La segunda vida del pl¨¢stico de los invernaderos
Los pl¨¢sticos abrigan las flores de Chipiona. Tambi¨¦n las hortalizas y frutas de Sanl¨²car y Rota. Y los cultivos de Lebrija o Utrera. Durante mucho tiempo, demasiado, cuando ya no serv¨ªan, eran arrojados a los arcenes de los caminos rurales de estos pueblos de C¨¢diz y Sevilla. Un riesgo evidente que la Mancomunidad de Municipios del Guadalquivir -11 localidades de ambas provincias- trata de eliminar desde 1998, cuando emprendi¨® un programa pionero en recogida y tratamiento de estos residuos agr¨ªcolas.
Desde entonces se ha evitado que 62.100 toneladas de pl¨¢sticos quedaran esparcidas por la comarca. La Mancomunidad impuls¨® el reparto de 20 puntos de vertido donde los agricultores pod¨ªan dejar los pl¨¢sticos.
Es la empresa Befesa, filial de Abengoa, la que se encarga de recoger los pl¨¢sticos y trasladarlos a una planta en Los Palacios y a otras fuera de la comarca para su reciclaje. El abrigo de las flores y hortalizas se convierte en losa asf¨¢ltica para las carreteras.
Los cultivos requieren, adem¨¢s, numerosos productos fitosanitarios que conllevan a su vez multitud de envases. Tambi¨¦n la Mancomunidad ha pensado en ellos. Por eso suscribi¨® un convenio con la compa?¨ªa Sigfito, que se los lleva hasta las plantas y vertederos de Utrera, Los Palacios y Lebrija. A corto plazo tambi¨¦n se realizar¨¢ este servicio en la localidad gaditana de Chipiona. Los trabajos se iniciaron en enero de 2004 y han permitido recoger 123 toneladas de envases.
La comarca cuenta con una planta de reciclaje y compostaje en Utrera, una de transferencia en Sanl¨²car y un vertedero en Lebrija para dar servicio a 265.000 habitantes. Es la sociedad Gesalquivir SA la que ofrece estos trabajos mancomunados. Trata 55.000 toneladas de residuos s¨®lidos al a?o y 1.750 toneladas de envases ligeros.
"La formaci¨®n ha sido fundamental", defiende el gerente de la Mancomunidad, Jos¨¦ Antonio Navarro. ?l presume de que sus cursos, en colaboraci¨®n la Fundaci¨®n Biodiversidad, han sido un "referente": han logrado preparar a m¨¢s de 10.000 agricultores en los dos ¨²ltimos a?os en buenas pr¨¢cticas agr¨ªcolas con respeto al medio ambiente. Y no se detiene: el Bajo Guadalquivir se prepara ahora para gestionar residuos vegetales, industriales, escombros, aceites y aparatos el¨¦ctricos.
Gracias a estas medidas, la imagen de Chipiona ha cambiado. Antes de lejos uno pod¨ªa saber que se acercaba a la ciudad por las columnas de humo negro de pl¨¢stico quemado. Ahora el pl¨¢stico de los invernaderos tiene dos vidas.
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