Mal ejemplo
Los partidos no pasan por su mejor momento en Espa?a. Los l¨ªderes pol¨ªticos suelen lamentarse de las opiniones severas de la ciudadan¨ªa, que sostiene que los partidos act¨²an ante todo en provecho de sus intereses. Naturalmente, existe siempre el riesgo de elevar a categor¨ªa los irregulares comportamientos de algunos de sus representantes. Pero aun as¨ª, en poco contribuye a limpiar prejuicios el que no sean apartados o expulsados los pol¨ªticos envueltos en corruptelas. Habr¨¢ que ver si la escasa credibilidad de los partidos tiene alguna repercusi¨®n en los niveles de participaci¨®n electoral en las municipales del pr¨®ximo d¨ªa 27 y en las generales de marzo de 2008.
Resulta decepcionante y reprobable que decenas de cargos p¨²blicos implicados en causas judiciales sean candidatos del PP o del PSOE en los comicios de este mes. Tambi¨¦n se dan casos en otros grupos como Coalici¨®n Canaria. De nada han servido las buenas intenciones anunciadas o la elaboraci¨®n de supuestos c¨®digos de conducta internos. El hecho es que pol¨ªticos acusados de tr¨¢fico de influencias, cohecho, prevaricaci¨®n, fraude fiscal, malversaci¨®n de fondos, delitos ecol¨®gicos o acosos morales aparecen de nuevo en las listas de voto. "T¨² eres tonto. Eres el ¨²nico alcalde honrado de Espa?a", le dijo en su d¨ªa Francisco Hernando, Paco el Pocero, promotor del aberrante megaproyecto de viviendas que se levanta en Sese?a, con el consentimiento de populares y antiguos socialistas, al regidor de IU de esa localidad toledana por su oposici¨®n a la idea. La frase ilustra la fr¨¢gil l¨ªnea sobre la que se mueven los servidores p¨²blicos en Espa?a, tentados por el dinero.
En esta lista de candidatos bajo sospecha es el PP quien sobresale, pero eso en nada justifica la actuaci¨®n del PSOE, que sostiene que la mayor parte de sus casos de irregularidades est¨¢n ligados a errores administrativos. La tesis de los populares es que los candidatos que repiten en sus listas para los comicios del d¨ªa 27 tienen derecho a la presunci¨®n de inocencia: s¨®lo si fueran finalmente condenados judicialmente o si hubiese pruebas muy evidentes, subraya el partido de Rajoy, ser¨ªan eliminados. Con tal explicaci¨®n, y debido a la lentitud de la justicia, no pocos de esos cargos podr¨ªan continuar ejerciendo su funci¨®n sin problemas pese al esc¨¢ndalo social que despiertan sus conductas. V¨¦ase como ejemplo el caso del presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra, que va como n¨²mero tres del PP por esa ciudad. Los partidos son muy libres de comportarse as¨ª, pero el votante deber¨ªa castigarles en las urnas para hacerles comprender que no pueden hacer de su capa un sayo.
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