Flamenco nacido en Jap¨®n
La funci¨®n protagonizada por artistas japoneses hab¨ªa despertado indudables expectativas, y as¨ª se vio confirmado por una entrada de lleno absoluto. Hubo una ceremonia inicial, en la que al embajador japon¨¦s en nuestro pa¨ªs le fue entregada una placa conmemorativa por la organizaci¨®n del festival. Nos quedamos con un dato, por lo menos sorprendente: en aquel pa¨ªs del lejano Oriente hay actualmente 650 academias de flamenco, con una cuota de 80.000 alumnos inscritos.
El espect¨¢culo -al completo por artistas japoneses- estuvo integrado por un cantaor, un guitarrista, una bailaora y un joven palmero. Nuestra sorpresa fue inmediata: apenas hablaban el espa?ol, pero sin embargo el cantaor se expresaba correctamente en castellano en el cante. Este Cartero -el sobrenombre art¨ªstico se lo hab¨ªa puesto hace 30 a?os Tony el Pelao, quien entonces trabajaba en Jap¨®n- pronunciaba el "flamenco" con normalidad tal que se le entend¨ªa todo completamente, saliendo de la voz apenas enganchada en un ligero acento. Y cantaba, no voy a decir que extraordinariamente, pero bastante bien, mejor que algunos cantaores profesionales de aqu¨ª.
Suma Flamenca
Cante: Masnobu Takimoto, El Cartero. Guitarra: Eizo Tawara. Baile: Auki Onumasa. C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid, 11 de mayo.
La bailaora fue otro descubrimiento. Auki Onumasa tiene una presencia un tanto inquietante
El Cartero cant¨®, por a?adidura, una gran diversidad de palos, y no precisamente de los m¨¢s f¨¢ciles: soleares, fandangos, alegr¨ªas, tientos, siguiriyas... Quej¨¢ndose bien y dando a los estilos una entonaci¨®n bastante aproximada a la verdad. Algunos de estos palos fueron bailados por la Onumasa, con bondad indudable. El Cartero demostr¨® ser un cantaor muy hecho, de f¨¢cil dicci¨®n y que conoce todo el flamenco suficientemente, de tal manera que el p¨²blico le aplaudi¨® con entusiasmo desde el primer momento.
La guitarra de Eizo Tawara son¨® bien. Su toque es algo elemental, pero el instrumento tiene muy buen sonido y resulta convincente. El guitarrista conoce igualmente el flamenco, y toca por todas las modalidades: en solitario, acompa?ando al cante y acompa?ando al baile. Quiz¨¢ le falte la soltura habitual en los grandes tocaores, pero aun as¨ª es v¨¢lido cuanto hace, mereciendo igualmente el aplauso de la audiencia.
La bailaora fue otro descubrimiento. Auki Onumasa tiene una presencia un tanto inquietante, y sale al escenario en cada n¨²mero casi sigilosamente, como si la pudiera la timidez. Pero luego se suelta y da un verdadero recital, No s¨¦ c¨®mo describir su baile: quiz¨¢ su posicionamiento no es siempre el correcto, inclinando el cuerpo sobre la cintura para marcarse los zapateados, pero lo que hace resulta de manera a veces espl¨¦ndida. Sabe bailar, desde luego. A su modo, pero sabe bailar, y lo hace con buen gusto y excelente disciplina.
Al final, El Cartero llam¨® a Tony el Pelao y su mujer la Uchi, quienes se hallaban presentes en la sala, al escenario, marc¨¢ndose todos una pat¨¢ por buler¨ªas llena de gracia.
Babelia
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