Elorza pone a prueba su carisma
El candidato socialista a la alcald¨ªa donostiarra aspira a un quinto mandato y a lograr la cifra "m¨¢gica" de 12 concejales
?D¨®nde est¨¢ el techo de Od¨®n Elorza? El alcalde donostiarra (San Sebasti¨¢n, 1955) no ha podido ser destronado desde que en 1991 asumi¨® ese cargo y de nuevo parte como m¨¢ximo favorito para continuar otros cuatro a?os al frente de la ciudad.
La gran baza electoral del candidato socialista es su indiscutible carisma. Elorza, quien conoce como nadie la sociolog¨ªa de la capital guipuzcoana, dice siempre lo que en cada momento quieren escuchar sus vecinos. Aunque sus rivales le han recriminado en muchas ocasiones su suficiencia y cierta displicencia en los modales, ha demostrado tener la habilidad necesaria para disfrazar de aciertos sus errores en la gesti¨®n, como ha sucedido cada vez que ha intentado conformar equipos de gobierno con mayor¨ªa o aprobar proyectos sustanciales para la ciudad.
A su capacidad de liderazgo, de la que hace gala, suma la virtud de ser un "apasionado de San Sebasti¨¢n". A Elorza le sobran las siglas. ?l es la marca, el lema; se vale solo. Esa forma personalista de hacer pol¨ªtica, tan denostada por sus oponentes, resulta precisamente su principal aval ante los votantes. Libre de la disciplina "militarizada" que, en su opini¨®n, imponen los aparatos de los partidos, carga sobre sus espaldas todo el peso y la presi¨®n de sus decisiones.
Bien con mayor¨ªas contra natura, como cuando pact¨® con el PP, bien en manifiesta debilidad frente a la oposici¨®n, en el caso de este ¨²ltimo mandato, Elorza siempre se ha mantenido a flote y salido respaldado por los electores. Su progresi¨®n resulta intachable. En los comicios de 1991 obtuvo 13.526 votos, n¨²mero que ha ido mejorando cada cuatro a?os hasta alcanzar los 33.349 en 2003 (el 36,1% de las papeletas). El gran salto electoral lo dio en 1995, a?o en el que inaugur¨® la playa de La Zurriola, uno de sus ganchos electorales m¨¢s efectivos. Fue clave aquel d¨ªa en el que ret¨® al entonces ministro de Obras P¨²blicas, Jos¨¦ Borrell, a una carrera de 100 metros por la arena. Perdi¨® por pocos metros en el sprint, pero le vali¨® para ganar d¨ªas despu¨¦s un apreciable n¨²mero de papeletas.
Es tal el tir¨®n de Elorza en San Sebasti¨¢n que en 2003 super¨® en 8.100 votos a los obtenidos por su partido en las elecciones forales o en casi 4.000 los que logr¨® Zapatero en las generales un a?o despu¨¦s.
Por m¨¢s azotes que ha recibido desde los bancos de la oposici¨®n por sus recurrentes dificultades para llegar a acuerdos con el resto de los grupos, siempre ha culpado de ello al bloqueo al que le ha sometido "la coalici¨®n opositora de derechas PP-PNV". En este mandato no ha podido aprobar ning¨²n presupuesto por el cauce ordinario.
Ha fracasado en su deseo de pactar con el PNV, m¨¢s tarde con EA y se le vino abajo a ¨²ltima hora un acuerdo que ten¨ªa cerrado con el PP, partido con el que gobern¨® parte de la anterior legislatura. Nunca ha escondido sus preferencias por sellar una alianza con los nacionalistas, aunque tras fallar en todos los intentos finalmente se ali¨® con la ¨²nica edil de EB, Du?ike Agirrezabalaga, pacto que tampoco le val¨ªa para lograr la mayor¨ªa. Sin embargo, este mismo a?o EB abandon¨® el equipo de gobierno por una "torpeza" del propio alcalde, por la que Elorza lleg¨® a pedir p¨²blicamente disculpas a Agirrezabalaga: aprob¨® a espaldas de su socio ubicar la incineradora en Zubieta. Fue el ¨²ltimo episodio de la larga lista de desencuentros que han jalonado la pol¨ªtica de pactos del primer edil y su talante presidencialista.
Nadie le ha discutido la gesti¨®n de su equipo de gobierno en materia cultural o en las actuaciones que ha puesto en marcha en los barrios m¨¢s castigados. S¨ª, en cambio, ha sido censurado por permanecer de brazos cruzados ante el crecimiento de la inseguridad ciudadana, su t¨ªmida lucha contra la carest¨ªa y la falta de vivienda o el retraso que acumulan proyectos como la ampliaci¨®n del museo San Telmo o la estaci¨®n de autobuses.
Con el prop¨®sito de "conseguir la paz" y resolver el problema de la vivienda, en su opini¨®n las dos asignaturas pendientes de la ciudad, Elorza aspira a encadenar su quinto mandato consecutivo. Para rebasar su techo electoral, quiere conseguir la cifra "m¨¢gica" de 12 concejales, dos m¨¢s de los que tiene actualmente.
PROMESAS
Para el pr¨®ximo mandato: Construir 10.500 VPO, crear un festival internacional de danza; rematar el Jard¨ªn de la Memoria, ahorrar la emisi¨®n de 800 toneladas de CO2 a la atm¨®sfera, culminar la regeneraci¨®n de los barrios m¨¢s desfavorecidos.
Incumplidas en el mandato actual: formar un gobierno de mayor¨ªa, construir 8.000 viviendas, la estaci¨®n intermodal y el soterramiento de las estaciones de Euskotren en Altza e Intxaurrondo.
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