Gracias a los kiwis
El Desaf¨ªo entra en las semifinales, la mejor clasificaci¨®n de la historia, tras el triunfo de New Zealand sobre el Victory
Vivan los kiwis; vivan los All Black y sus cortes de manga. Vivan los cuescos de sus vacas, y la lana de sus corderos. Vivan las playas de Keri Keri y las aguas de Rotorua. Vivan, por vivir, hasta sus vinos tintos. Les debemos una y qu¨¦ mejor que ir hasta all¨ª a darles las gracias y, de paso, que nos ense?en a navegar. Como ayer.
Gracias al triunfo de New Zealand sobre el Victory, se dejar¨¢n a un lado las malas salidas del Desaf¨ªo, y su mala segunda vuelta (victoria por un segundo frente a uno de los colistas, derrota ante Victory, derrota ante Mascalzone, recuperada por un decisi¨®n inusual del jurado que orden¨® repetir regata). Tambi¨¦n se olvidar¨¢ el tard¨ªo comienzo de este proyecto.
Entre la 'spanish caspa' llega el Victory, y sus tripulantes, rotos de dolor, aplauden al Desaf¨ªo
Durante mucho tiempo todo estuvo perdido: el equipo espa?ol ca¨ªa y el sueco iba en cabeza
Todo se olvidar¨¢ gracias al triunfo de New Zealand y a que la pelotita, como en la pel¨ªcula Match Point, cay¨® de un lado y no del otro. Durante muchos minutos todo estuvo perdido. Ante el l¨ªder Oracle, el Desaf¨ªo sali¨® correctamente mal y continu¨® peor. Lleg¨® a la primera baliza con 46 segundos de desventaja, una de las mayores diferencias que ha habido en el torneo. Bochorno absoluto.
Perdida la regata sin combate, las esperanzas se fueron al campo del Victory que, para las ambiciones espa?olas, ten¨ªa que perder ante New Zealand. Era lo normal, pero no ayer.
La salida del Victory fue magn¨ªfica, dejando clavado a New Zealand en su gran especialidad. Victory se puso delante y aguant¨® cada envite de los neozelandeses; les sac¨® fuera del campo y lleg¨® a la primera baliza con 10 segundos y una distancia de dos barcos. Cuesta abajo, con el viento a favor, la clasificaci¨®n sonre¨ªa a los suecos. Les quedaba poco m¨¢s de media regata y una ventaja de dos barcos. La diferencia no era c¨®moda, pero se manten¨ªa minuto tras minuto. New Zealand soplaba en el cogote del sueco Magnus Holmberg, que manten¨ªa el rumbo imperturbable. Y segu¨ªan los 50 metros en una pac¨ªfica guerra de nervios, con el globo rojo de New Zealand chuleando la popa del Victory. Cincuenta metros son pocos metros a favor de viento. Como vienen, se van. Y el sueco Holmberg decidi¨® que quer¨ªa m¨¢s que eso. Y vir¨® el barco en busca de mejor rumbo. New Zealand, tan cori¨¢ceo, no se inmut¨®; sigui¨® imperturbable en su l¨ªnea, pero ganando metros. Holmberg no vir¨® otra vez para enmendar la situaci¨®n, y perdi¨®.
Holmberg, que tan bien lo hab¨ªa hecho en toda la competici¨®n, decidi¨® una maniobra en un momento equivocado. Quiz¨¢s deb¨ªa haber esperado a que New Zealand atacara primero. Se la jug¨® y fall¨®. La pelota estaba en la red y cay¨® en su campo. Match Point, regata perdida, clasificaci¨®n perdida, cuatro a?os perdidos.
Bajo sus gafas oscuras, al hombret¨®n Holmberg se le escurr¨ªan las l¨¢grimas. Hundidos y en sepulcral silencio, Victory lleg¨® a la base, para m¨¢s inri vecina a la espa?ola. All¨ª sonaban a tope, una y otra vez, los clarines de toriles, el mugido de un torito bravo. Con el estruendo de la spanish caspa, lleg¨® el Victory sueco, y sus tripulantes, rotos de dolor, se levantan, se ponen firmes y comienzan a aplaudir al equipo espa?ol. ?Dios, qu¨¦ lecci¨®n!
Pero en los libros no quedar¨¢ la gallard¨ªa sueca, sino que el Desaf¨ªo lleg¨® a semifinales, el mejor puesto de las cuatro participaciones espa?olas en la Copa del Am¨¦rica. La aventura, iniciada en 1992 con el Quinto Centenario (quinto de nueve barcos), continu¨® en el 1995 con el Bravo Espa?a (sexto de siete) y en 2000 con el Rioja (octavo de 11). Tres participaciones cargadas de incidentes. El Desaf¨ªo recoge el fruto de una mejor direcci¨®n empresarial y deportiva, pero a¨²n as¨ª, habr¨ªa que peregrinar a Nueva Zelanda, gritando, de rodillas y en maor¨ª, ?Kia ora Katoa!, ?Kia ora Katoa! Gracias, gracias.
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