?Qui¨¦n manda?

El problema que plantea Studio 60 (Canal +) es doble. ?Qui¨¦n manda en televisi¨®n y qui¨¦n es el autor de un programa, serie, show o telefilme? De esto trata la serie y no es f¨¢cil responder. Con el cine, luego de mucho discutir, se impuso la euroteor¨ªa de Les Cahiers du Cin¨¦ma, seg¨²n la cual el autor era el director, y no importaba qui¨¦n mandaba en el proyecto, sea producci¨®n de estudio o peli independiente Los norteamericanos reaccionaron diciendo que no, que la estrella era el productor, pero en este continente nunca lo aceptamos.

El autor de Studio 60 no es el director, ni el representante de la propiedad o el consejo de administraci¨®n, ni siquiera la presidenta; es una nueva figura: el creador. Ese guionista todopoderoso, encarnado aqu¨ª por Matthew Perry, que dirige esa tropa de guionistas y realizadores. Al autor de esta serie, al Aaron Sorkin de El ala oeste de la Casa Blanca, le entr¨® un ataque de ego e ide¨® esta metaficci¨®n de un solo mensaje: el creador es el que tiene la idea original y luego la produce. Una mezcla de las dos viejas teor¨ªas. De la misma manera que el creador de Los Soprano es David Chase, el de Perdidos J. J. Abrams o Marc Cherry el de Mujeres desesperadas. Esto es muy nuevo, y de ah¨ª la perplejidad cin¨¦fila ante las mejores ficciones del momento, en las que la estrella ya no es aquel sobrevalorado director, sino el que escribe la idea original en apenas media docena de folios y encima la produce. Lo m¨¢s parecido al autor de novelas.

En cuanto al problema de qui¨¦n manda, la serie no aclara mucho, y desde nuestra cultura es imposible entender el organigrama de la NBS. Y ese barullo de ejecutivos acelerados es el fallo principal de Aaron Sorkin, acostumbrado a no dar explicaciones por los pasillos de su Casa Blanca sobre qui¨¦n mandaba. ?sa puede ser la diferencia. No s¨®lo que aqu¨ª no existen creadores (guionistas / productores), sino que nunca sabemos qui¨¦n diablos manda en nuestras cadenas, si exceptuamos al Berlusconi de Telecinco.