 1957) y suele presentarse a los desconocidos advirti¨¦ndoles de que fue "el guapo del ¨²ltimo de la Fila". Ruper y Quimi son, por trayectoria y coherencia, dos referentes en la profesi¨®n que se buscan siempre que pueden. Entregados a su trabajo con una actitud repleta de similitudes, est¨¢n de gira. Ordorika presenta Memoriaren mapan, con textos nuevos de Joseba Sarrionaindia, y Quimi Portet Matem els dimarts y els divendres, adem¨¢s de un libro (Diari d'un astre intercomarcal). Coincidieron en Barcelona, de ma?ana en el barrio del Raval, despu¨¦s del concierto de Ordorika en el Auditori, donde el pr¨®ximo viernes canta Portet. Se vieron y hablaron de sus cosas.
Quimi Portet. Nos conocimos en la segunda mitad de los a?os ochenta: Yo era el guapo de El ?ltimo de la Fila y acababa de sacar un disco en catal¨¢n. Ruper cantaba en euskera, as¨ª que ¨¦ramos los cantantes auton¨®micos de la compa?¨ªa, los raros del sello GASA. Los dem¨¢s eran modernos, gente muy corriente entonces.
Ruper Ordorika. Recuerdo un gesto inusual: El ?ltimo de la Fila impuso en un concierto en Bilbao que la primera parte la hiciera yo, que entonces tocaba con los Mugalaris. No era com¨²n que un grupo como el vuestro, que llenaba tres d¨ªas el pabell¨®n de La Casilla, se preocupara por un euskaldun.
Q. P. Aqu¨¦lla era una ¨¦poca muy creativa. Creo que la ¨²ltima en la que la gente joven tuvo s¨®lo la m¨²sica. Ahora se pueden tirar de cabeza por un puente, asesinar a cincuenta t¨ªos en un ordenador y qu¨¦ s¨¦ yo. La gente de mi generaci¨®n s¨®lo ten¨ªa la m¨²sica y la vespino. Pod¨ªas ser excursionista, pero cansaba mucho. Era agradable ser m¨²sico. Ahora somos una parcela m¨¢s de la industria del ocio.
R. O. Nuestra amistad viene a reproducir algo que ya sucedi¨® con los patriarcas de la canci¨®n en euskera y de la can?o, de aquellos Els Setge Jutges. La influencia de Quico Pi de la Serra, de Ovidi Monitor, de Raimon fue decisiva en el creaci¨®n de Ez Dok Amairu (No somos trece), la gente que aglutin¨® la respuesta musical y cultural en Euskadi durante el franquismo. Luego el trasvase fue en direcci¨®n opuesta, cuando la m¨²sica se convirti¨® en el sector m¨¢s din¨¢mico de la cultura euskaldun.
Q. P. S¨ª, fue la ¨¦poca de los Kortatu, Cicatriz, La Polla Records. Catalunya fue muy permeable a esas m¨²sicas. Debemos reconocer que la nuestra fue una generaci¨®n poco heroica comparada con la anterior.
R. O. Absolutamente.
Q. P. A nosotros nos toc¨® una ¨¦poca divertid¨ªsima, de peinados incre¨ªbles, gafas alucinantes, americanas con hombreras.
R. O. Yo empec¨¦ con aquello del rock radical vasco. Como todos, ten¨ªa un grupo de rock. O yo cre¨ªa que hac¨ªa rock, pero un d¨ªa llegu¨¦ a Madrid y me enter¨¦ que era cantautor.
Q. P. Me hace gracia. Yo ven¨ªa de un mundo delirante de embudos en la cabeza, una postura muy cercana al punk, muy salvaje y visceral: "Si no hay humo no hay concierto". Una est¨¦tica que la piensas ahora...
R. O. ?C¨®mo vest¨ªan las chicas!
Q. P. Joder, para reproducirnos hemos tenido que tener la libido muy alta. Claro, que las gafas que llevaba yo hace veinte a?os... Los ochenta fueron por antiest¨¦ticos, insuperables. Musicalmente resultaron muy creativos, pero fueron una horterada.
R. O. En tu ¨²ltimo disco te interesas m¨¢s por una sonoridad muy personal, que la entiendo como la caracter¨ªstica esencial de un cantautor. Pero cuando dominas el oficio como lo dominas t¨²... Eres alucinante con la t¨¦cnica.
Q. P. He llegado a tal grado de enfermedad que me gustan hasta las m¨¢quinas. Me encanta el oficio, soy un fan¨¢tico. Me gusta incluso la propaganda.
R. O. La gente le llama promoci¨®n...
Q. P. Yo no, yo propaganda. Mucha gente reniega. A m¨ª me gustan todas las facetas del m¨²sico, desde escribir las letras, hacer las canciones, hacer directos o pasar el mocho por el estudio. Ahora todo es digital, pero en el fondo, lo mismo. La diferencia es que las grabaciones son m¨¢s r¨¢pidas y m¨¢s baratas, no necesariamente mejores. Los instrumentos, los micros, los equipos de grabaci¨®n han evolucionado para mejorar la calidad, pero al final la m¨²sica se acaba escuchando en un formato tan poco serio como el MP3. El proceso se ha resentido mas por la velocidad, se graba muy deprisa, hay mucha presi¨®n para que los chavales saquen un disco al a?o.
R. O. Y mucha prisa al escuchar. El proceso de deterioro del sonido va en concordancia con el papel que juega la m¨²sica en la vida de las personas. Hace cincuenta a?os el txistulari iba al pueblo cuando nac¨ªa alguien o mor¨ªa un vecino. Ahora la m¨²sica est¨¢ en la taberna, en el taxi y sale incluso del bolsillo de la persona.
Q. P. Es como el papel del m¨²sico. En la antig¨¹edad, era un tipo al que apedreaban. Mira el bardo de Asterix.
R. O. S¨ª, un tipo mal visto. En una ¨¦poca escond¨ªan a las chicas si llegaban los m¨²sicos al pueblo.
Q. P. En el fondo pienso que toda esta movida de la pirater¨ªa nos devuelve al apedreamiento natural, que normalmente es para lo que servimos los m¨²sicos. No olvidemos que el m¨²sico popular, como nosotros, est¨¢ pensado para amenizar las necesidades sociales m¨¢s cercanas.
Q. P. Como en las giras, ?no? Al final hemos llegado a un punto en que no organizas demasiado. Tocas donde te llaman. Por la limitaci¨®n ling¨¹¨ªstica del idioma, al representar culturas minoritarias, tenemos salidas muy localizadas fuera de nuestro ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico. Eso tiene una parte frustrante. Es una limitaci¨®n, pero a cambio recibes un confort y un algo de placer hedon¨ªstico que no escondo.
R. O. Exactamente. Un poco eso de m¨²sico popular: sabes que por las fiestas de algunos pueblos, puedes recibir llamada.
Q. P. Exacto. Fiestas en Girona: si estoy con mi grupo, es probable que me llamen. Ahora, si me llaman de Asturias, de donde sea, de fuera del territorio ling¨¹¨ªstico, pues tambi¨¦n voy, encantado. El problema es que cuando sales acabas siempre contestando a la absurda pregunta de por qu¨¦ cantas en tu lengua. Canto en mi lengua porque soy normal. A la Pantoja no le preguntan porque canta en castellano. Cantamos en nuestra lengua.
R. O. T¨² en la tuya, yo en la m¨ªa y la Pantoja en la suya...
Q. P. Es as¨ª de normal y de imposible de argumentar. Canto en catal¨¢n porque soy normal. Como el 99,9 de los cantantes del mundo. Lo period¨ªstico ser¨ªa: "Oye, tu que eres de Cabo Verde, ?por qu¨¦ cantas en catal¨¢n?". Pero lo nuestro es normal¨ªsimo.
R. O. Tambi¨¦n hay un componente de libertad que no podemos olvidar. Canto en la lengua que me da la gana y si quiero canto en chino. Quien te pregunta por qu¨¦ cantas en euskera, te est¨¢ preguntando muchas otras cosas. En el fondo, te pregunta por qu¨¦ no cantas en castellano.
Q. P. Otra cosa es que, desde el lado creativo, no dependas de un lugar concreto. Tengo incluso un equipo port¨¢til por si me da el punto.
R. O. Ah!, claro, yo igual, vivo en un pueblo pero no creo que ese sea mi epicentro creativo. Voy, vengo, escucho mucho. Como t¨², que produces mucho, eso te abre a cosas nuevas una barbaridad.
Q. P. Me gusta producir. Con Albert Pl¨¢ acabo de trabajar y seguramente vamos a seguir haci¨¦ndolo. He producido los tres discos de Adri¨¤ Punt¨ª, que es un artista irrepetible.
R. O. La gente siempre se cree que cuando llegas a nuestra edad las influencias son de gente muy mayor, semidesconocida...
Q. P. En absoluto. Ahora estoy escuchando a Ant¨°nia Font, un grupo cojonudo. Seguro que supone una influencia. Por su brillantez al engarzar en la m¨²sica popular, el humorismo en los textos, como juega con los clich¨¦s de la m¨²sica popular.
R. O. Estoy escuchando a un m¨²sico de Vera de Bidasoa, Joseba Irazoki, un disco ac¨²stico precioso.
Q. P. Para precioso tu disco. Me encanta ese formato: guitarra y contrabajo. Maravilloso. Para eso soy un cl¨¢sico: bater¨ªa, bajo y dos guitarras, como los Beatles. Somos dos m¨²sicos j¨®venes -Toni Busquets, un guitarra fant¨¢stico y Charly, el baterista- y dos viejos: con Antonio Fidel llevo 25 a?os en el escenario. Por cierto, ahora s¨®lo tocas con Jon Piris...
R. O. ...Un contrabajista acojonante, s¨ª. Lo de los grupos tambi¨¦n es parte del aprendizaje. Yo he tocado con muchos m¨²sicos, he cambiado mucho de formaci¨®n...
Q. P. Tratando de encontrar los m¨¢s baratos, claro.
R. O. ?No!, dependiendo de la ¨¦poca, del tipo de disco. En el ¨²ltimo, todo son textos de Sarrionaindia y he buscado este formato de guitarra y contrabajo.
Q. P. Te queda sensacional, da una intimidad...
R. O. Es un formato muy cl¨¢sico, tambi¨¦n, aunque se estile poco. Para m¨ª, la relaci¨®n con los m¨²sicos es lo mejor de todo esto. Por eso es fundamental que la banda lo pase bien comiendo, en el restaurante... Esos suelen ser momentos muy divertidos y enriquecedores.
Q. P.. Los mejores. Cuando hay complicidad sentados a la mesa, cuando subes a cantar es fabuloso. Por esos ratos merece la pena cantar, ser m¨²sico.
R. O. Efectivamente.
Q. P. Por cierto, he comprado unas doradas para hacer al horno. ?Te parece?
R. O. Excelente.Ordorika: "Vivo en un pueblo, pero ¨¦se no es mi epicentro creativo. Voy, vengo, escucho mucho"Portet: "La pirater¨ªa nos devuelve al apedreamiento natural, que es para lo que solemos servir los m¨²sicos "
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