Los 22.000 de San Sebasti¨¢n
El Partido Popular es el segundo partido en la ciudad de San Sebasti¨¢n, por delante del PNV, de Eusko Alkartasuna y de la propia Batasuna, pero sus actos electorales son m¨ªnimos. Ayer, la cabeza de lista, Mar¨ªa Jos¨¦ Usandizaga, convoc¨® a cuatro periodistas y a cinco c¨¢maras en el hall superior del teatro Victoria Eugenia, para leer dos folios sobre pol¨ªtica cultural. Ma?ana los convocar¨¢ en cualquier otro punto de la ciudad para leer dos folios sobre otro asunto municipal. La cosa es que todos los d¨ªas de campa?a los medios de comunicaci¨®n tengan algo que decir del PP, alguna foto o alg¨²n v¨ªdeo. Eso es todo.
Para hacer campa?a por la calle, sigue haciendo falta movilizar a un ej¨¦rcito de polic¨ªas y Ertzaintza y parece que en San Sebasti¨¢n ya est¨¢ todo el mundo muy cansado. La ¨²ltima vez que Mariano Rajoy visit¨® una sede popular, en Amara, hubo que limpiar de coches aparcados toda la calle, por motivos de seguridad, y provocar tantas incomodidades a los vecinos que hasta los organizadores opinaron que no mereci¨® la pena.
El cansancio y la desconfianza parecen marcar la mortecina campa?a en esta ciudad. Por no haber, no hay casi carteles de ANV en la parte vieja, el feudo m¨¢s cl¨¢sico de Batasuna. Nadie parece inmutase mucho por las elecciones, pero nadie parece tampoco fiarse mucho de la relativa calma actual. El PP act¨²a como siempre, refugi¨¢ndose en las grandes ciudades, donde todav¨ªa puede hacer pol¨ªtica, e intentando mantener vivo el voto, por escaso que sea, en los peque?os pueblos guipuzcoanos en los que, desde hace a?os, se le impide participar con normalidad en la vida municipal.
Ha habido ya algunos ataques y se ha reforzado la seguridad de los peque?os grupos que se empe?an en pegar carteles en las zonas reservadas para ello en ciudades y pueblos, pero nada parece modificar la escasa movilizaci¨®n general. "Lo m¨¢s lamentable", dice Usandizaga, "es que alguna gente cree por aqu¨ª que eso es normal. Ya casi no les llama la atenci¨®n ver a un coche con cuatro chavales que van a pegar carteles y cuatro coches m¨¢s con sus escoltas. Algunos incluso creen que son ganas de provocar".
Pese a los incidentes, el PP vasco, tradicionalmente m¨¢s templado que el nacional, reconoce que, de momento, las cosas est¨¢n como estaban en el periodo de tregua etarra: con menos violencia y con m¨¢s expectaci¨®n. Pr¨¢cticamente nadie entre ellos comparte, sin embargo, la esperanza de que las cosas se puedan mantener en esa relativa calma despu¨¦s de las elecciones. La convicci¨®n de que Batasuna y ETA reclamar¨¢n de nuevo su dosis de protagonismo es casi un¨¢nime. "Todo esto va para largo", es la frase m¨¢s repetida entre las filas populares en el Pa¨ªs Vasco.
El objetivo del PP en estas elecciones es mantener su voto urbano. En San Sebasti¨¢n gana las elecciones desde hace 16 a?os el socialista Od¨®n Elorza y parece que el pr¨®ximo d¨ªa 27 repetir¨¢ sin grandes dificultades: con este nuevo mandato se puede convertir en uno de los alcaldes m¨¢s antiguos de Espa?a, 20 a?os ininterrumpidos al frente de la ciudad.
Lo cierto es que los vecinos de la capital guipuzcoana tienen, en general, una tendencia de voto bastante tozuda: entre 20.000 y 22.000 repiten, a?o tras a?o, con el PP, frente a los 23.000 a 27.000 que se reparten PNV y EA. (Esta vez hay curiosidad por ver cu¨¢nto son capaces de obtener present¨¢ndose por separado). Batasuna, que lleg¨® en sus tiempos a rondar los 19.000 votos, suele movilizar ahora unos 10.000, que en esta ocasi¨®n, como en la anterior, ser¨¢n catalogados de nulos porque las listas de sus agrupaciones, y las de ANV en esta ciudad, han sido ya declaradas ilegales.
Para el PP, mantener una presencia notable en los principales ayuntamientos es un elemento esencial en su pol¨ªtica vasca, la ¨²nica manera de no quedar fuera del tejido social de Euskadi. La campa?a no cuenta en esta ocasi¨®n con una de sus figuras m¨¢s conocidas, Mar¨ªa San Gil, que se ha retirado moment¨¢neamente de la pol¨ªtica por motivos de salud. Su ausencia se notar¨¢, aseguran sus compa?eros, porque San Gil ha sido siempre uno de sus elementos m¨¢s din¨¢micos y la protagonista de una especie de m¨ªtines rel¨¢mpago que alcanzaron bastante popularidad en otras convocatorias electorales. Pese a todo, el objetivo es mantener los mismos votos de las municipales de 2003, un 19% del total.
El voto del PP en el Pa¨ªs Vasco, tal vez por las dif¨ªciles circunstancias de su militancia, es, con seguridad, el que se comporta con m¨¢s fidelidad de toda Espa?a: 212.486 en las municipales de 2003; 235.728 en las legislativas de 2004 y 210.614 en las auton¨®micas de 2005.
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