Lizartza, donde lo dif¨ªcil no es ganar
La lista del PP es la ¨²nica en liza en un feudo tradicional de Batasuna
No parece casualidad que el PNV y EA, que esta vez no forman coalici¨®n electoral, hayan renunciado a presentarse a las elecciones en Lizartza, una peque?a localidad guipuzcoana de apenas 600 vecinos cuyo ¨²ltimo alcalde ha sido el presidente del PNV en Guip¨²zcoa, Joseba Egibar, quien la ha gobernado a distancia y bajo la presi¨®n y los insultos de la ilegalizada Batasuna. Esta formaci¨®n no se ha recatado en mostrarle su hostilidad a lo largo de estos cuatro a?os y, entre otros gestos de repudio, le lleg¨® a declarar alcalde non grato.
Al renunciar el nacionalismo moderado a repetir la experiencia y presentar una lista de for¨¢neos y si, como parece previsible, prospera en el Constitucional la anulaci¨®n de las candidaturas de la agrupaci¨®n local de ASB y de ANV, le tocar¨¢ al Partido Popular coger el testigo y gobernar este pueblo de la comarca de Tolosaldea que desde 1983 hasta la ilegalizaci¨®n de Batasuna en 2003 ha sido gobernado siempre por los independentistas.
El Supremo ha dejado la candidatura que encabeza el militante madrile?o del PP Santiago Gandarias Maestre, seguido por un hermano suyo y otras cinco personas, todas ellas residentes fuera del Pa¨ªs Vasco, como la ¨²nica lista y, por tanto, la destinada a salir elegida, aunque sea por un peque?o pu?ado de votos.
La experiencia de la coalici¨®n PNV-EA de incrustarse en ese feudo independentista ha resultado tan hostil que ni siquiera un dirigente como Egibar, que encabeza en su partido la tendencia ideol¨®gica m¨¢s proclive a pactar con la izquierda abertzale, se ha librado de padecer las iras de ¨¦sta. Ya su tumultuosa toma de posesi¨®n hace cuatro a?os, en medio de los insultos de una treintena de radicales, result¨® un ejemplo del comportamiento antidemocr¨¢tico de la izquierda abertzale, y una advertencia de lo que le ven¨ªa encima.
Desde los primeros meses, el ¨²nico alcalde de Lizartza que no ha sido independentista y su corporaci¨®n de ediles nacionalistas moderados tuvo problemas para llevar a cabo la gesti¨®n administrativa diaria y la celebraci¨®n de los plenos debido al boicoteo sistem¨¢tico al que se les somet¨ªa.
Egibar trat¨® de solventar el problema un a?o despu¨¦s intentando incorporar a tres ediles abertzales, pero su propio partido se lo impidi¨®. Utilizando la opci¨®n legal que permite al alcalde la designaci¨®n de concejales si renuncia la lista presentada, Egibar acept¨® en enero de 2004 el cese de tres ediles propios y en julio propuso a la Junta Electoral Central el nombramiento de tres radicales de Batasuna en su lugar. La iniciativa fue interceptada por la direcci¨®n peneuvista, con Josu Jon Imaz al frente, que dijo no poder responsabilizarse de los "comportamientos, actos u omisiones" que esos candidatos a ediles "pudieran realizar bajo las siglas del PNV".
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