El sexto que no fue
Riis hundi¨® a Indurain tras los cinco Tours seguidos del espa?ol
La confesi¨®n de Bjarne Riis remite irremediablemente a un a?o y un nombre propio: 1996, Miguel Indurain. El que deb¨ªa ser el sexto Tour del campe¨®n espa?ol se convirti¨® en el Tour de su hundimiento en las laderas de los Alpes y los Pirineos, desfondado por un dan¨¦s con cara de piedra al que los aficionados espa?oles empezaron a odiar. Riis mostr¨® la rueda trasera a Indurain hasta en cinco etapas. La primera de ellas, el 6 de julio, v¨ªspera de San Ferm¨ªn, fue la que m¨¢s doli¨®. Ante los televisores, nadie pod¨ªa creerlo. Indurain sufr¨ªa como nunca. El sol que tanto necesitaba estaba oculto por las nubes y el fr¨ªo y la lluvia penetraron en sus huesos. Mojado por fuera, pero con la garganta seca. V¨ªctima de la deshidrataci¨®n, sufri¨® una p¨¢jara durante los tres ¨²ltimos kil¨®metros de la subida a Les Arcs y perdi¨® m¨¢s de tres minutos respecto a Riis, adem¨¢s de ser penalizado por recibir agua en la ¨²ltima parte de la ascensi¨®n.
El navarro sucumbi¨® ante el dan¨¦s en las etapas de monta?a y hasta en la contrarreloj
La UCI insta "a todos los dem¨¢s corredores que se hayan dopado a que confiesen"
La conmoci¨®n se instal¨® en el pelot¨®n. ?Era el principio del fin de Indurain? Las siguientes etapas confirmaron que el campe¨®n se hab¨ªa quedado sin gasolina y que el odiado Riis volaba hacia Par¨ªs. El dan¨¦s conquist¨® otros 26 segundos de ventaja sobre Indurain en una contrarreloj de 30 kil¨®metros el d¨ªa siguiente; otros 2m 28s en la subida pirenaica a Hautacam, y, lo m¨¢s cruel, 8m 30s en la 17? etapa, el d¨ªa que el Tour llegaba a Pamplona como homenaje al campe¨®n navarro de las cinco ediciones anteriores. Indurain lleg¨® el und¨¦cimo a Par¨ªs, a 14 minutos de Riis.
Pero todo era mentira, seg¨²n ha admitido el dan¨¦s. Trampa. "Ahora ya no es posible quitar de nuestra memoria momentos como el de Hautacam. Y me pregunto: ?Es digno Riis de dirigir una gran formaci¨®n ciclista?", coment¨® ayer el director del Tour, Christian Prudhomme. "Me gustar¨ªa saber qu¨¦ van a hacer ahora los patrocinadores, como CSC. Espero que los corredores hablen para salvar este deporte tan magn¨ªfico que es el ciclismo", a?adi¨®. Tambi¨¦n la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) inst¨® "a todos los dem¨¢s corredores que se hayan dopado y a todas las personas que les hayan animado a hacerlo, en todo el mundo, a que a su vez confiesen".
Erik Zabel, Rolf Aldag y Bjarne Riis han dado el paso al frente en los dos ¨²ltimos d¨ªas. Y han desmantelado de paso las oscuras tramas de dopaje reinantes en el Deutsche Telekom de 1996. Como ellos, Udo B?lts, Christian Henn y Brian Holm, adem¨¢s de dos m¨¦dicos de la formaci¨®n, han admitido haber recurrido a sustancias prohibidas, mientras que Jan Ullrich y Jens Heppner se defienden todav¨ªa contra las cuerdas. El esc¨¢ndalo ha llegado incluso a la canciller alemana, Angela Merkel. "Se ha abierto un abismo en el ciclismo con las confesiones de los grandes campeones. La manipulaci¨®n sistem¨¢tica hab¨ªa alcanzado dimensiones inconcebibles. Las investigaciones no han ido todav¨ªa lo lejos que hace falta para una limpieza total. Todos aqu¨¦llos que se han dopado tienen ahora la oportunidad de decir la verdad si quieren dar al deporte una nueva oportunidad, un nuevo inicio", afirm¨® ayer.
"Las lenguas se sueltan", coment¨® la UCI. "La ley del silencio debe ser rota y todos han de asumir plenamente las consecuencias de sus actos. Lo que ha pasado en estos ¨²ltimos meses no es fruto del azar. El mundo del ciclismo se mueve", expres¨® en un comunicado. Para Pat McQuaid, el presidente del organismo, "el proceso debe llevar a un nuevo ciclismo con un nuevo esp¨ªritu entre los corredores, m¨¢nagers, directores deportivos y m¨¦dicos de equipo, que habr¨¢n sacado las conclusiones de las experiencias del pasado. M¨¢s y m¨¢s corredores han entendido que es preciso un cambio radical para que el ciclismo sobreviva". McQuaid anim¨® adem¨¢s a Erik Zabel, que el jueves confes¨® su consumo de EPO en 1996, "a continuar su carrera". "Es un icono del ciclismo y ayudar¨¢ m¨¢s a la lucha contra el dopaje dentro del pelot¨®n que fuera. Si dice que est¨¢ limpio desde 1996, yo le creo. Debe ser un modelo para los j¨®venes", dijo.
El c¨ªrculo se estrecha. De los seis ¨²ltimos campeones del Tour, cuatro se han visto salpicados por el dopaje: Riis, Ullrich, Marco Pantani y Floyd Landis. El representante del alem¨¢n, ganador en 1997 y que ha rechazado dar una muestra de saliva a la fiscal¨ªa para las investigaciones sobre su implicaci¨®n en la Operaci¨®n Puerto, asegur¨® ayer que Ullrich "no tiene motivos para pronunciarse en p¨²blico". El germano fue expulsado del pasado Tour, al igual que Ivan Basso, para el que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Italiano (CONI) pidi¨® ayer una sanci¨®n de 21 meses.
En medio de tanto ataque, s¨®lo Carlos Sastre, corredor del CSC, defendi¨® a Riis. "Tiene todo mi respeto y apoyo. Ha sido una persona que ha cometido un error en el pasado y que desde hace tiempo trata de ense?ar a los j¨®venes del equipo caminos como la lucha, el entrenamiento y el sacrificio, valores que tienen un sello muy especial en este conjunto. Ante esta noticia, tan dif¨ªcil y dura para Bjarne, s¨®lo quiero decir que este equipo, lejos de lo que el resto del mundo pueda pensar, tiene mucho que ver con la persona que Bjarne es", expres¨® el espa?ol, cuarto en la ¨²ltima edici¨®n de la carrera francesa.
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