La consagraci¨®n del cineasta obsesivo
El estadounidense David Fincher, autor de 'Seven' y 'El club de la lucha', supera sus defectos y logra con 'Zodiac' una gran pel¨ªcula, donde ofrece una muestra de su tenebroso mundo
David Fincher es un cineasta superdotado. Se intu¨ªa su genio, aunque de manera discutible, en las piruetas de estilo de Seven, El club de la lucha y La habitaci¨®n del p¨¢nico. Pero Zodiac, que hoy se presenta en la secci¨®n oficial del festival de Cannes, lo confirma. A sus 44 a?os, el director estadounidense ha rodado una pel¨ªcula de casi tres horas de duraci¨®n sobre la obsesi¨®n de tres hombres (un periodista, un polic¨ªa y un dibujante) que persiguieron durante la d¨¦cada de los setenta la sombra de un asesino en serie que daba cuenta de sus cr¨ªmenes a trav¨¦s de enigm¨¢ticos criptogramas que enviaba a la prensa. La historia de una investigaci¨®n real, contada sin tomar aliento por un cineasta que nos recuerda que el cine, como la realidad, es un lugar tan poderoso como limitado.
"Hay demasiada gente que quiere convertirse en el nuevo Spielberg. Yo no"
"He hecho una obra para gente a la que le gusta el cine, no para el espectador de hoy"
Fincher limpia con una servilleta de papel la silla donde va a sentarse. Le saca brillo insistentemente sin saber que le observan. Unas gafas de sol a lo Matrix ocultan sus ojos. Por la piel (tersa y rosada) y el pelo (gris) podr¨ªan ser claros. Su publicista advierte de que no quiere fot¨®grafos cerca y que s¨®lo acceder¨¢ hoy, durante la rueda de prensa oficial, a posar ante las c¨¢maras. Antes de sentarse en su impoluta silla pide un caf¨¦ capuchino.
"Hay demasiada gente que quiere ser Spielberg. Yo no", afirma dando el primer sorbo. "No quiero parecerme a nadie", a?ade. "?Qu¨¦ busco? Lo que no se ha visto antes. ?Qu¨¦ sentido tendr¨ªa si no? Lo que me interesa no se ha hecho todav¨ªa. No quiero hacer El se?or de los anillos o La guerra de las galaxias. Lo respeto, pero esa no es mi carrera".
Zodiac fue rechazada por Sony porque su metraje se exced¨ªa m¨¢s de dos horas y cuarto. El director, adem¨¢s, quer¨ªa un reparto sin grandes estrellas. "Me pele¨¦ y segu¨ª buscando distribuci¨®n. El metraje de la pel¨ªcula tiene sus razones. El gui¨®n, que me atrap¨® desde el principio, ped¨ªa ese tiempo. ?sta es una historia sobre personas frustradas y yo he querido que el espectador les acompa?e en esa frustraci¨®n, que el espectador se agote, que sienta ese cansancio con ellos. No ofrezco un viaje f¨¢cil. Quiero provocar en el espectador una catarsis emocional, ¨¦se es el tipo de cine que me interesa, el que deja cicatrices. Quiz¨¢ es una pel¨ªcula excesiva, pero como mucho me disculpo por ello".
La majestuosa vista al mar que ofrece la terraza del hotel Du Cap, en Antibes, ayuda a que las palabras del cineasta casi parezcan un acto de humildad. Pese a todo, Fincher admite alguna referencia m¨¢s a ras de suelo. Una es la pel¨ªcula Todos los hombres del presidente, de Alan J. Pakula: "Era una pel¨ªcula en la que los personajes hablaban sin parar, eso me gusta mucho". Y la otra, su padre. "Mi padre era periodista y s¨¦, desde ni?o, lo que es una personalidad obsesiva compulsiva. Uno de esos tipos que necesitan llegar al final de las cosas, ya sea una botella o una buena historia. Recuerdo que una vez se tir¨® un mes dando vueltas en bata por casa intentando descubrir un truco de cartas. Mi padre tiene mucho que ver con el personaje de Jake Gyllenhaal, no hay que buscar razones detr¨¢s de su obsesi¨®n por el asesino, no hay nada detr¨¢s: la realidad es la obsesi¨®n y como esa obsesi¨®n cambia la vida los personajes. La mente humana necesita crear un orden alrededor de la tragedia y esa es una idea que me interesa mucho. Esa necesidad de controlar lo incontrolable nos puede llevar a la peor de las frustraciones. Pero todos los humanos necesitamos saber, por eso nos atrae la violencia, s¨®lo buscamos un consuelo sobre nuestra propia naturaleza".
Fincher recuerda que tuvo muchas "discusiones" con Robert Downey Jr. al trabajar sobre su interpretaci¨®n del periodista (adicto a todo) Paul Avery. Al preguntarle por su fama de director puntilloso y algo "pesado", el director sonr¨ªe: "Ni la mitad de la que me gustar¨ªa". "Robert se enfadaba mucho conmigo porque yo no quer¨ªa que faltara un detalle, me he criado con esos hombres, se tragaban todo, incluidas sus familias, en el sal¨®n de mi casa. Eran brillantes, intelectuales, tipos que no quer¨ªan ser novelistas pero que siempre ten¨ªan en sus manos una gran novela, s¨®lo les faltaba un est¨ªmulo externo que nunca llegaba".
El director de La habitaci¨®n del p¨¢nico reconoce que Zodiac es una pel¨ªcula menos "posmoderna" que El club de la lucha o Seven. "Quiz¨¢ he hecho una pel¨ªcula para gente a la que le gusta el cine y no para el espectador de hoy, no lo s¨¦. Creo que en t¨¦rminos estil¨ªsticos es mi pel¨ªcula m¨¢s cl¨¢sica y rigurosa. Quiz¨¢ eso es lo que llaman madurez".
"?Se puede detener al diablo?"
Zodiac mat¨® por primera vez a finales del a?o 1968. Poco tiempo despu¨¦s empez¨® a enviar sus cartas al San Francisco Chronicle, donde trabajaba un joven caricaturista llamado Robert Graysmith. El dibujante se obsesion¨® desde el principio con un asesino megal¨®mano y medi¨¢tico que utilizaba criptogramas para narrar los detalles de sus asesinatos. Perseguido por la sombra del criminal, que aterroriz¨® durante varios a?os el norte de California, Graysmith acabar¨ªa publicando dos libros sobre las pesquisas que rodearon el caso: Zodiac y Zodiac Unmasked.
Ambos libros, que inspiraron el gui¨®n de James Vanderbilt, apuntaban a un hombre, Leigh Allen, como principal sospechoso de los cr¨ªmenes. Las huellas de unas botas militares, el laberinto de sus cartas al Chronicle el recuerdo de algunas de las v¨ªctimas que no murieron eran las ¨²nicas pistas con la que pod¨ªa contar la polic¨ªa. Pero nada fue suficientemente definitivo y pese a algunas evidencias, la polic¨ªa jam¨¢s pudo detener a Leigh Allen por falta de pruebas. La historia de Zodiac jam¨¢s se cerr¨®. "Era retador hacer una pel¨ªcula as¨ª, una historia que no acaba nunca", dice David Fincher. "Nunca hemos querido reabrir el caso para buscar ahora al asesino", a?ade. "La pel¨ªcula se pregunta otras cosas y desde luego lo que no hago es cine para buscar culpables. Yo quer¨ªa hacerme otro tipo de preguntas: ?C¨®mo se termina una historia as¨ª? ?C¨®mo se deshace uno de esta historia? ?Acaso se acaba con un culpable? ?Se puede detener al diablo?".
Graysmith (interpretado por Jake Gyllenhall) sigui¨® las pistas de Zodiac con la ayuda de un polic¨ªa, David Toschi, al que da vida en el filme Mark Ruffalo. "Toschi fue el hombre que inspir¨® el Steve McQueen de Bullit y el Clint Eastwood de Harry el sucio", recuerda Fincher. Harry el sucio recreaba en su primera aventura la historia de Zodiac, al que atrapaba. "Recuerdo que v¨ª la pel¨ªcula cuando ten¨ªa 13 a?os, me result¨® repulsiva. Era una pel¨ªcula de Hollywood que manipulaba una historia real de manera indecente. Zodiac era un asesino muy conocido entonces y todo lo que contaba la pel¨ªcula me resultaba confuso frente a los hechos reales. ?Qu¨¦ me parece hoy? Digamos que la respeto y hasta la miro con aprecio".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.