Teor¨ªa de la proporci¨®n
El temario de los aspirantes a 'mosso' insta a evitar la violencia sobre los detenidos
![Jes¨²s Garc¨ªa Bueno](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2a95ea9a-3806-4e49-b344-7870552767e7.jpg?auth=5b6ee7135931598e0443380ca8368e66f5ee3099a65ffc08ad5bba50f0310e6e&width=100&height=100&smart=true)
"Los agentes son responsables de evitar cualquier pr¨¢ctica abusiva o discriminatoria que comporte violencia f¨ªsica o moral, y han de velar por la vida y la integridad f¨ªsica de los detenidos". ?sta es la primera "idea clave" que los alumnos de la Escuela de Polic¨ªa tienen que empollar sobre la unidad did¨¢ctica n¨²mero 12: sobre la Custodia de detenidos en las comisar¨ªas. La misma afirmaci¨®n se repite, con peque?as variaciones, en otros cap¨ªtulos te¨®ricos destinados a los aspirantes a convertirse en un agente de los Mossos d'Esquadra.
Como si de un libro de autoescuela se tratase -con sus ilustraciones, sus "casos pr¨¢cticos" y sus apartados para el vocabulario especializado-, el temario que estudian los alumnos de la academia es exhaustivo y toca todos los palos de la tarea policial. Desde qu¨¦ tipos de esposas existen hasta c¨®mo hay que efectuar un cacheo a varias personas, pasando por qu¨¦ clase de comida no puede darse, en ning¨²n caso, a un detenido de religi¨®n musulmana. Todas esas t¨¦cnicas aparecen sometidas a uno de los principios de la acci¨®n policial: la "proporcionalidad".
Un agente puede hacer que el arrestado se quite la ropa interior s¨®lo si hay "causa justificada"
El caso del presunto maltrato a un detenido por parte de cuatro mossos en la comisar¨ªa de Les Corts, en Barcelona, ha reabierto el debate en torno a la aplicaci¨®n del concepto de "proporcionalidad". Una c¨¢mara oculta instalada por Asuntos Internos registr¨® lo ocurrido en la sala de cacheos. El detenido, Rub¨¦n P¨¦rez, se muestra en actitud agresiva y golpea a un polic¨ªa. Casi de forma inmediata, los cuatro mossos -un cabo y tres agentes, dos de ellos en pr¨¢cticas- se abalanzan sobre ¨¦l y le golpean reiteradamente. El v¨ªdeo muestra c¨®mo el arrestado recibe numerosas patadas y pu?etazos hasta que finalmente es esposado.
Las im¨¢genes de la sala de cacheos, que se hicieron p¨²blicas, han dado lugar a interpretaciones contradictorias. El Departamento de Interior considera que la actuaci¨®n policial fue "desproporcionada" y por ese motivo decidi¨® suspender de empleo y sueldo a los cuatro agentes. Interior sostiene que la dosis de violencia empleada es excesiva, aunque matiza que se trata de un caso aislado en el cuerpo.
Al otro lado de la trinchera est¨¢n los sindicatos de la polic¨ªa auton¨®mica, que defienden la "proporcionalidad" de la actuaci¨®n y aseguran que, ante un detenido agresivo, los polic¨ªas hicieron lo que ten¨ªan que hacer: emplear la "fuerza m¨ªnima imprescindible" para tenerlo bajo control.
En el temario del curso de formaci¨®n b¨¢sica no se explica qu¨¦ debe hacer exactamente un polic¨ªa cuando se encuentra ante un detenido agresivo. Se da por supuesto que, con los conocimientos te¨®ricos y pr¨¢cticos adquiridos, ser¨¢ capaz de afrontar la situaci¨®n. Eso s¨ª: sin romper el principio de la proporcionalidad.
Todos los pasos que han de seguir los polic¨ªas desde la detenci¨®n de una persona hasta su entrada en la sala de cacheos est¨¢n protocolizados. En esos protocolos, trasladados al temario de los alumnos, se indica por ejemplo que "no se pondr¨¢n juntos a miembros de grupos sociales, religiosos o raciales antag¨®nicos". El cacheo tiene que ser supervisado por "el cabo de turno o de incidencias" -que aparece en el v¨ªdeo de Les Corts- y prev¨¦ la posibilidad de utilizar el casco (as¨ª ocurre en el v¨ªdeo de Rub¨¦n) para evitar que el detenido se "autolesione".
Aunque exhaustivo, el cacheo tiene distintas intensidades en funci¨®n, entre otras cosas, de "la peligrosidad del detenido, el tipo de delito cometido y las circunstancias de la detenci¨®n". Los agentes pueden hacer que el detenido se quite la ropa interior, pero siempre que haya una causa "suficientemente justificada y motivada". El protocolo policial proh¨ªbe, adem¨¢s, que los agentes obliguen a hacer flexiones al detenido, una pr¨¢ctica que se considera "degradante". La teor¨ªa est¨¢ clara: "Hay que compatibilizar el respeto a la dignidad de las personas con los objetivos policiales. Y siempre teniendo en cuenta los principios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad".
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