?Tiene raz¨®n Don Sebasti¨¢n!
Cuando le¨ª que Miguel Sebasti¨¢n, el aspirante a ser mi se?orito, aseguraba que si gana la alcald¨ªa el sueldo de los pol¨ªticos depender¨¢ del cumplimiento de sus promesas, de mi boca salieron esos versos de Don Hilari¨®n en La Verbena de la Paloma: "?Tiene raz¨®n Don Sebasti¨¢n, tiene much¨ªsima raz¨®n!".
Perd¨®nenme este imperdonable ramalazo castizo que fue provocado, seguramente, por esa foto en la que aparec¨ªan Don Sebasti¨¢n y Don Simancas vestidos de chulapos, y que actualmente he puesto de protector de pantalla. S¨®lo les falt¨® Don Gallard¨®n para as¨ª poder cantar La Jota de los Tres Ratas de esa Gran V¨ªa que tanto gustaba a Nietzsche (dato pedante que damos los amantes de la zarzuela para hacernos perdonar).
Tambi¨¦n se apunt¨® a la romer¨ªa de San Isidro la se?¨¢ Esperanza que, manos en jarras, como est¨¢ mandao, ret¨® a Don Simancas a bailar el chotis encima de un ladrillo. Lejos de m¨ª la intenci¨®n de querer exportar una tradici¨®n centralista, pero lo de bailar encima de un ladrillo, malditas sean las circunstancias, se impone a nivel Estado. Unas sevillanas encima de un ladrillo, el coro de la salve rociera encima de un ladrillo, 100 extreme?os de Sese?a cantando una jota encima de un ladrillo. ?Viva el simbolismo!
Como yo veo siempre las cosas por el lado trist¨®n, me dio mucha pena ver a los pol¨ªticos disfrazados. No a ¨¦stos en concreto, cuidado, me pasa en general. Hay un momento en toda campa?a en que al pol¨ªtico se le pone un gorro y se le hace mirar a la c¨¢mara inst¨¢ndole a que sonr¨ªa. Claro que los disfraces tienen la particularidad de desnudar el alma y lo que parec¨ªan Don Sebasti¨¢n y Don Simancas eran esos dos hermanitos a los que su madre manda a la escuela disfrazados y hacen todo el camino mirando para abajo.
Pero a lo que ¨ªbamos, a lo que dijo Don Sebasti¨¢n sobre los sueldos oscilantes. Mucha promesa me parece. Si de algo est¨¢ sirviendo Internet es para que los ciudadanos se movilicen y puedan sacar los colores a cualquiera recordando momentos estelares de promesas pol¨ªticas. Los votantes empollones y aplicados est¨¢n tomando la delantera a los periodistas que suelen ir con la lengua fuera. De promesas incumplidas me habla Pablo, de Argamasilla del Alba, que ha montado una web llamada pol¨ªticosquemientenaTomelloso. Si usted pincha en esta web puede presenciar aquellas ocasiones en las que los pol¨ªticos fueron a esa comarca, de m¨¢s de 45.000 habitantes, para prometerles una estaci¨®n de tren en una zona necesitad¨ªsima de conexi¨®n ferroviaria. All¨ª los tenemos, soltando sin pesta?ear rotundas afirmaciones: "?Si ganamos, tengan por seguro los tomelloseros que tendr¨¢n su tren!". Pablo, votante del PSOE, se muestra apenado por tener que sacarles los colores tambi¨¦n a sus dirigentes. La pregunta que yo le har¨ªa a Don Sebasti¨¢n es si esta medida se podr¨ªa practicar, por favor, con efecto retroactivo. As¨ª los votantes nos reir¨ªamos m¨¢s; que falta nos hace.
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