Un inmigrante hundido en el papeleo
Un joven guineano espera a que un juzgado le devuelva la regularizaci¨®n que ya ten¨ªa y que perdi¨® por error
Mamadou Houdy Ly (Guinea Conakry, 1978) est¨¢ viviendo una pesadilla. Perdido en el laberinto burocr¨¢tico espa?ol, espera desde hace un a?o que un juzgado de lo Contencioso de Huelva le devuelva su permiso de residencia, de trabajo, su pasaporte y su identidad. La historia de Mamadou comienza en 2003, cuando decidi¨® emigrar a Espa?a, huyendo de la pobreza que su trabajo de campesino le aseguraba en Guinea. All¨ª quedaron sus padres y sus seis hermanos.
Antes de partir, solicit¨® un pasaporte, sin saber que en ese momento, se iniciaba su calvario. Posiblemente por un error administrativo, el joven recibi¨® un documento en el que aparec¨ªa su fotograf¨ªa, pero bajo un nombre distinto, el de un tal Jorge Iran. "Yo no s¨¦ leer ni escribir y no me di cuenta hasta que llegu¨¦ a Espa?a. Pero como aqu¨ª era ilegal, no pod¨ªa pedir que me cambiaran el nombre", explica en voz baja, casi temblorosa.
Tras un periplo que su timidez y su escaso castellano resumen como "duro", Mamadou consigui¨® los permisos de residencia y trabajo en Espa?a. Pero siempre bajo un nombre que no era el suyo. As¨ª, como Jorge Iran, recal¨® en Huelva, donde no ha dejado de trabajar en una finca agr¨ªcola de El Roc¨ªo (Almonte).
Estabilizado, tranquilo y confiado, el joven guineano decidi¨® subsanar el error a principios de 2006, coincidiendo con las fechas en las que deb¨ªa renovar sus permisos de trabajo y residencia. Para ello, Mamadou contrat¨® a la abogada Concha P¨¦rez, del bufete de Fernando Osuna. "Lo primero que hicimos fue solicitar, a trav¨¦s de la embajada de Guinea Conakry, un nuevo pasaporte. Para ello aportamos toda la documentaci¨®n, incluyendo los certificados de nacimiento. No nos pusieron ning¨²n problema. Le facilitaron el nuevo pasaporte y le anularon el que ven¨ªa a nombre de Jorge Iran", explica Concha P¨¦rez.
Con su viejo y verdadero nombre flamantemente impreso en su pasaporte, Mamadou acudi¨® a la oficina de extranjer¨ªa de Huelva para pedir la renovaci¨®n de sus permisos. Y le fue concedida, pero otra vez a nombre de Jorge Ir¨¢n. Como la renovaci¨®n se hab¨ªa concedido a una persona distinta de la que aparec¨ªa en el pasaporte, la polic¨ªa rechaz¨® tramitar su tarjeta de Trabajo y Residencia, requisito para la total regularizaci¨®n.
La mala suerte iba a cebarse todav¨ªa m¨¢s con este joven. En una de sus visitas a la comisar¨ªa para tratar de solucionar los problemas administrativos, los polic¨ªas le notificaron que hab¨ªa una causa pendiente contra ¨¦l en Murcia, por venta de discos piratas en la calle. Los funcionarios le retiraron el pasaporte nuevo y el abismo se abri¨® bajo los pies del guineano. "No tiene permiso de residencia ni de trabajo. No tiene pasaporte. No puede ser contratado. De ser un inmigrante perfectamente regularizado ha pasado a no tener nada. Est¨¢ en una especie de limbo", dice su abogada.
Concha P¨¦rez recurri¨® a los ministerios del Interior y de Trabajo para que subsanaran el error, pero no respondieron. "Por silencio administrativo tuvimos que recurrir al Juzgado de lo Contencioso de Huelva. All¨ª fuimos antes del verano de 2006. Me han dicho que la vista para resolver la situaci¨®n de Mamadou podr¨ªa ser en abril de 2008. Pero no hay notificaci¨®n oficial, as¨ª que puede pasar cualquier cosa. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que, aun ganando el caso, el abogado del Estado suele recurrir por defecto todas las sentencias al TSJA. De esta manera, el proceso se prolongar¨ªa por un plazo que puede llegar a dos o tres a?os", comenta la abogada.
Y mientras, Mamadou se hunde m¨¢s y m¨¢s en la desesperaci¨®n. "No respiro bien. No duermo bien. En el trabajo me preguntan qu¨¦ me pasa...", dice agarr¨¢ndose el pecho. Y rompe a llorar.
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