Cargas de profundidad
Con la muerte termina la vida. El atisbo de la muerte cambia la escritura. Y la vuelve m¨¢s profunda. El ¨²ltimo libro de Jos¨¦ Fern¨¢ndez de la Sota (Bilbao, 1960), Aprender a irse, contin¨²a el camino emprendido en sus anteriores entregas. Una grave enfermedad hizo que cambiara su visi¨®n de la vida y su pr¨¢ctica de la escritura. De manera que desde Material de construcci¨®n (2004) su poes¨ªa se convirti¨® en una angustiada reflexi¨®n sobre la vida y su acabamiento. A ese poemario sigui¨® Cumbre del mar (2005), un poemario de consistencia esencial. Este Aprender a irse viene a certificar la importancia del tema de la partida y la muerte en la poes¨ªa de Jos¨¦ Fern¨¢ndez de la Sota. Los tres poemarios nacen al vislumbrar la ausencia, la partida de la vida. Por eso se vuelve esencial su voz, abandona el juego y se centra en aquellos elementos, figuras, personas, lecturas, visiones que resultan centrales en la vida del poeta.
APRENDER A IRSE
Jos¨¦ Fern¨¢ndez de la Sota
Hiperi¨®n. Madrid, 2007
100 p¨¢ginas. 7 euros
Puede pensarse que existe una doble confluencia de intereses en los libros. Aprender a irse mantiene en su tono elegiaco ("Otra eleg¨ªa" se titula uno de sus poemas) un tono m¨¢s narrativo, m¨¢s pegado a la realidad circundante, sobre todo en la primera parte "Aprender para olvidar" en la que las personas de confianza acompa?an al poeta y acuden a su vera, para crear una poes¨ªa de la reflexi¨®n desde el objeto com¨²n, como en ese poema "Sobre la mesa de formica" que abre la colecci¨®n.
La intensidad po¨¦tica, el verso vuelto aforismo, se guarda para la segunda parte, titulada "Olvidar para marcharse". El verso se vuelve profunda reflexi¨®n sobre el paso del tiempo y la muerte: "Morir serenamente como nunca viviste"; "A contra muerte quiero / verte, amor / de por vida"; "No escribir¨¦ mi nombre nunca m¨¢s", poema que trae a la memoria otro del autor en libro anterior y que configura hilos de consistencia tem¨¢tica en la construcci¨®n de una visi¨®n sobre la dualidad vida y muerte.
Est¨¢ en este libro la mirada que sabe de derrotas, que sin embargo quiere alzarse en un refugio: "Ni rendido, ni muerto" se titula uno de los poemas m¨¢s estremecedores del libro; est¨¢n aqu¨ª las dicciones renovadas desde los ecos de poetas amados (Juan Ram¨®n, Blas de Otero, Jon Juaristi y Gabriel Aresti), las compa?¨ªas reconfortantes, recuerdos de amigos, y una po¨¦tica que se define en la tensi¨®n entre irse y quedarse: "Irse es quedarse aqu¨ª / solo sin saber c¨®mo". Algo m¨¢s que un juego de palabras, una po¨¦tica de la existencia doliente.
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