?C¨®mo anda el ¨¢nimo del cine?
32 cineastas de todo el mundo hablan en 'Chacun son cin¨¦ma' sobre su presente y su futuro
Chacun son cin¨¦ma es un filme con un reparto lujoso, con 32 autores detr¨¢s de la c¨¢mara -35 si tenemos en cuenta los t¨¢ndems-, hecho de otros tantos cortometrajes de tres minutos encargados por Gilles Jacob, director del festival de Cannes desde 1978, con una ¨²nica obligaci¨®n: "manifestar su actual estado de ¨¢nimo respecto a las salas de cine". El resultado del psicoan¨¢lisis colectivo no es optimista pero tampoco es decepcionante.
La gran mayor¨ªa de pel¨ªculas hechas de suma de cortos tienen como principal inter¨¦s ver qui¨¦n sale bien librado del reto y qui¨¦n tropieza. Chacun son cin¨¦ma es una colecci¨®n de diamantes con algunos pedazos de carb¨®n intercalados. Al margen de la calidad e inteligencia de cada uno de los peque?os filmes, lo que sorprende son los puntos en com¨²n que pueden establecerse entre cineastas que han superado los noventa y los que han debutado en la ¨²ltima d¨¦cada. En l¨ªneas generales puede decirse que los autores que les han marcado son Bresson, Godard, Truffaut y Fellini, con una excepci¨®n meritoria para el musical -Top hat- de Hollywood. Tampoco es exagerado afirmar que la mayor¨ªa recuerdan m¨¢s sus llantinas que sus carcajadas. En el cine se aprend¨ªa a besar, a morir pero, sobre todo, se pod¨ªa llorar sin que nadie te viera y hacerlo colectivamente. Algunos directores recuerdan la primera vez que fueron al cine o la primera vez que una pel¨ªcula les marc¨® -es el caso de Zhang Yimou, Hou Hsiao-Hsien y Chen Kaige-, otros como el cine ha sido determinante en su vida familiar -los padres de Lelouch se conocieron en el cine-.
Otros evocan el amor que sintieron por algunos actores y cuentan c¨®mo en su cabeza han acabado encontr¨¢ndose personajes de cintas rodadas con m¨¢s de treinta a?os de distancia -el brillante corto de Angelopoulos- o ese mismo a?o: los hermanos Coen utilizan al protagonista de su ¨²ltima pel¨ªcula larga presentada en Cannes -No country for old man- para demostrar que el buen cine de autor interesa a todas las personas, sea cual sea su nivel cultural.
El humor es el gran amigo de varios directores: negro en el caso de Polanski, social en el de Ken Loach, finland¨¦s en el de Kaurism?ki, bu?ueliano en el de Ra¨²l Ruiz, sangrante y directo en el de Lars von Trier, sabiamente esc¨¦ptico el de Oliveira, sovi¨¦tico a¨²n en el de un excelente Kontchlovski. El brasile?o Walter Salles filma un genial reto entre dos cantantes improvisadores que se inventan otra historia del festival y de la ciudad de Cannes. Y Elia Suleiman retrata con gracia el estupor que le produce el propio pa¨ªs. Kitano se inventa una divertida f¨¢bula sobre cine para campesino en la que el s¨¦ptimo arte sirve para desplumar a los pobres de lo poco que tienen.
Nanni Moretti cuenta con sencillez e ingenio sus delirios de cin¨¦filo, mientras que el iran¨ª Kiarostami, el mexicano Gonz¨¢lez I?¨¢rritu y el canadiense Atom Egoyan exploran el rostro humano ante el dolor contado en la pantalla. Ah¨ª las l¨¢grimas reinan. El canadiense Cronenberg es el ¨²ltimo jud¨ªo del mundo en el ¨²ltimo cine del mundo y a punto de suicidarse ante las c¨¢maras de Big Brother.
En el pasado las salas est¨¢n llenas, en el presente o en el futuro, vac¨ªas. Wenders sue?a en lo que podr¨ªa ser el imaginario cinematogr¨¢fico en un pa¨ªs, el Congo, que sale de d¨¦cadas de guerra. Cree que ayuda a cicatrizar heridas. Amos Gitai establece un dudoso paralelismo hist¨®rico entre la inconsciencia de Varsovia en 1936 y la de Haifa ante los bombardeos de 2006. Depardon, los hermanos Dardenne, Olivier Assayas y Billy August trabajan desde ¨¢ngulos distintos el c¨®mo la realidad social invade la sala de proyecci¨®n. S¨®lo Wong Kar-wai, Gus van Sant, Youssef Chahine y Michael Cimino no encuentran el tono adecuado al encargo. Nunca tan pocos fallaron un encargo a tantos.
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