Identidades rotas
Un aliento agridulce, la reflexi¨®n despu¨¦s de la tragedia, atraviesa esta novela. El mismo aliento que lleva de la mano al lector para que ¨¦ste atrape un enigma anunciado en las primeras p¨¢ginas y que s¨®lo al final aflora. Es uno de los logros de Eugenia Rico (Oviedo, 1972) en esta obra (galardonada con el Ateneo de Sevilla), en la que aborda cuestiones como la identidad, la desigualdad social y las relaciones de poder que genera la pasi¨®n sexual y los c¨®digos de pareja. Todo ello en un escenario contempor¨¢neo: la amistad y el deseo que surge entre chicos y chicas europeos unidos por las becas Erasmus y divididos por su origen geogr¨¢fico. La trama gira en torno a dos polos: F¨¢tima, la estudiante espa?ola de origen modesto que encierra en su rostro y en su biograf¨ªa un misterio familiar, y dos j¨®venes alemanes de posici¨®n m¨¢s que desahogada que, a pesar de moverse en la superficie de cierta dolce vita, no ocultan problemas de identidad y de insatisfacci¨®n. En medio se encuentra Ilse, la narradora, punto de uni¨®n de F¨¢tima y de los dos chicos alemanes. Ilse es la voz que cuenta, disecciona e interpreta la historia que acontece. Admira a F¨¢tima desde cierto paternalismo y se muestra complaciente con la vida elegantemente a la deriva de sus amigos de infancia. Los cuatro celebran el final de sus estudios y prolongan su despedida, pero la fiesta acaba en tragedia. La perdedora es hasta cierto punto previsible: la joven del sur. Ilse se asoma a esta tragedia quince a?os despu¨¦s para explicarse este final terrible y tal vez exculparse. A lo largo de estas p¨¢ginas Ilse busca y toca en ocasiones el fantasma de F¨¢tima, pero tambi¨¦n se encuentra con el pasado de su abuela y de las complejas relaciones de aqu¨¦lla con los nazis. La b¨²squeda de la amiga desaparecida desemboca en una doble catarsis personal e hist¨®rica.
EL OTO?O ALEM?N
Eugenia Rico
Algaida. Sevilla, 2007
308 p¨¢gina. 19,50 euros
El ritmo es desigual, y alter
na una narraci¨®n veloz y efectista con reflexiones y escaramuzas psicol¨®gicas. Esta doble escritura enriquece la novela y la salva de quedarse en una estampa de nuestro tiempo. De haberse plegado a la realidad se habr¨ªa deslizado el riesgo de banalizar unas relaciones de sexo y poder o, en el otro extremo, la tentaci¨®n de esbozar una condena moral. Al elegir la ficci¨®n y el circunloquio psicol¨®gico, el juicio se reserva al lector y la autora se ci?e a lo que le interesa: contar una historia y, sobre todo, escribirla.
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