D¨ªa del trabajo sin descanso
Obreros del intercambiador de Pr¨ªncipe P¨ªo, que abre ma?ana, hacen jornadas de 12 horas
Un graciosillo baja la ventana del coche y grita: "?Que hoy no se trabaja!". Su broma no cala entre los obreros del intercambiador de Pr¨ªncipe P¨ªo, junto al paseo de la Florida. A menos de 48 horas de su apertura -la inauguraci¨®n es ma?ana-, se trabaja sin descanso. Decenas de curritos con cascos y chalecos amarillos y mil remates por hacer. Barrer, poner baldosas, aplanar el suelo, cerrar alcorques... No hay descanso que valga. Al contrario, toca arrimar el hombro como nunca, con jornadas de sol a sol para entregar la obra a tiempo.
Jean Kelly, un dominicano de 27 a?os, ejerce de alba?il a la antigua y piropea a las que pasan junto a la acera. "?Guapa, no te olvidar¨¦ nunca!", dice zalamero con una baldosa en la mano. Negro, gafas de sol, gorra celeste calada y diamantes en las orejas, parece un jugador de la NBA disfrazado con un mono azul. Lleva casi doce horas en el tajo. Empez¨® a las 7.30 y ya pasan las 19.00. Cobra 9,85 la hora. Para media hora para desayunar y otra en el almuerzo. "?Que qu¨¦ habr¨ªa hecho si tuviera el d¨ªa libre?", repite. Y se r¨ªe. "Dar una vueltica con mi mujer, que hoy libra".
"Es un horario contra natura, la jornada legal son ocho horas", dice un portavoz sindical
Al ecuatoriano Wilson, de 27 a?os, le hubiera gustado estar en la playa, pero "no pudo ser", dice, mientras se ajusta unos enormes guantes en las manos para coger la escoba. Est¨¢ a punto de terminar. "Me han ofrecido que siga hasta las cuatro de la madrugada, pero es una paliza, porque ma?ana empiezo otra vez temprano; otros han dicho que s¨ª".
"?Eres de un sindicato? ?Ah, no, periodista!". El rumano Sandu, de polvo hasta las cejas, habla atropellado. Casi no se le entiende. Lleva desde el s¨¢bado en la obra y quiere averiguar si por una jornada de 8.00 a 20.00 debe cobrar horas extra. Trabaja para una subcontrata de la que no quiere dar el nombre.
"Ese horario va contra natura", explica al tel¨¦fono Tom¨¢s Mart¨ªnez, secretario general de la Federaci¨®n de Metal y Construcci¨®n de UGT. "El convenio refleja ocho horas y el Estatuto del Trabajador no permite m¨¢s de 80 horas extra al a?o". Mart¨ªnez considera que "lo m¨¢s triste" es que las jornadas superan "a veces" 16 horas seguidas. "Los sindicatos lo hemos denunciado por activa y por pasiva, pero no hay manera", a?ade. Y critica la situaci¨®n "desmedida" que se vive estos d¨ªas en obras "de las administraciones", como el intercambiador de Pr¨ªncipe P¨ªo, responsabilidad de la Comunidad de Madrid. "No culpo a un color pol¨ªtico o a otro porque casi siempre es igual, todos quieren terminar antes del 27 de mayo, con las elecciones encima, y no se preocupan de las jornadas maratonianas". Y se lamenta porque nadie respeta "lo que representa el d¨ªa del trabajador", que ha sacado a varios miles de manifestantes -30.000, seg¨²n los convocantes, y 3.000, seg¨²n el Gobierno- por las calles de Madrid por un empleo digno.
El marroqu¨ª Rachid, con dos vueltas de bufanda al cuello por el fr¨ªo, llega media hora antes para el turno de noche, de 20.00 a 8.00. Le trae sin cuidado que sea fiesta, porque siempre trabaja s¨¢bados y domingos. Controla el paso de camiones. Si ¨¦l hubiera librado, estar¨ªa paseando por el centro con su familia. Pero mejor ni pensarlo, que queda mucha noche por delante.
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