Una cascada en el metro

El agua le ha encontrado gusto a los t¨²neles de la ciudad, ya sean los del metro o de la M-30. Ayer le toc¨® el turno a la estaci¨®n de metro de Marqu¨¦s de Vadillo, que permaneci¨® cerrada desde las nueve de la noche hasta el fin del servicio. La riada aneg¨® el vest¨ªbulo y parte de las v¨ªas.

La inundaci¨®n tuvo su origen en la rotura de un colector situado junto la estaci¨®n, que fue incapaz de absorber el agua ca¨ªda, que manaba a borbotones del subsuelo y lleg¨® a levantar el suelo del vest¨ªbulo de la estaci¨®n.

Margarita pretend¨ªa bajarse del autob¨²s en la Plaza de Espa?a, pero decidi¨® apearse en la calle Princesa "porque hab¨ªa demasiada agua, parec¨ªa una riada". En Arg¨¹elles cogi¨® la l¨ªnea 3 de metro con direcci¨®n a Legazpi, "que iba m¨¢s lenta de lo normal". Comenta que incluso llegaron a coincidir parados en la v¨ªa dos trenes, esperando a que les dieran paso.

La estaci¨®n de Marqu¨¦s de Vadillo se aneg¨® por la rotura de un colector

"Entraba por todos los lados... menos mal que no me pill¨® dormida", cuenta una vecina

La inundaci¨®n en la zona tambi¨¦n afect¨® a locales comerciales y a los s¨®tanos de las viviendas.

Josefa Bernab¨¦ tiene 84 a?os. Anoche se agarraba con fuerza a la barandilla mientras le temblaban manos y rodillas. "Es por el susto", explica. Su casa est¨¢ en el s¨®tano del n¨²mero 19 de la calle Antonio L¨®pez.

"Estaba en la habitaci¨®n y de repente ha empezado a entrar agua por todos los lados. Ven¨ªa de la cocina, del ba?o, de la calle", dice nerviosa. "El agua me llegaba por las rodillas, menos mal que no me ha pillado dormida", comenta mientras sus vecinos se afanan en limpiar el lodo con fregonas y escobas.

Minutos antes de las nueve de la noche, la lluvia arreci¨® con fuerza. "Desde la calle Baleares ca¨ªa un torrente que hac¨ªa que los coches se pararan", explica Emilio, de 64 a?os, mientras muestra c¨®mo est¨¢ el s¨®tano de su ferreter¨ªa. La cueva, como ¨¦l lo llama, se parece m¨¢s a la bodega de un barco que se hunde que a un almac¨¦n. Hay cerca de medio metro de agua. "Desde que han hecho las obras de la M-30, es la segunda vez que pasa", dice mientras espera a que los bomberos tengan una bomba de achique disponible. "Es l¨®gico que tengamos que esperar, porque lo primero son las viviendas".

Adem¨¢s de las viviendas, varios negocios se vieron afectados por las inundaciones. "Nos ¨ªbamos para casa, pero empez¨® a llover y como sab¨ªamos que iba a pasar esto, no nos fuimos", explica Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez. Est¨¢ descalzo en el almac¨¦n de su tienda de regalos. "El agua lleg¨® a los 70 cent¨ªmetros. El ¨²ltimo pedido se nos ha estropeado, y tambi¨¦n el ordenador, y un sof¨¢...". Asegura que, diez minutos antes, estaba de muy mal humor. Ahora sonr¨ªe: "La vida es muy corta para enfadarse por esto".

Cerca de su negocio hay un locutorio. En el s¨®tano est¨¢n los ordenadores. "Hab¨ªa dos o tres clientes que han subido corriendo al ver el agua", dice Alfonso de las Heras, su propietario. Ha tenido suerte, los ordenadores descansan sobre mesas de m¨¢s de un metro de alto.