El cemento se impone a los parques en las grandes ciudades

El Quercus valentina o roble valenciano es una especie ya desaparecida en Valencia y Alicante. Tras 16 a?os en el poder Rita Barber¨¢, alcaldesa de Valencia, plant¨® hace dos meses, en un acto m¨¢s simb¨®lico que real, el ¨²nico ejemplar de este roble que catalogara en uno de sus viajes por el Reino de Valencia el bot¨¢nico Antonio Jos¨¦ Cavanilles (Valencia 1745-Madrid, 1804). Es, en cualquier caso, una an¨¦cdota que servir¨ªa de muestra de la taca?er¨ªa verde que ha caracterizado la gesti¨®n de la primera edil y de su hom¨®logo en Alicante, Luis Diaz Alperi. Ambas ciudades han convertido sus parques y jardines en los peor valorados de Espa?a por sus ciudadanos, seg¨²n un informe de la revista Consumer, del grupo Eroski.

VALENCIA Como hace cuatro a?os

Las medias, tan manipuladas en el reparto de equipamientos por habitante, sirven en Valencia para la cr¨ªtica (del PSPV) y para la autocomplacencia (del PP). Los 5,5 metros cuadrados de zona verde para cada habitante superan, por poco, el l¨ªmite del Plan General de 1988 (5,1). Suficiente para que la alcaldesa presuma en su programa, a pesar de gozar de una proporci¨®n similar a la de 2002 (5,2). El PSPV compara el reparto con los ocho metros que recomienda la OMS y los 10 que exige la Ley de Ordenaci¨®n del Territorio.

La oposici¨®n critica a Barber¨¢ por su visi¨®n escaparatista; que compra un deportivo pero debe dinero en la verduler¨ªa; la que gasta m¨¢s de 300.000 euros para la decoraci¨®n de 200 metros del Pont de las flors y deja a los ni?os de un barrio de 14.200 vecinos jugando en aceras y solares. El reproche pasa a la realidad en el barrio de la Malva-rosa.

?Cu¨¢l es el jard¨ªn m¨¢s cercano? Dolores Saez y Mar¨ªa G¨®mez paran sus carros de la compra. Llevan d¨¦cadas viviendo en la Malva-Rosa pero dudan en responder; Todo un s¨ªntoma de las carencias. "Posiblemente el de Serrer¨ªa" (fuera del barrio), contesta Saez. "Mis hijos se han hartado a jugar en la calle", resume G¨®mez. "Mira este solar. Deb¨ªa haber un parque, lleva 30 a?os prometido; Ah¨ª sigue. Cuando llueve es una ci¨¦naga", a?ade. Se?ala a la calle de Vicente La Roda. 2.500 metros cuadrados planteados sobre plano como jard¨ªn. Sobre la polvareda se acumulan los colchones, escombros y coches aparcados. "Per una Pla?a digna", reclama una pintada. En la esquina del solar un cartel anuncia que el camino es la calle de Antonio Ponz. Su uso es tan alejado al de un jard¨ªn que el Ayuntamiento ha decidio se?alizar el solar como una calle. La ¨²ltima instalaci¨®n estrenada en la Malva-rosa ha sido un campo de f¨²tbol. "Muy bien, pero no es un parque", reclama una vecina. "Todo lo hacen en el puerto o en Alboraia, aqu¨ª no toca", lamenta Mar¨ªa G¨®mez, 30 a?os viviendo en un barrio donde las aceras han sido los parques de sus hijos.

ALICANTE Pocos parques y mal cuidados

La carencia de zonas verdes se evidencia, m¨¢s si cabe, en Alicante, donde no existe un antiguo cauce de r¨ªo para el ocio, y donde es claro el desequilibrio entre las nuevas zonas en construcci¨®n, que cuentan con espacios ajardinados privados, y los barrios tradicionales, donde los equipamientos p¨²blicos son escasos. El centro hist¨®rico, mencionan los socialistas, dispon¨ªa hace dos a?os ¨²nicamente del 10% de las zonas ajardinadas de la ciudad. Y la zona verde por habitante no alcanzaba los 6 metros cuadrados (5,3 seg¨²n la revista Consumer). "En los barrios faltan zonas verdes", resume Francisco S¨¢nchez, presidente de la asociaci¨®n de vecinos de Campoamor. "Adem¨¢s, el mantenimiento es malo y tambi¨¦n el equipamiento", a?ade la concejal socialista, Teresa de Nova. Estatuas mutiladas, fuentes sucias llenas de papeles, papeleras rotas y falta de juegos para los ni?os son parte del paisaje, seg¨²n insisten las cr¨ªticas de la oposici¨®n. Esta realidad fue detectada por los inspectores de la revista Consumer, que encontraron desperfectos y basuras en los parques de Lo Morant y de San Fernando-El Tossal. El Ayuntamiento se?al¨® al vandalismo y a la falta de civismo de los vecinos para explicar la situaci¨®n.

Las reivindicaciones vecinales han sobrevivido a los mandatos ante la falta de concreci¨®n. Los casi 3.000 vecinos de Villafranqueza, reclaman desde la etapa de alcalde socialista Jos¨¦ Luis Lassaleta, una zona deportiva y de ocio. "Es lo que nos hace falta tanto a los mayores como a los chavales", explican en la asociaci¨®n El Palam¨®. El Ayuntamiento ha redactado un anteproyecto de 30.000 metros en la finca del Retiro, en su momento propiedad del conde de Franqueza y ahora en manos del Consistorio. De la misma ¨¦poca, pero con distinta suerte, es la reivindicaci¨®n de Campoamor para aprovechar la construcci¨®n del Auditorio proyectado para una zona verde. El actual proyecto no lo contempla. Los 21.000 vecinos tendr¨¢n que conformarse con las dos actuales zonas verdes.