Los hijos de la l¨ªnea clara
Es habitual definir a Herg¨¦ como el creador de un estilo de hacer historieta que marc¨® a toda una generaci¨®n de autores francobelgas. Si bien la afirmaci¨®n no es exagerada y explica de forma fidedigna los movimientos est¨¦ticos que se han dado alrededor del c¨®mic europeo en los ¨²ltimos treinta a?os, ser¨ªa injusto no establecer que, pese a todo, la forma de hacer historieta que Joost Swarte definir¨ªa como de "l¨ªnea clara" tiene un referente estil¨ªstico perfectamente claro en la figura de George McManus, el aclamado autor de Bringing up fathe, una de las tiras diarias m¨¢s famosas de la prensa americana de principios del siglo XX. Su decisiva influencia sobre Alain de Saint Hogan, del que Herg¨¦ fue disc¨ªpulo aventajado, proyecta sobre el creador de Tint¨ªn una l¨ªnea directa que permite establecer una filiaci¨®n formal entre esta escuela y el tebeo cl¨¢sico americano. Una relaci¨®n que dif¨ªcilmente ser¨ªa aceptada por aquellos que entablaron agrias pol¨¦micas en la d¨¦cada de los ochenta alrededor de la figura de Herg¨¦, pero que permite comprender la importancia de su obra, como sintetizadora de la fundamental influencia de la tira de prensa junto con la mejor tradici¨®n francobelga del g¨¦nero aventurero literario. A partir de estas premisas, es f¨¢cil entender la ascendencia del belga desde tres claras perspectivas: en primer lugar, la pura y estrictamente formal, caracterizada por una l¨ªnea de trazo limpio y colores planos. En segundo lugar, la narrativa, definida por la simpleza compositiva, que establece la consideraci¨®n lineal de la historia (propia de la tira de prensa), evitando la habitual unidad narrativa de la p¨¢gina que se establec¨ªa en Estados Unidos y apoy¨¢ndose en una abundancia y redundancia literaria. Y, por ¨²ltimo, en la tem¨¢tica, enmarcada siempre en el g¨¦nero de aventuras, destacando el concienzudo trabajo de documentaci¨®n del que se acompa?a.
El legado de Herg¨¦ se ha ido asimilando hasta formar parte indisoluble de casi cualquier dibujante actual de historieta
Considerando estas tres vertientes de la influencia hergiana, la proyecci¨®n de la figura de este autor sobresale mucho m¨¢s all¨¢ de los planteamientos b¨¢sicamente est¨¦ticos del movimiento de la l¨ªnea clara, en muchos casos m¨¢s impulsados hacia la ilustraci¨®n, como el caso del propio Joost Swarte o Ever Meulen, abriendo el abanico de influencias hasta el infinito.
Los colaboradores y coet¨¢neos
Herg¨¦ trabaj¨® siempre junto a un grupo de fieles dibujantes en Le Journal de Tintin, entre los que destacaron por m¨¦ritos propios Edgard P. Jacobs, Bob de Moor y Jacques Martin. Si bien Jacques Martin desarroll¨® un estilo personal, especializ¨¢ndose en el g¨¦nero hist¨®rico con Alix, tanto Jacobs como Bob de Moor siguieron fielmente los planteamientos tem¨¢ticos de su mentor, eligiendo una v¨ªa m¨¢s naturalista el primero con la extraordinaria serie Las aventuras de Blake and Mortimer y un estilo cl¨®nico hasta la exageraci¨®n el segundo con Las aventuras del Se?or Barelli. Cabe mencionar dentro de este grupo tambi¨¦n a Willy Vandersteen, el creador de Bob et Bobette, una serie claramente deudora del estilo del Zig et Puce de Saint Hogan pero que, desgraciadamente, no tuvo nunca el ¨¦xito de la creaci¨®n de Herg¨¦.
Los admiradores
Durante la d¨¦cada de los ochenta existe todo un movimiento de reivindicaci¨®n de los planteamientos est¨¦ticos de Herg¨¦ que desembocar¨¢ en la creaci¨®n del movimiento de la l¨ªnea clara. Quiz¨¢s los casos m¨¢s evidentes sean los de autores como el guionista Rivi¨¨re, que desarroll¨® historias que recuperaban el estricto esp¨ªritu aventurero tintiniano, ya fuese con dibujantes perfectamente imitadores del estilo de Herg¨¦ como Floc'h (Dossier Harding) o con interpretaci¨®n m¨¢s libre como Goffin (La red Mad¨²). No se puede olvidar en esta categor¨ªa a autores como Dick Briel (Las aventuras del Profesor Palmera) o Tripp (Las aventuras de Jacques Gallard), de nuevo explotando la v¨ªa del investigador envuelto en incre¨ªbles aventuras.
Sin embargo, los autores que realmente conseguir¨ªan dar entidad propia al concepto de "l¨ªnea clara" ser¨ªan aquellos que partieran de los presupuestos ideol¨®gicos definidos por Swarte, asimilando las influencias narrativas y est¨¦ticas de Herg¨¦ junto a postulados provenientes tanto del art dec¨® como de la est¨¦tica cinematogr¨¢fica de los a?os cincuenta. Dos nombres sobresalen en la larga lista: Ted Benoit e Yves Chaland. El primero crear¨ªa al personaje de Ray Banana como contrapunto directo de Tint¨ªn, un detective de dudosa reputaci¨®n m¨¢s preocupado por el rock y las mujeres que por sus investigaciones, pero con un estilo estrictamente hergiano. Por su parte, Chaland conseguir¨ªa aunar en Las aventuras de Freddy Lombard la escuela de Herg¨¦ con la del otro gran creador del c¨®mic francobelga, Franquin, siguiendo los planteamientos est¨¦ticos del primero pero asimilando la socarroner¨ªa y desparpajo del segundo. Se podr¨ªa incluir tambi¨¦n en este grupo a autores como Jean Claude Denis o Theo van den Boogaard, creador de la irreverente y surrealista Leon La Terreur.
Los actuales
?Se puede hablar hoy de una escuela de seguidores de Herg¨¦? Posiblemente, y en sentido estricto, no. Sin embargo, es indudable que se pueden rastrear su influencia en autores tan dispares como el americano Jason Lutes (Juego de manos, Berl¨ªn) o el franc¨¦s Stanislas Barth¨¦l¨¦my, que demostrar¨ªa su admiraci¨®n convirtiendo al maestro en personaje de historieta con Las aventuras de Herg¨¦, sobre guiones de Jean Luc Fromental y Jos¨¦-Louis Bouquet, pero sobre todo con la excelente Las aventuras de Victor Levallois. Ejemplos extremos de c¨®mo el legado de Herg¨¦ no se ha perdido, sino que se ha ido asimilando hasta formar parte indisoluble de casi cualquier dibujante actual de historieta.
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