Ch¨¢vez y el sistema mundial
La controvertida decisi¨®n venezolana de abandonar el FMI
Ante la crisis mundial que generaron los nacionalismos y populismos surgidos entre las dos guerras mundiales del siglo pasado, los pa¨ªses vencedores de la guerra contra el Eje se concertaron para conseguir que al volver a la paz se restablecieran los intercambios mundiales de forma ordenada.
Para ello se crearon organismos internacionales de ¨ªndole diversa: la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio -precursor de la actual Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC)-, las dos instituciones financieras de Bretton Woods: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, etc¨¦tera.
Todos estos organismos internacionales tuvieron al principio una cincuentena de Estados miembros, pero tras los procesos de descolonizaci¨®n, la desaparici¨®n del tel¨®n de acero y los desmembramientos de la antigua URSS y la ex Yugoslavia, la mayor¨ªa de los grandes organismos internacionales han pasado a tener una cobertura casi universal, con cifras de miembros que oscilan entre los 150 de la OMC y los 192 de las Naciones Unidas.
Hoy todos quieren formar parte de los organismos internacionales por la sencilla raz¨®n de que el mundo ha empeque?ecido, los problemas desbordan las fronteras nacionales y s¨®lo estos organismos pueden proveer de "bienes p¨²blicos globales": paz y seguridad, un sistema financiero y comercial ordenado, un contexto de lucha contra los tr¨¢ficos ilegales...
Los organismos internacionales no representan ya gran cosa desde el punto de vista de financiaci¨®n de la ayuda contra el subdesarrollo, como hab¨ªa sucedido en el pasado, pero lo que s¨ª hacen es mantener un sistema ordenado de convivencia en las respectivas ¨¢reas de su actuaci¨®n: la OMC, evitando el proteccionismo aduanero; el FMI, sirviendo de base al Sistema Monetario Internacional, que garantiza la convertibilidad entre las monedas y la libertad de los pagos internacionales; el Banco Mundial, liderando los esfuerzos de ayuda al desarrollo a favor de los pa¨ªses pobres; la FAO, promoviendo la seguridad alimentaria...
Los organismos internacionales tienen reglas que no satisfacen a todo el mundo. Ah¨ª est¨¢n las quejas -muchas de ellas perfectamente razonables y fundadas- de los altermundistas o de los pa¨ªses pobres o endeudados en relaci¨®n al predominio de los grandes pa¨ªses en sus mecanismos de decisi¨®n, y las preocupaciones expresadas por ciertos pa¨ªses prestatarios respecto a la condicionalidad aplicada por los organismos que dan ayuda o que prestan recursos, y que ellos preferir¨ªan recibir de forma gratuita o sin condiciones.
Estas cr¨ªticas dan pautas a los citados organismos para intentar corregir estos problemas denunciados. El Fondo Monetario Internacional est¨¢ ahora haciendo un ejercicio de revisi¨®n de las cuotas de sus Estados miembros para ponerlas a la altura de la capacidad real de sus respectivas econom¨ªas, intentando primar la posici¨®n de ciertos pa¨ªses pobres. Y en los ¨²ltimos a?os ha creado servicios financieros para favorecer a los pa¨ªses m¨¢s pobres con problemas de balanza de pagos, y, junto con el Banco Mundial, ha suavizado las condiciones de sus planes de ajuste estructural para no perjudicar indebidamente la prestaci¨®n de servicios sociales en los pa¨ªses pobres, llamados a hacer ahorros para restablecer el equilibrio de sus respectivas econom¨ªas.
Gobernar la globalizaci¨®n
Dicho esto, y a pesar de los problemas existentes, todos los pa¨ªses son conscientes de que la globalizaci¨®n exige de organismos internacionales para gobernarla, y no es normal que un Estado decida separarse de los organismos internacionales que tratan de racionalizar la interdependencia y la irreversible mundializaci¨®n.
En este contexto no deja de ser sorprendente que desde 1999 el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, haya ordenado a su ministro de Econom¨ªa que ponga en marcha el procedimiento para que su pa¨ªs abandone tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial y -qui¨¦n sabe, y seg¨²n vaya el tratamiento que se d¨¦ a la denuncia de falta de democracia informativa en Venezuela- la Organizaci¨®n de Estados Americanos.
Proporcionando petr¨®leo a condiciones crediticias ventajosas, Ch¨¢vez est¨¢ gan¨¢ndose las voluntades de algunos pa¨ªses latinoamericanos a trav¨¦s de la fuerza que le da el precio del mismo, pero creando una situaci¨®n de inseguridad entre inversores internacionales que no facilitar¨¢ que la econom¨ªa venezolana, o la de sus pa¨ªses seguidores, puedan diversificarse y avanzar aprovechando esta nueva bonanza petrolera. Veremos en qu¨¦ acaba el socialismo bolivariano de Ch¨¢vez y su presi¨®n antiamericana sobre unos organismos internacionales que son los que, mejor o peor, nos garantizan una cierta gobernabilidad internacional sin que el mundo caiga bajo la ley unilateral del m¨¢s fuerte.
No creo que Venezuela, que s¨®lo tiene el 1,2% del total de cuotas del FMI, y que para poder ejercer su voto en ¨¦l tiene que juntarse con Espa?a, M¨¦xico y cinco rep¨²blicas centroamericanas, pueda pensar que aisl¨¢ndose del sistema mundial vaya a poder conseguir gran cosa.
Francesc Granell es catedr¨¢tico de Organizaci¨®n Econ¨®mica Internacional de la UB y miembro de la Real Academia de Ciencias Econ¨®micas y Financieras.
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